Un 10% de los bares mantiene sus terrazas abiertas pese a las restricciones de la Junta
La Policía Local tuvo que vigilar ayer el cumplimiento de los aforos en varios establecimientos de la ciudad
La hostelería segoviana, junto a la abulense y la palentina, ha cumplido ya una semana de su tercer cierre en menos de un año. ... Con una diferencia con respecto a las anteriores: el poder hacer uso de sus terrazas. Una medida que en primavera o verano habría sido mejor recibida por el sector, pero que en pleno enero y con temperaturas bajo cero ha llevado a la mayoría de los hosteleros a un cierre completo.
«Hemos visto ocho, diez terrazas, ocho o diez autónomos que han tenido movimiento y que están manteniendo su negocio con algún ingreso, que al final es de lo que se trata, pero es un porcentaje muy bajo, un 10% y puede que ni llegue, de los establecimientos que hay en Segovia, el otro 90% tiene que servir cafés por la ventana, otros clausurados... La situación sigue siendo muy complicada», afirmó Jesús Castellanos, presidente de Hotuse-Aihs, sobre la primera semana con las nuevas restricciones en la ciudad.
Así, según sus estimaciones, uno de cada diez hosteleros, intenta seguir al pie del cañón, combatir al frío y tener ingresos con los que soportar la crisis. Y la subida de las temperaturas de los últimos días les han permitido hacer algo de caja, sobre todo en las horas centrales del día y en aquellas terrazas donde pegaba el sol. De hecho, en algunos casos han estado bordando el cien por cien de ocupación, lo que también ha dado lugar a algún incumplimiento de los aforos máximos permitidos por mesa. Por ese motivo estuvo ayer la Policía Local de Segovia inspeccionando varias de las terrazas del barrio de San Lorenzo.
Ha pasado una semana y la situación para el sector hostelero sigue siendo «caótica», pero al menos han visto algo de luz aquellos locales que han decidido apostar por poner las terrazas a pesar de 'Filomena'. «Dentro de lo que se ha podido, se ha trabajado bastante, el tiempo ha acompañado y hemos visto ambiente en las terrazas que estaban funcionando, sobre todo en las que daba el sol, dentro de las limitaciones, de los aforos, de las distancias de seguridad, y es de agradecer, se ha movido la gente y esperemos que siga así, es algo que nos alegra», apuntó Jesús Castellanos.
Pero no ha sido la tónica general. La inmensa mayoría de los establecimientos ha decidido echar la persiana y esperar a que baje la incidencia para que la Junta permita de nuevo servir en el interior de los establecimientos. Otros, alrededor de un 20%, intenta mantener la actividad con bebidas o comidas a domicilio o para recoger en el local.
Medidas sin riesgo
Y más con la decisión del toque de queda a las ocho de la tarde. «El Gobierno ha recurrido, lo normal, pero no sabemos lo que va a pasar. La situación nos hace ser cautelosos, no es el momento ahora mismo de salir a la calle. Las medidas que se puedan tomar tienen que ser medidas que no impliquen volumen de personas, eso lo tenemos claro. Ahora mismo esto está desbocado y tenemos que ser conscientes de que lo primero es el sistema sanitario y tendremos que luchar por lo nuestro. Es complicado tomar ahora medidas drásticas como una marcha, una sentada... Estudiaremos medidas que no pongan en peligro la salud de la gente, eso es fundamental. Evitar cualquier tipo de suspicacias. Lo que manda es la situación sanitaria, sin poner en peligro a nadie», dijo Castellanos.
Tras las últimas medidas restrictivas que afectan al sector en los próximos días, desde Hotuse-Aihs vuelven a expresar su «tremendo» descontento, «ya que vuelven a poner en el centro de la diana a las actividades de hostelería y a cargar sobre ellas el repunte de los contagios que en la última semana se ha producido en la región».
«Nosotros nunca hablamos de salvar las navidades, se nos intenta engañar diciendo lo contrario. Se nos vuelve a cerrar sin una sola ayuda. Resumiendo, se nos vuelve a culpabilizar. Mientras tanto, la hostelería estaba soportando unas restricciones tremendas. Si nos cierran, que nos ayuden. Si no podemos facturar, tampoco podemos pagar impuestos, tasas, autónomos, luz, alquileres, basuras, IBI… y por supuesto, dar de comer a nuestras familias, algo que es prioritario», aseguran. «Estamos pasando la peor crisis en décadas y la hostelería no merece el trato que se nos está dando», añadieron.
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