El teatro Cervantes se quita el corsé metálico

La eliminación de la estructura metálica del Teatro Cervantes ha comenzado ya. La empresa Desembar se está haciendo cargo de la retirada de las cerchas del edificio cultural que perturban el paisaje del casco histórico desde hace ocho años, y sobre las que pesa también desde 2006 una sentencia del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) que ordena su desmontaje.

La empresa lo hará a cambio del material y sin ningún coste económico para las arcas municipales, como informó la alcaldesa, Clara Luquero, tras la aprobación en la Junta Local de Gobierno del estudio de seguridad y salud, así como el nombramiento del coordinador de ambas áreas. Asimismo, la adjudicataria recibió autorización para subcontratar parte de los trabajos encomendados.

Luquero recordó que las obras para retirar la estructura se habían valorado en unos 50.000 euros. Ahora, sin costes para el Ayuntamiento, desaparecerá el esqueleto urbano instalado en su día para la reconstrucción de la cubierta del teatro y que ha roto durante este tiempo la silueta urbana de la ciudad antigua, Patrimonio de la Humanidad desde 1985, aunque también ha servido como recordatorio de un proyecto de rehabilitación paralizado por última vez hace casi tres años por el Gobierno central, informa Ical.

Construido a principios del siglo XX, del viejo teatro, que se encuentra pegado a parte de la muralla medieval, se han conservado las paredes y parte de su estructura anterior. El edificio responde a la tipología de teatro clásico a la italiana, con planta en forma de herradura que surge en España en el siglo XVIII, como transformación del corral de comedias. Desde que cerrara sus puertas en diciembre 1984, los proyectos para su rehabilitación se han quedado en papel mojado.