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El padrino, Poli Díaz (a la izquierda), ayudó a las mujeres a realizar chorizos en la Plaza. M.J. GUTIÉRREZ
La festividad de Sebastián da paso a los actos de la rifa del marrano de San Antón

La festividad de Sebastián da paso a los actos de la rifa del marrano de San Antón

LA ALBERCA ·

Jesús Joya es el poseedor de la papeleta 3.868, premiada ayer tras el discurso del padrino del cerdo, Poli Díaz

M. JESÚS GUTIÉRREZ / WORD

LA ALBERCA

Domingo, 21 de enero 2018, 12:43

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Jornada llena de actos la de ayer en La Alberca, ya que este año y al coincidir la rifa del marrano de San Antón (que siempre se hace el sábado siguiente a la festividad de San Antonio Abad, que fue el pasado miércoles 17) con el día 20, festividad de San Sebastián, y que este año además se cumplía el centenario de que este santo librara a los albercanos de la peste negra, allá por 1918, los actos se duplicaron, pero no por ello se pisaron unos a otros sino que hubo tiempo para todo.

Así, la jornada daba inicio con la procesión con la imagen de San Sebastián alrededor de la iglesia, que este año además contaba con mayordomos, cuatro jóvenes que de esta forma querían recuperar la antigua costumbre de ser aquellos que entraban en ‘quinta’ y aunque ahora eso ya no sucede, fueron jóvenes de edades cercanas los que decidieron honrar al santo siendo sus mayordomos.

A continuación tuvo lugar la eucaristía, mientras la Plaza Mayor ya se iba llenando de vecinos ataviados con las ropas de antaño, el tamboril dejaba caer sus sones y los más animados comenzaban a bailar las primeras jotas, a la par que los niños no desaprovechaban la oportunidad de montarse en los zambulerios.

Pero los actos programados continuaron sólo finalizar la eucaristía de San Sebastián para dar paso a los actos propios de San Antonio Abad, pues se llevaba a cabo la bendición de los animales a la puerta de la iglesia, donde se reunieron bastantes personas con perros, que fueron los más numerosos, y junto a ellos dos niños con sus tortugas y una mujer con una jaula con pájaros. Todos ellos fueron bendecidos por el párroco, quien recordó que en esta ocasión, como había dicho una mujer mayor, no se habían visto caballerías o cabras, como antaño. Pero las costumbres cambian pero no la tradición y menos en La Alberca que continúa fiel a ellas e incluso no le importa recuperar otras nuevas.

Padrino

A partir de ese momento ya se inició, como cada año, la fiesta de la rifa del marrano de San Antón, que se concentra en la Plaza Mayor, donde el padrino de este año -el sacerdote Policarpo Díaz, más conocido por todos como Poli y quien fuera párroco de La Alberca durante muchos años, de ahí que la asociación de mujeres propusiera que ocupara él este cargo- tuvo tiempo para ayudar a las mujeres a embutir un chorizo como se hacía antiguamente y a escuchar las antiguas coplas de los ciegos, a cargo de un miembro de Cateja Teatro, acompañado en todo momento por el alcalde, Miguel Ángel Luengo, y miembros de la Corporación municipal.

Tras recorrer toda la Plaza y saludar a unos y otros, a las 13:30 horas llegó el momento más esperado y protocolario de la jornada: los discursos y la rifa propiamente dicha, momento en el que siempre se hace un pasillo para que pase el protagonista de la jornada, el marrano de San Antón, que caminó tranquilo entre los asistentes, acostumbrado a deambular por las calles albercanas y entre los turistas desde el pasado mes de junio.

Desde el balcón del Ayuntamiento siguieron las autoridades y el padrino este recorrido y desde allí fue desde donde se dirigieron a los congregados. El alcalde recordó que la fiesta de ayer era uno de los eventos de invierno con más fuerza en la comarca, una tradición que La Alberca ha sabido conservar manteniendo su carácter solidario, y que este año destinará el dinero recaudado con la venta de las papeletas al proyecto ‘Luz para Benin’.

A continuación el padrino comenzó su discurso con unos versos de un poeta alemán que dice: «Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles» y que él repitió cambiándolo por comarcas y pueblos, y por las luchas que éstos mantienen a diario. Lucha que también se daba en los orígenes de la tradición que ayer se celebraba y que, en esencia, significaba la lucha para que los más pobres y sencillos comieran.

Hoy, La Alberca, señaló el padrino, sigue luchando por mantener viva esta costumbre, lucha porque la comarca siga siendo visitada, conocida y querida, lucha por defender la industria derivada del cerdo... Y «así, gota a gota, esfuerzo a esfuerzo y a base de mucho amor, mucha creatividad y mucho tesón por mantener lo genuino, el pueblo de La Alberca sigue manteniendo viva esta tradición» que desde hace unos años se ha convertido en una «lucha solidaria», este año para colaborar con el proyecto ‘Luz para Benin’, que pretende formar a jóvenes en la escuela de Banikoara para que pueden convertirse en electricistas y «cooperar para el desarrollo del país».

Posteriormente se sacó la papeleta ganadora, que fue la 3.868, que había sido comprada por Jesús Joya, albercano que vive en Béjar.

La jornada finalizó con las degustaciones de distintos productos del cerdo y de patatas meneás en la Plaza Mayor para todos los presentes.

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