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María Blanco y Tomás Alba en un reparto de comida de Cruz Roja. LAYA
Coronavirus en Salamanca: «El sentimiento de querer ayudar está por encima del miedo»

«El sentimiento de querer ayudar está por encima del miedo»

María Blanco es voluntaria en Cruz Roja Salamanca y se siente sorprendida por todo lo que abarca la organización y por toda la gente que se ha apuntado a ayudar en estos días

m. laya / word

Sábado, 25 de abril 2020, 11:21

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En tiempos de necesidad y ayuda surgen historias como las de María Blanco, una salmantina de 25 años que estudia Relaciones Laborales y Recursos Humanos. Además, trabaja en una empresa de animación sociocultural, aunque por motivos de su actividad prevé que no volverá al trabajo en bastante tiempo. Estos días compagina sus estudios con el voluntariado en la Cruz Roja de Salamanca. Es su primera experiencia, aunque ya está ansiosa por volver y echar un cable en los distintos proyectos que tiene la organización.

–¿Por qué decides apuntarte al servicio de voluntariado?

- Yo siempre he sido una persona que intenta ayudar a los demás en todo lo que se puede. Todo esto empezó a raíz de una conversación con mi hermano de que había un proyecto en la Cruz Roja y me puse en contacto con ellos. Todo fue muy rápido, me mandaron toda la documentación, hice un curso 'online' de prevención del virus, que era necesario para poder optar al voluntariado.

- ¿Cómo fueron tus primeras horas en la Cruz Roja?

El primer día fui a la sede de la Cruz Roja. Vas a ayudar, pero vas sin saber realmente lo que vas a hacer. Nos recibieron a los voluntarios y ya nos empezaron a explicar las medidas de protección que teníamos que llevar: dos pares de guantes, mascarilla… Son muy rigurosos en el tema de la seguridad, siempre con protección, cambiarla si ha habido posibilidad de haber tocado algo infectado, echarse gel desinfectante… Mi labor era la de crear lotes o repartirlos, así que nos bajamos al almacén que es donde recibimos toda la mercancía de los supermercados. Allí nos distribuyen porque están los lotes de higiene, de comida no perecedera, los de alimentos perecederos… Cada día es distinto. Algo que me agradó mucho es ver que toda la gente que está allí es gente que tienen muchísimas ganas de ayudar, muy amable, con la que haces migas enseguida. El ambiente de trabajo es fenomenal, todo el mundo se ayuda en todo y rápidamente si tienes cualquier problema están ahí para ayudarte.

- Acudes con buena voluntad. El miedo ¿dónde se aparca?

- Sabes que la posibilidad de infectarte existe y más en una ciudad como Salamanca que tiene unos números de fallecidos e infectados altos, pero realmente piensas en toda esa gente que está mucho peor que tú, que tiene mucho más riesgo de cogerlo que tú. Somos gente joven, que vamos muy bien protegidos y que extremamos mucho la seguridad e higiene. Si nosotros no ayudamos a esa gente que no puede, no tiene medios o está infectada y no puede salir ¿quién lo va a hacer? Es casi una obligación moral, tenemos que ayudarnos todos. Vas con cuidado siempre, porque sabes que eso está ahí y aunque no seamos un grupo de riesgo también le ha tocado a algún joven. Pero creo que el sentimiento de querer ayudar y de hacer algo bueno por los demás está por encima de ese miedo.

- ¿Qué es lo que más te ha costado?

- Yo soy una persona muy afectuosa, de dar muchos abrazos y lo de guardar la distancia de seguridad es lo que peor llevo, y más cuando una persona te agradece de una manera tan sincera lo que estás haciendo. Por como soy es muy duro, me cuesta mucho frenarme de tener un gesto afectivo, aunque solo sea una palmadita.

- ¿Cuál fue tu primera experiencia con los repartos a domicilio?

- El primer día que salí a la calle con la furgoneta fue algo increíble. Además de volver un poco a sentirte en la calle, el hecho de saber que lo que estás haciendo llega a la gente, ver sus caras de agradecimiento. Te ves cargando la furgoneta de cosas que necesita la gente y no tiene acceso a ellas, ellos no pueden por algún motivo ir a por lo que nosotros les llevamos. A mí me alegra la vida ver a esas personas, ver sus caras cuando llegamos, te hace sentirte muy bien contigo misma por lo que estás haciendo, es un recargo de moral muy fuerte. Fuimos a una ortopedia a por unas zapatillas que necesitaban unos señores y cuando ya nos íbamos y estábamos en la calle salió corriendo la chica de la tienda únicamente para darnos las gracias y felicitarnos por nuestra labor.

-¿Qué fue lo que más te llegó al corazón de todo lo que has vivido?

- Lo que más me impactó fue cuando salí ese día de ayudar en el reparto en la Cruz Roja. Yo me dirigía a casa cuando vi a una persona muy mayor, ya con una salud algo precaria, que se había arrimado a un banco para coger un descanso. Me acerqué y le dije que si le ayudaba con las bolsas de la compra porque iba muy cargado y le costaba apenas caminar, andando despacio y cojeando algo. Durante el trayecto me contó que estaba muy mal, que le habían operado hace poco y que la herida se le había infectado y que no podía ir al médico, todo esto con los ojos entre lágrimas y repitiendo mil veces gracias. Le llevé la compra hasta la puerta de su casa y le expliqué todas las ayudas que tenía la Cruz Roja para gente en su situación. Le ofrecí ayudarle con la compra cuando lo necesitara y el hombre se emocionó y rompió a llorar de nuevo y se me cayó el alma a los pies, a la vez que me sentí muy bien porque fue la vez que me han dado las gracias con tanta sinceridad, se le notaba en los ojos que lo decía de corazón.

Vídeos explicativos de la pandemia

- ¿Tras tus primeros días qué piensas ahora de la Cruz Roja?

- Mi cambio de mentalidad ha sido con la Cruz Roja en general, ves cosas en los medios de comunicación, pero hasta que estás dentro no eres consciente de todo el trabajo que hacen a todas las escalas. Todo lo que abarca, toda la gente que ayuda es increíble. Me da rabia que al ser tantísimas personas las que queremos acceder al voluntariado no puedes ir todos los días que solicitas, porque además quieren que todo el mundo pruebe la experiencia de lo que es ser voluntario y más de lo que es esta pandemia y lo importante que es ayudar y te hace sentir tan bien. Y me da rabia porque en breve nos vienen los exámenes de la carrera y tendré que cesar mi ayuda temporalmente. De todos modos, como el sector en el que trabajo no creo que pueda volver a reanudar actividad hasta dentro de mucho, intentaré volver a reincorporarme para seguir ayudando con niños, exclusión social… Para poder seguir en esos otros proyectos de voluntariado y echar una mano.

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