El Perrero vuelve al Nava de Francia entre jotas y picados serranos

Como cada San Silvestre, último día del año, en El Casarito y en Nava de Francia, el protagonista fue El Perrero, en esta ocasión encarnado por Rául Sánchez, junto a sus dos alguaciles, Álvaro Valle y Carlos García. Tampoco faltó el acompañamiento del tamborilero, Faustino Sánchez, de Doñinos, que anunciaba la llegada de los protagonistas del día a través de jotas, picados serranos o pasadobles. Una cita muy esperada tanto por los mayores del municipio, que llevan décadas disfrutando de esta tradición, como los más pequeños, que no dudaron en esconder las varas floreadas de los alguaciles, como detalla el concejal de Cultura del Municipio, Marce Mateo.

Esta tradición simboliza en parte la despedida de un año para dar la bienvenida a uno nuevo. Este personaje, que viste una camisola de lienzo y un gran collar, porta en la mano una vara con la que va asustando a grandes y pequeños por la calle.

A las ocho de la mañana, El Perrero comenzó a despertar a los vecinos de El Casarito, entrando en sus casas, donde suele ser recibido por licores, chocolate o dulces. Después, con su vara llegó a Nava de Francia, para seguir el recorrido por las viviendas, cerca de una treintena, donde los mayores le reciben con los brazos abiertos, y los más pequeños, que en ocasiones se asustan al ser despertados por este personaje popular de esta zona de la Sierra. Poco a poco, como describe este concejal del municipio, a El Perrero y a sus alguaciles se le suma una comitiva con los vecinos o visitantes, que acuden a esta cita del 31 de diciembre. En esta ocasión, y a diferencia de otras citas, el sol y la temperatura acompañó a este popular personaje, hasta el mediodía, que dejaron de visitar casas para acudir a la eucaristía por San Silvestre, donde entregan los donativos. Y después, un convite para todos ofrecido por el Ayuntamiento.