El análisis de las truchas halladas muertas en el Eresma concluye sin poder definir las causas
El estado de conservación de los cadáveres cuando se recogieron, el pasado día 4, impide fijar los motivos, pero los técnicos apuntan a un episodio contaminante
El estado de conservación, en el momento de su recogida, de los peces hallados muertos a principios de este mes de octubre en el río Eresma ... , a su paso por la ciudad, «no ha permitido realizar un análisis concluyente de las muestras» que se recogieron para investigar las causas detrás de este episodio de mortandad descubierto en la fauna piscícola del cauce. Así lo determina el Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León en Segovia, que a pesar de ello y de haber elaborado el pertinente informe sobre el suceso, estudia las posibles actuaciones a adoptar.
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Fueron los técnicos de este departamento quienes rescataron del río diecisiete peces muertos a lo largo del tramo por el discurre el Eresma entre San Marcos y el Santuario de la Fuencisla, tal y como recuerda la Delegación Territorial del Gobierno autonómico en la provincia. Todos los cadáveres eran de trucha común, precisa la información facilitada por la Junta. Esos ejemplares muertos fueron transportados al Centro de Recuperación de Animales Silvestres de la Administración regional para investigar las causas que provocaron la mortandad.
Así, los cadáveres permanecieron congelados para proceder a los análisis, que ahora no arrojan un motivo exacto ni un origen preciso, según se extrae de la información transmitida por la Delegación Territorial a partir de las conclusiones emitidas por el servicio medioambiental. Esta falta de análisis concluyentes no es óbice para que los técnicos, a la vista de las circunstancias en las que se descubrieron las truchas muertas, deduzcan una serie de observaciones que apuntan a que «la causa de la muerte es la disminución del nivel de oxígeno en las aguas».
Esta reducción responde, a su vez, a un «episodio de contaminación», deslizan en su valoración los expertos, a pesar de que las analíticas no hayan podido confirmar este extremo debido al estado de conservación que presentaban los cadáveres cuando fueron recogidos. Ese hallazgo se produjo el día 4 de este mes, tres jornadas después de que el colector del Eresma que discurre soterrado por la Alameda del Parral colapsara y se rompiera. En la inspección de lo sucedido, se detectó el rastro de un vertido de sangre, posible causante de la contaminación del agua.
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