La segunda ola deja atrás el pico, pero el 86% de la provincia de Salamanca continúa en riesgo 'muy alto'

En ese punto están Castilla y León y, obviamente, la provincia de Salamanca. Los datos de incidencia acumulada a 14 días (en casos por 100.000 habitantes) reflejan que empieza a producirse un lento aplanamiento, e incluso un descenso, salteado por brotes que cambian la tendencia bruscamente en las localidades más pequeñas.

La Junta de Castilla y León ofrece la incidencia municipio a municipio en aquellas localidades de la provincia con más de mil habitantes. 19 de esos lugares han visto decrecer su incidencia acumulada, aunque siguen estando en la calificación de 'riesgo alto', excepto dos, Lumbrales y La Alberca, que la han reducido a riesgo 'medio'. Se trata de Aldeadávila de la Ribera, Carrascal de Barregas, Guijuelo, Villares de la Reina, Macotera, Calvarrasa de Abajo, Pelabravo, Salamanca, Ledesma, Aldeatejada, Santa Marta de Tormes , Lumbrales, La Alberca, Carbajosa de la Sagrada, Cabrerizos, Terradillos, Villamayor, Doñinos de Salamanca y Castellanos de Moriscos.

Tres localidades de más de mil habitantes mantienen la incidencia de la covid sin ninguna variación: Ciudad Rodrigo, Monterrubio de La Armuña -ambas en riesgo 'muy alto'- y La Fuente de San Esteban -alto-.

Por contra, otros siete municipios han incrementado su incidencia acumulada; es el caso de Béjar, Alba de Tormes, Peñaranda de Bracamonte, Villoria, San Cristóbal de la Cuesta, Vitigudino y Fuentes de Oñoro. Todos ellos mantienen el riesgo 'muy alto', salvo Vitigudino, que sigue el riesgo 'alto'.

A veces estos saltos brutales en la incidencia acumulada se pueden explicar por «un brote o un cribado masivo en una residencia, por ejemplo», comenta Ignacio Rosell, secretario del Comité de Expertos de laJunta de Castilla y León. «Estos incidentes desvirtúan, en principio, la foto fija del municipio, pero también son motivo de alerta. Se deba o no a un brote, cuantos más casos emerjan más sencillo es que el coronavirus se descontrole.

Cuando se impuso el toque de queda, el 25 de octubre, el excel de la Consejería de Sanidad reflejaba una correspondencia terrible: semana 43 de pandemia, crecimiento del 50% en el número de casos. «El aplanamiento empieza por crecer más despacio. La semana 44 creció menos que la 43. Entonces el incremento, en una sola semana, fue una barbaridad. Algo increíble. Eso se fue reduciendo a un 15% y ahora vamos bajando. Es una señal de aplanamiento, pero se ha conseguido con toque de queda, hostelería cerrada y mucho miedo en la gente», recuerda Rosell.

El pico de la segunda ola se sitúa, salvo rebrote inesperado con la situación actual de restricciones, en la semana 44. Es decir, la que acabó el 1 de noviembre. Las dos siguientes ha menguado la incidencia acumulada de la enfermedad, aunque la mayoría de la población salmantina se encuentra en zonas de riesgo «muy alto», el 86% de los 29 municipios de más de mil habitantes tienen esa calificación; es decir, 25 de ellos, mientras que dos están en riesgo 'alto' y otros dos en 'medio'.

Las grandes cifras permiten entrever la tendencia general de la enfermedad. Y esa es paulatinamente decreciente, pero con matices. Porque parte de unos indicadores altísimos a todos los niveles. Se tomó como base para el nivel muy alto el índice de 250 casos por cien mil habitantes en incidencia acumulada a 14 días, y se hizo cuando ya muchos lugares de España rebasaban con amplitud los 500. «Los 250 en Europa son un límite que lleva a medidas críticas», recuerda Rosell. El camino hasta rebajar la alerta a nivel «alto», por debajo de esos 250, es arduo.

Esa tendencia decreciente de los contagios se puede ver en la capital salmantina, donde la incidencia acumulada ha bajado de los 842 a los 570 casos por 100.000 habitantes. Por encima de esa incidencia de 500 se encuentran localidades del alfoz, como Santa Marta de Tormes, Carbajosa de la Sagrada y Cabrerizos (supera los 600).

El municipio con mayor incidencia acumulada de casos diagnosticados es Guijuelo, con 1.101 y eso pese al descenso de casi medio millar, ya que la incidencia el 13 de noviembre era de 1.598. Le sigue Macotera, con un índice de 964 y también un descenso similar, tenía 1.446. Estas dos localidades de hecho se encuentran entre las que más han visto decrecer su incidencia acumulada, junto a Villares de la Reina, que baja a la mitad en incidencia al pasar de 960 a 472. Carrascal de Barregas, que también sobrepasaba una incidencia de mil casos por 100.000 habitantes (1.078) la ha rebajado ahora a 415 (663 menos). Pero donde más han bajado los casos es en Aldeadávila de la Ribera, que tenía un índice desorbitante, nada menos que 4.493 casos, cayendo ahora hasta los 327.

Sin embargo, la tendencia decreciente de contagios no se da en localidades como Ciudad Rodrigo, aunque esta sí se mantiene en 786. Ocurre lo contrario en otra población importante de la provincia, como Béjar, que ha incrementado levemente la incidencia y pasa a 722 casos por cada cien mil habitantes. Con una incidencia similar y también un incremento se sitúa Peñaranda de Bracamonte (de 687 ha pasado a 719).

También se ha incrementado la incidencia acumulada en Alba de Tormes (de 463 a 482), Villoria (592 a 666), San Cristóbal de la Cuesta (289 a 385) y en Vitigudino (40 a 160), pero sobre todo en Fuentes de Oñoro que ha pasado de un índice de casos de 88 a 353 (265 más).