«Queremos leyes que favorezcan la vida y que no pase lo contrario»
El delegado de Familia y Vida de Salamanca, Florentino Gutiérrez, se suma a la postura de la Conferencia Episcopal ante la próxima aprobación de Ley de regulación de la Eutanasia
redacción / word
Lunes, 4 de enero 2021, 11:35
El delegado de Familia y Vida de la Diócesis de Salamanca, Florentino Gutiérrez, ha organizado una celebración hoy a las 18:00 horas en la Catedral Nueva, «para pedir al Señor con insistencia y urgencia que nos ayude a facilitar leyes en el Parlamento que favorezcan la vida, y que no pase lo contrario», subraya. En este sentido, insiste en que estamos «en manos del Señor, y él nos ha dicho, pedir y recibiréis». Y aclara que, sin querer meterse con nadie, «pedimos al Señor la gracia de tener leyes que favorezcan la vida».
En cuanto a la nueva Ley, Gutiérez se posiciona con la postura de la Conferencia Episcopal y afirma que es «una mala ley, que no defiende la vida, sino que proporciona la muerte». El también vicario general de la Diócesis de Salamanca, confirma que esta ley tiene «incoherencias, que nos parecen graves, y que hay que denunciar, porque también es una misión de la Iglesia». Entre ellas, una antropológica, asegura, y así lo dicen los obispos españoles, «porque se arfirma una radical autonomía individual, y al mismo tiempo, se reclama una intervención compasiva de la sociedad a través de la mediación de la medicina».
Por otra parte, añade, hay una «incoherencia médica», porque «todos hemos elogiado a la profesión médica, que se compromete en el cuidado y defensa de la vida humana, y la ley permite y apoya que los médicos hagan lo contrario, que es servir a la muerte». Por ello, cree que es algo «incomprensible». Y en tercer lugar, es la misma ley, «que tiene función de criterios éticos, la que no puede proponer la muerte como solución a los problemas, y estamos profanando la ley, es una mala ley».
Este delegado diocesano apela a la propuesta de la Conferencia Episcopal, «como manera de salir de esta trampa, y tener cierta seguridad, y la posibilidad de hacer el testamento vital donde conste que no queremos participar en esta iniciativa». En el mismo «se pide que si por mi enfermedad estoy en una situación crítica, no se me mantenga en vida por medio de tratamientos desproporcionados, que no se aplique la eutanasia, y que se administren tratamientos adecuados para paliar los sufrimientos».
En relación a la postura de la Conferencia Episcopal, Gutiérrez defiende los cuidados paliativos, «porque entendemos que cuando llega el momento de la muerte, hay sufrimiento, pero Dios no quiere que suframos, no queremos ver a un familiar sufriendo, pongamos los medios para evitarlo en esos momentos tan dificiles, pero los cuidados paliativos nunca van en busca de la muerte, sino de suspender el dolor».
Por lo tanto, «esto tiene que quedar claro, y es el gran propósito de la Iglesia en este momento», porque «la solución no es hacer morir al enfermo, vamos a curarle, a atenderle, a dar las facilidades psicológicas, fisiológicas, espirituales que requiera, pero dejemos que llegue la muerte a su tiempo, y no prolonguemos tampoco la enfermedad, que no haya encarnizamiento terapéutico, cosa que tampoco admitimos, que sea la muerte la que llegue cuando tenga que llegar», afirma Gutiérrez.
Para los cristianos, recuerda Gutiérrez, «las leyes humanas tienen que estar sometidas a una ley superior, que es la ley natural, la ley de Dios». Además evoca el quinto mandamiento, 'no matarás', y afirma que «no caben interpretaciones», porque hay que respetar la vida, «no somos dueños de ella, somos administradores, y la ley de Dios es la primera, y no hay que saltársela por unos votos».