Miróbriga festeja a San Sebastián, patrón de la ciudad, con aforo reducido en todos los actos

Si todos los años se habla de si había mucha o poca gente en la celebración de San Sebastián, patrón de Ciudad Rodrigo, este año el planteamiento estaba claro y la presencia de público en los diversos actos no fue más allá de la parte institucional. De este modo, varios representantes municipales, la directiva de la Cofradía de San Sebastián y algún fiel más, secundaron el programa que había quedado reducido a lo mínimo, al igual que el aforo, debido a la situación derivada de la pandemia.

En primer lugar, se desarrolló una ofrenda floral en el monolito que se sitúa en el parque de la Glorieta en memoria de las víctimas de la covid. El alcalde, Marcos Iglesias, no solo tuvo palabras de recuerdo para esas personas fallecidas por esta enfermedad, sino para todos a los que no se ha podido despedir «como se merecían».

El alcalde, el presidente de la Cofradía, Alipio Martín, y el Obispo Administrador Apostólico, Jesús García Burillo, fueron los encargados de depositar una corona en ese monolito. También se guardó un minuto de silencio que fue roto por el sonido de la trompeta.

Ya en la Catedral de Santa María, con el aforo limitado a 25 personas, García Burillo fue el encargado de presidir esta eucaristía en honor al patrón, la tercera vez que lo hacía desde su llegada a la Diócesis.

Precisamente, sobre la Diócesis civitatenses y algunas de las especulaciones que se han generado en torno a su futuro, se pronunció el Obispo de manera sutil, pero perfectamente entendible.

«Esta es la hora en que también nosotros, mirobrigenses, hemos de expresar la fortaleza de nuestra fe, por eso no podemos abandonarnos a nuestros propios deseos por lícitos que nos parezcan».

Recordó que hace un año, «se reunía con nosotros en esta catedral el Nuncio Apostólico de Su Santidad en España. Quiso hacerse presente apenas unos días después de su llegada a España». Se refirió a todas las actividades en las que participó y cómo, desde entonces, «me ha preguntado por vosotros cada vez que nos hemos visto, se ha interesado amable y fraternalmente. Ha escuchado de manera atenta, conoce el parecer de algunos de vosotros a los que se ha dado voz, de muchos de vosotros me atrevería a decir». García Burillo pidió, de manera expresa, «confiar en la Iglesia y en su jerarquía que sólo quiere el bien para todos sus hijos, en el Papa Francisco, en su Nuncio Apostólico, en la Conferencia Episcopal y si os queda algo, también en el Administrador Apostólico del Papa».

Concluyó que «la rebelión o la desesperanza son un signo de desconfianza en el poder que Cristo ha dado a su Iglesia».

Por último, en la puerta de la casa consistorial se entregó el reconocimiento como Mirobrigense Ilustre a la familia del fallecido Agustín Sánchez 'Moriche'. En próximas fechas se hará lo propio con los otros dos homenajeados: José David Flores y Jaime Bajo, que ayer no pudieron estar.