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Una de las fotos más antiguas de la colección, la del colegio de las ‘niñas’ en 1916.
La vida cotidiana de los ‘pelangutos’ del siglo XX

La vida cotidiana de los ‘pelangutos’ del siglo XX

‘Prádena, una mirada al ayer’ recoge más de 200 fotografías antiguas de la localidad y los testimonios de vecinos

el norte

Jueves, 30 de junio 2016, 11:28

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a cuarta entrega de la colección del Instituto de la Cultura Tradicional Segovia Manuel González Herrero Una mirada al ayer está dedicada a Prádena. Como en las anteriores entregas dedicadas a Aguilafuente, Santa María la Real de Nieva y Valtiendas, su fuerte vuelve a ser la compilación de imágenes antiguas del siglo XX rescatadas de las fotografías familiares que han cedido los vecinos. El libro se presenta mañana viernes, 1 de julio, a las 20 horas, en el salón de actos del Ayuntamiento de Prádena.

A las fotos se añaden también recuerdos. De pedanías como Matandrino, cuyas últimas familias se mudaron a Prádena en los años sesenta; de las viejas fuentes como la Jordana, «que cuando llueve mana»; recuerdos de las trashumancia, una actividad que junto con el bosque, hoy de pinos, y ayer de robles, sabinas y acebales, ha marcado el ritmo vital de generaciones de pelangutos, el gentilicio tradicional que han tenido desde siempre los habitantes de Prádena.

Dentro del folclore local, la localidad ha mantenido una fuerte personalidad, que el coordinador del proyecto, Luis Besa, relaciona con «la consideración de Ochavo, es decir, era como un cantón autonómico de la Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda, con un gran patrimonio comunal cuya gestión derivó en calendarios y fiestas propias, así como la conservación hasta muy avanzado el siglo XX de tradiciones como las cofradías o los curanderos», explica.

Un ejemplo son los prados de Pascua, antiquísima costumbre que aún hoy se filtra en las fiestas locales y por la cual todos los vecinos podían acceder a determinados huertos comunales un día al año. «En Semana Santa, se merendaba cada día en un prado, la tradición dictaba que tenía que haber un baile o el derecho se perdía», cuenta Besa, que ha entrevistado a una veintena de vecinos para cazar anécdotas.

Pero el protagonismo de la obra está en las más de 200 fotos seleccionadas y aportadas por los vecinos. Familias en las meriendas camperas, comparsas de carnavales, calderetadas con las que se rubricaban los acuerdos anuales de las cofradías. No podían faltar las de pastores, algunas que se remontan a la primera década del siglo veinte. Esto da pie a un capítulo entero dedicado a preservar los recuerdos de pastores que hasta los sesenta viajaban, a menudo a pie, desde las montañas palentinas a las vegas de Ciudad Real.

En la edición dedicada a Prádena, se ha recuperado una de las fotos más antiguas desde que en 2014 la Diputación empezó esta recopilación. Se trata del colegio de las niñas de 1916, foto grupal a la que alguien, años más tarde, añadió los nombres o apodos de las 46 alumnas: Felisa Gorrinera, Paca Hojalatera, Manuela Chiva, Pepa Feligata Una fotografía de la única vez que los mozos celebraron el paloteo con enagüillas, o también imágenes de las cintas, tradición que en los sesenta sustituyó a la de los gallos, la de pollos vivos de una maroma en los días previos a Carnaval. El redescubrimiento de la cueva Los Enebralejos en 1932, las becerradas de San Juan, recetas de la caldereta a la normativa. En suma, un recorrido por la vida cotidiana de los pelangutos del siglo XX.

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