Imagen de archivo de una mujer en una sede de Adoratrices, entidad que combate la prostitución. Óscar Costa

Más de 200 mujeres ejercen la prostitución en clubes o pisos clandestinos de Segovia

La congregación de religiosas Adoratrices atiende unas 40 usuarias en la provincia para favorecer su reinserción en la sociedad

Miércoles, 5 de noviembre 2025, 07:18

La prostitución existe en Segovia. No hay una estadística que permita conocer el número exacto de mujeres -y también niñas- que pueden encontrarse en esta ... situación en la provincia, pero el Gobierno calcula que son más de doscientas las víctimas de esta práctica ligada a la explotación sexual. Es una realidad escondida, pero tangible. La congregación de religiosas Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad ha acompañado a unas 40 usuarias para favorecer su reinserción en la sociedad después de sufrir esta problemática. La mayoría de ellas son vulnerables y, en ocasiones, se ven obligadas a optar por esta vía al cargar con importantes responsabilidades familiares.

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Es muy difícil conocer la repercusión que tiene la prostitución en Segovia porque es una práctica que permanece en la oscuridad. Su dimensión real es muy desconocida. «Escapa a nuestros ojos a pesar de que, en muchos casos, las violaciones de los derechos humanos más básicos se están produciendo a nuestro lado», refleja el macroestudio elaborado por el Ministerio de Igualdad, que realiza una aproximación cuantitativa sobre las mujeres prostituidas en 2023.

El anonimato, la privacidad y el estigma social que se vinculan con esta práctica imposibilitan tener un recuento con cifras certeras. Sin embargo, el análisis en profundidad de los anuncios difundidos vía 'on-line' y la existencia de una población oculta que es víctima de explotación sexual elevan las estimaciones de mujeres en contexto de prostitución hasta las 202 en Segovia, de las que la mitad se publicitan directamente en internet. Es la segunda cifra más baja de toda la región, ya que tan solo queda por detrás de Ávila, con 91 personas.

Las religiosas prestan atención integral a las mujeres en los propios clubes y pisos clandestinos o en un local cedido por la Universidad de Valladolid

La congregación de religiosas, entidad encargada de hacer seguimiento de la prostitución en la provincia, que también está presente en Burgos y Soria, remarca las «características peculiares» que definen a las mujeres que desarrollan esta actividad fundamentalmente en Segovia capital. «Por proximidad a Madrid, es una ciudad de paso y ellas también están muy de paso; lo más normal es que las que viven aquí y ejercen la prostitución, ya sea por seguridad o por su propia protección, lo hagan en otros territorios», asegura la directora del proyecto regional de Adoratrices, Consuelo Rojo.

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Esto impide que la congregación pueda acceder al total de mujeres en situación de prostitución. Aun así, la responsable desvela que en apenas dos años han contactado con más de 150 personas en sus visitas a espacios donde ejercen esta actividad para ofrecerles ayuda. De hecho, aproximadamente 40 usuarias han solicitado acompañamiento de algún tipo con el objetivo de abandonar este contexto y asegurar su reinserción en la sociedad. «Lo que hacemos es un seguimiento dirigido a generar procesos para que las mujeres puedan ir adquiriendo autonomía», detalla Rojo. O lo que es lo mismo, acompañar a las mujeres en sus primeros pasos hacia la liberación.

Las religiosas, cuya misión es liberar a las mujeres oprimidas por la prostitución, prestan atención integral a las usuarias que así lo requieren, ya sea 'in situ', en los propios clubes de alterne y los pisos clandestinos; o en un local cedido por la Universidad de Valladolid. Su antigua sede, inaugurada hace dos años en la calle Blanca de Silos, ha bajado la verja recientemente al concluir las actuaciones del Plan Camino, impulsado por el Gobierno. Eso no ha impedido que las educadoras, abogadas -cuya labor es esencial para asesorar a mujeres indocumentadas o presentar demandas-, trabajadoras sociales y psicólogas hayan conseguido guiar a decenas de personas en los últimos meses. «Somos un equipo con muchos perfiles profesionales», insiste la directora.

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Distinto panorama

El panorama que ofrece Segovia es diferente al del resto del país. No obstante, hay características compartidas que son muy similares en la comparativa con otras localizaciones vecinas. Por ejemplo, se observa un cada vez mayor desplazamiento de las prácticas de la prostitución desde los sitios abiertos a los espacios más cerrados y ocultos, lo que complica las labores de las entidades a la hora de ofertar su cartera de servicios para brindar su apoyo y ayuda. «Nosotras funcionamos mucho por el boca a boca», especifica la congregación.

La prostitución ha estado presente en la capital segoviana desde el principio de la historia, aunque no fue hasta el siglo XIX cuando el Ayuntamiento de aquel entonces decidió crear un censo de lugares destinados al lenocinio -se contabilizaron cinco- y de localizaciones en espacios públicos -doce calles- donde se concentraban las mujeres prostitutas. En total, se identificaban 37, que lamentaban marginalidad, tratos vejatorios y problemas sanitarios, de acuerdo con la investigación impulsada por el historiador Rubén de la Fuente.

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En 2004, la Guardia Civil tenía constancia de ocho clubes de alterne en Segovia donde se ejercía la prostitución. Estaban distribuidos por la provincia, contaban con 86 plazas, funcionaban con licencia de pensión y en ellos se hallaron 300 víctimas de explotación sexual, todas ellas extranjeras. Una década después, estos espacios se han reducido a menos de la mitad y la prostitución se ha convertido en una práctica clandestina desarrollada principalmente en pisos privados. «Algunos están gestionados directamente por las mujeres, mientras que otros son operados por terceros que se lucran de manera indirecta», aclara el Ministerio de Igualdad.

La llegada del coronavirus supuso un antes y un después en este sentido. A ello se suma que «cada vez están persiguiendo más la trata y, aunque la prostitución hace dos décadas se veía como algo normal, ahora estamos en un momento más abolicionista», explica Consuelo Rojo. Esto no se ha traducido en un menor acceso a la práctica, la cual sigue estando extendida a escala provincial, regional y nacional.

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La era digital

La menor permisividad tampoco ha evitado el surgimiento de nuevas formas de prostitución que son cercanas al abuso, la extorsión o el acoso. El desarrollo de las nuevas tecnologías ha resultado «determinante» en el crecimiento y globalización de la industria de la explotación sexual, indica el análisis gubernamental. Han proliferado las aplicaciones de citas, las páginas web de agencias de prostitución, las plataformas especializadas para el intercambio de contenidos sexuales o los foros, que han canalizado la demanda. «Los tiempos no han cambiado», señala dicho informe.

Aunque definir un patrón de mujer en situación de prostitución es Segovia es una tarea compleja, la portavoz de Adoratrices asegura que suelen ser personas en un contexto de «mucha vulnerabilidad». «La pobreza y la vulnerabilidad migratoria son condiciones de posibilidad del mercado prostitucional», corrobora el Ministerio de Igualdad. La nacionalidad colombiana lidera el listado de usuarias identificadas, seguida de la española, brasileña, venezolana, paraguaya, dominicana y rusa. Un tercio de las mujeres tenían entre 25 y 36 años, el 28% se situaban en el rango de 18 a 24 años y el resto, superaban estos umbrales. Todo ello teniendo en cuenta que en el 31% de los casos la edad es desconocida.

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«La prostitución es la parte más oscura de la humanidad, es un problema que está ahí pero muchas personas no quieren ver: somos una sociedad muy hipócrita»

Muchas de ellas han sufrido violencia a lo largo de su vida, incluso en la infancia; mientras que otras cargan con elevadas responsabilidades familiares. Las historias que la congregación de religiodsas han recopilado son muy variadas y, la gran mayoría, muy dolorosas. «Hay casos de maltrato por parte de sus parejas, usuarias con capacidades diversas a las que sus novios han engañado para meterlas en prostitución...», relata Rojo. Por este motivo, llama a desterrar cualquier cliché y juicio de valor. «Son mujeres con sueños, sufrimientos, dolores y esperanzas que, a veces, están un tiempo en esta situación porque es la manera que mejor han encontrado o porque han llegado a ese lugar para seguir viviendo», subraya.

La conclusión a la que llega la responsable de ayudar a las mujeres en contextos de prostitución en Segovia después de tantos años a su lado es que «cada una tiene un porqué». En cualquier caso, Rojo remarca que esta práctica sexual «es la parte más oscura de la humanidad; es un problema que está ahí pero muchas personas no quieren ver, somos una sociedad muy hipócrita».

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