Las terapias personalizadas abren una nueva era en la lucha contra el cáncer

«Fuimos los primeros -rememora el director del CIC, Eugenio Santos- y lo hicimos siguiendo el modelo 'Comprehensive Cancer Center' de Estados Unidos, donde hay muchos centros como el nuestro». La filosofía que inspiró el proyecto era muy clara: trasladar la investigación que se venía haciendo en las probetas de los laboratorios al lado de la cama del paciente.

Casi dos décadas después de su inauguración, el CIC salmantino sigue ubicándose en posiciones de vanguardia en su incombustible lucha contra el cáncer. La nueva fase en la investigación mundial sobre los diferentes tumores, y en la que participa de lleno el CIC, se centra en desarrollar investigaciones sobra la puesta en marcha de terapias dirigidas y personalizadas para cada paciente, teniendo como base de estudio el perfil genético de la persona y las posibles mutaciones. «Es un paso más en la investigación sobre el cáncer y ese es el momento que estamos viviendo ahora, que no tiene nada que ver con lo que sucedía hace 20 o 30 años, cuando no conocíamos los mecanismos que producían el cáncer y entonces solo se hablaba de tratamientos y se daban palos de ciego y nadie hablaba del diagnóstico precoz».

Eugenio Santos explica que actualmente, gracias a descubrimientos realizados años atrás y que han resultado trascendentales, como sucede con los oncogenes, «sabemos que el origen de todos los tumores se encuentra en una lesión que se produce en uno de nuestros genes». Por ello, las nuevas tendencias en investigación pasan por descubrir cuáles son los agentes que provocan estas mutaciones. De ahí, la enorme importancia tanto de la prevención y del diagnóstico precoz, enlanzándolas precisamente con la investigación, lo que permite, por ejemplo, conseguir «un diseño racional de nuevos fármacos».

El desarrollo de terapias dirigidas y personalizadas para cada enfermo de cáncer es una tendencia por la que apuesta el CIC y que tiene resonancias planetarias. «Es lo que Obama llamó 'medicina de precisión'», anota Eugenio Santos. Precisamente, en enero de 2015 Barak Obama anunció la puesta en marcha de un plan de financiación para incrementar la investigación de tratamientos médicos que se ajusten a los datos genéticos de los pacientes, un ambicioso programa que se sufragaría con la nada despreciable cuantía de 215 millones de euros. El entonces presidente de Estados Unidos sintetizó los sugestivos postulados de esta iniciativa cuando proclamó que «la promesa de la medicina de precisión es dar el tratamiento correcto, en el momento correcto y siempre a la persona correcta». Para ello, deberían crearse varias bases de datos con información genética de hasta un millón de norteamericanos para ponerlos a disposición de los científicos. Haciéndose eco del mensaje que lanzó el expresidente norteamericano años atrás, Eugenio Santos insiste en que el presente y el futuro en los estudios y las investigaciones sobre el cáncer se vertebran en torno a lograr tratamientos dirigidos y personalizados.

Actualmente, el centro salmantino, ubicado en el Campus Miguel de Unamuno de la Universidad de Salamanca, cuenta con 25 potentes y dinámicos grupos de investigación distribuidos por sus diferentes laboratorios y departamentos. En total, la plantilla del CIC está compuesta por unas 250 personas, de la que forman parte desde los investigadores propiamente dichos hasta el personal de apoyo a la investigación. El CIC sigue manteniendo su perfil fundacional de centro mixto USAL-CSIC, pero se ha dotado de una herramienta fundamental para su operatividad y su funcionamiento. Se trata, tal como señala Eugenio Santos, de la Fundación de Investigación del Cáncer de la Universidad de Salamanca -conocida habitualmente por sus siglas de FICUS- y que agrupa en sus filas, en condición de patronos, a las consejerías de Educación y Sanidad de la Junta de Castilla y León, la Universidad de Salamanca y el Instituto Carlos III de Madrid. Es gracias a la fundación FICUS cómo se puede articular un modelo empresarial para un centro de investigación de las características del CIC y a través de FICUS se puede llevar a cabo, por ejemplo, la contratación de personal.

De hecho, la fundación FICUS tiene una estructura administrativa independiente que permite agilizar y gestionar directamente la actividad económica general del centro, así como promover actividades de captación de fondos procedentes de diversos niveles públicos y privados. Por un lado, la fundación contribuye a la fluidez de la actividad científica del centro mediante la contratación de personal posdoctoral, técnico y administrativo. Por otro, sirve de puente de engarce entre las actividades del CIC y el mundo exterior. Ello se lleva a cabo mediante la difusión de las actividades del centro a la sociedad e, inversamente, mediante la canalización de ayudas y mecenazgo por parte de individuos, compañías privadas y organizaciones no gubernamentales hacia el CIC.

La calidad y el rigor científico de las investigaciones que se desarrollan en el CIC se reflejan también en el enorme volumen de publicaciones de alto nivel científico que editan. «Anualmente publicamos entre 150 y 200 publicaciones», resalta Eugenio Santos, caracterizándose todas ellas por su elevada potencialidad científica, dado que son publicaciones indexadas con una media de índice de impacto del 6.

Capítulo aparte es el siempre espinoso asunto de la financiación, un aspecto donde Eugenio Santos se ha mostrado en todo momento especialmente crítico, dado que entiende que el CSIC se encuentra claramente infrafinanciado. El presupuesto anual del centro se sitúa entre «los siete y los siete millones y medio de euros», pero la financiación que llega por la vía institucional resulta totalmente insuficiente, dado que son unos 70.000 euros anules, una cantidad que no duda en calificar de «ridícula». De hecho, en el centro hay aparatos tecnológicos que resultan imprescindibles para la práctica investigadora y que cuestan un millón de euros.

La infrafinaciación se refleja, por ejemplo, en los 14.000 euros anuales que le asigna la Universidad de Salamanca o los 42.000 euros que llegan procedentes de las arcas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Ante la escasa ayuda institucional, que coloca al CIC salmantino en una situación desfavorable frente a otros centros científicos de España que disfrutan de mayores recursos institucionales, los investigadores del CIC optan por buscar financiación mediante la concurrencia con sus proyectos a diferentes convocatorias nacionales y europeas. Tanto es así que, según las estimaciones que baraja Santos, la práctica totalidad de los fondos que maneja el CIC -el 99%- proceden de la financiación obtenida a través de los proyectos.

Enlazando con lo anterior, el CIC consiguió el pasado año convertirse en el primer centro de la región acreditado como Centro de Investigación de Excelencia de Castilla y León. Desde el punto de vista económico, este reconocimiento supondrá para el CIC recibir una jugosa ayuda de 2,1 millones de euros hasta el año 2022. La acreditación, concedida tras una evaluación externa que fue realizada por científicos españoles e internacionales, se enmarca dentro de la convocatoria de la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León orientada a la financiación de Planes y Programas Estratégicos de Investigación Ejecutados por las Estructuras de Investigación de Excelencia, dentro de la Estrategia Regional de Investigación e Innovación para una Especialización Inteligente (RIS3) de Castilla y León para el periodo 2014-2020 y que se financia con fondos Feder.

En lo que se refiere a la estructura del CIC, en sus instalaciones se encuentran situados el Servicio de Patología Molecular y Comparada y el Nodo Coordinador del Biobanco en Red de Enfermedades Oncológicas de Castilla y León (Beocyl), así como las unidades de Bioinformática,Genómica, Proteómica, Microscopía, Oncofarmacología Traslacional, Diagnóstico Molecular y Celular, Consejo Genético-Cáncer Hereditario y Biología Estructural. Cabe destacar que el Biobanco en Red de Enfermedades Oncológicas tiene una dimensión regional y trabaja activamente con todos los hospitales de Castilla y León y también con hospitales de otras regiones, realizando todo tipo de análisis de las muestras que les remiten los hospitales.

Además, el CIC cuenta también con una faceta netamente formativa, disponiendo de un programa de máster y otro de doctorado «Al año se hacen en el centro unas 25 tesis doctorales», apunta Eugenio Santos, quien destaca también los simposios especializados de alto nivel que se vienen celebrando de forma periódica en el CIC con conferenciantes de reconocido prestigio.

Pero el CIC ofrece mucho más, dado que su trayectoria a lo largo de estas casi dos décadas de actividad está jalonada por otros muchos frutos, como las patentes que se han creado en sus instalaciones y las 'spin offs' que han surgido en las mismas. Además, el centro se somete periódicamente a evaluaciones externas para medir y evaluar los resultados de su actividades científicas e investigadoras y las recopila de forma pormenorizada en sus memorias, denominadas 'Scientific Repor'.