El Ayuntamiento desconoce cuándo aplicará la zona de bajas emisiones en Segovia

Aunque no haya una fecha fijada en el calendario para que las restricciones de acceso a la zona de bajas emisiones comiencen a aplicarse, el Ayuntamiento de Segovia sí tiene claro en qué momento podrán empezar a poner en práctica todo lo recogido en la ordenanza. Y para ello deben darse, sobre todo, dos situaciones. La primera, llevar a cabo una importante campaña de información al ciudadano que tiene por objetivo que los vecinos de Segovia conozcan el funcionamiento de la zona de bajas emisiones. Desde el tipo de vehículos que pueden acceder, a los horarios en los que estarán activas las restricciones, las excepciones o incluso las que calles que formarán parte de la zona con restricción de acceso. Esta campaña informativa se espera para finales de enero y durará varias semanas.

La otra condición que debe producirse para que la zona de bajas emisiones pueda empezar a funcionar es que el Ayuntamiento disponga de todo el sistema que permita su control y su correcto funcionamiento. En la actualidad, el Consistorio no tiene todavía todo preparado pese a que el 1 de enero era la fecha inicialmente prevista. Pero falta camino por recorrer. Aún no se han instalado todas las cámaras en la ciudad y se tiene que comprobar que toda la información que se obtendrá con ellas estará bien coordinada. Para ello, y según explicó este jueves el regidor, es necesario tener también información sobre el grado de ocupación de los aparcamientos subterráneos o disponer de un primer listado de los coches de vecinos del casco antiguo que están autorizados para poder acceder al recinto amurallado. Además, está previsto el lanzamiento de una aplicación para el teléfono móvil que contenta toda esa información.

«Faltan flecos por solucionar», expone José Mazarías sobre una implantación de la zona de bajas emisiones que también se ejecuta con retraso en otras ciudades de España. Para el regidor, el que varias localidades españolas no hayan conseguido implantar la ZBE el 1 de enero de 2025 obedece a los «plazos muy reducidos» fijados por Europa para la puesta en marcha de estas restricciones a través de las convocatorias de fondos europeos con las que se han financiado buena parte de estas intervenciones.

Tras diez días con numerosas dudas por parte del vecino de Segovia sobre el funcionamiento de la zona de bajas emisiones y a la espera de la campaña de información que tratará de explicar todos los detalles recogidos en la ordenanza, el alcalde sí quiso intentar explicar dos de las cuestiones que más incertidumbre causan entre la población: las calles afectadas y las exenciones.

Sobre las 130 calles afectadas por la zona de bajas emisiones, indicó que prácticamente se corresponde en su totalidad con el recinto amurallado. Aunque hay dos puntos dentro de los límites de la muralla de la ciudad por los que podrán circular todo tipo de vehículos y a todas horas. Uno es la Cuesta de San Juan, aunque los vehículos no autorizados a entrar en la zona de bajas emisiones tendrán que salir después del casco antiguo por las calles Luis Martín Marcos, Taray y el paseo del Obispo. El otro punto del recinto amurallado que se libra de la zona de bajas emisiones es el tramo inicial de la calle Doctor Velasco (desde el paseo de Santo Domingo). Por esta vía podrán circular todos los vehículos, de manera que se podrá llegar sin problema tanto al hospital Recoletas como al parking de Las Oblatas. Sin embargo, no podrán continuar por el casco antiguo y tendrán que salir por la calle de la Puerta de Santiago. Esta calle tendrá que cambiar su sentido de circulación pese a que el alcalde indicó que la implantación de la zona de bajas emisiones no tendrá modificaciones circulatorias.

Sobre las exenciones, indicó que la ordenanza recoge hasta dieciséis tipos diferentes y recordó que los vehículos contaminantes (sin etiqueta o con etiqueta A y B) podrán entrar en la zona de bajas emisiones en 2025 fuera de los horarios en los que esté activa. La restricción será absoluta (las 24 horas del día) en 2026 para los vehículos sin etiqueta o con etiqueta A y en 2030 para los que tiene la etiqueta B.