«Vamos a la Loa, que ya es Bien de Interés Cultural»

Cuando el 16 de agosto amanece en La Alberca, todos los vecinos y vecinas, incluso los que pasaron noche sin dormir, sienten el gusanillo de asistir a la representación de la Loa, como si algo rondara sus corazones que les hiciera ponerse en marcha hacia el marco singular del Solano al amparo de la iglesia.

Allí se reúnen miles de vecinos, serranos de todos los pueblos, visitantes y curiosos para sin duda disfrutar de tan magnífico auto, como si el final no estuviera escrito. Un año más mantenemos expectantes la emoción, porque el mal ha presentado sus armas, que son muchas y poderosas, y parece que conseguirá sus fines hasta que entre las nubes aparece un desfile de ángeles arropados por San Miguel y, una vez más, el bien triunfa sobre el mal. Y todo el mundo aplaude y respira y al respirar se cuela el olor a pólvora que trajo el Demonio.

Nadie en La Alberca entendería la fiesta sin la Loa, nadie entendería La Alberca sin la Loa, me atrevo a asegurar que no hay familia que no haya visto subirse a las tablas del Solano a un familiar, porque la Loa es del pueblo y sienten con orgullo que deben defenderla.

La Loa es de todos y de nadie, es religiosidad, es arte en las tablas, es emoción, es tradición, es fiesta, es única y el dilema que hace que cuando pensemos en lo que hemos visto en las tablas recapacitemos sobre las debilidades y fortalezas de nuestra especie.

La Loa está de enhorabuena, sobre todo porque está muy viva, porque hay muchas personas que velan por ella, muy jóvenes y audaces y muy mayores y valientes. Está de enhorabuena porque llegan los reconocimientos y son de peso. Ya es fiesta de Interés Turístico Nacional y ahora BIC, Bien de Interés Cultural, y todos los albercanos estamos de enhorabuena porque sabemos hacer las cosas bien y además las mejoramos y las guardamos y las mostramos al mundo auténticas, originales y sentidas, sin aspavientos porque tienen tanta fuerza que por sí solas son grandes.

Y para terminar diré: «Ya que es día de contento según el cielo publica, regocíjese la Tierra al ver que se regocija el Cielo pues anuncia parabienes, contentos, glorias y dicha que la Loa de La Alberca es grande con toda justicia».