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Guillermo González (UPA) y José Manuel Cortés (COAG). MANUEL LAYA
«Si desaparecen las explotaciones familiares, adiós al mundo rural»
SALAMAQ'18

«Si desaparecen las explotaciones familiares, adiós al mundo rural»

José Manuel Cortés-COAG Salamanca y Guillermo Gónzalez - UPA Salamanca ·

La Alianza UPA-COAG insiste en que defender un modelo que genera empleo, fija población en el territorio y cuida del medio ambiente y lo hace sostenible

Isidro L. Serrano

Salamanca

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Sábado, 8 de septiembre 2018, 12:19

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Como es habitual desde hace ya bastantes años, La Alianza UPA-COAG no ha faltado a la cita de la Salamaq, la Feria Agropecuaria de Salamanca, un evento que «este año, con la presencia de los Reyes de España en la inauguración ha ganado aún más relevancia nacional e internacional dentro del sector».

Pero la presencia de La Alianza en la feria no es solo testimonial. UPA y COAG siguen desarrollando en este gran escaparate, que visitan miles de agricultores y ganaderos, su principal labor, la defensa de los intereses de los trabajadores del sector y, por encima de todo, la defensa del modelo de explotación familiar que ambas organizaciones profesionales agrarias consideran básico para el mantenimiento del mundo rural.

José Manuel Cortés (COAG) y Guillermo González (UPA) tiene claro que si las explotaciones familiares mueren, habrá que despedirse del mundo rural como lo conocemos actualmente. «Las administraciones tienen que facilitar el relevo generacional en el sector para mantener este modelo de explotación, pero parece, por la forma de actuar de los últimos años, que interesa más que el campo se gestione a base de empresas de servicios, macrogranjas y grandes explotaciones», afirmó José Manuel Cortés de COAG Salamanca.

Una idea en la que insistió Guillermo González, de UPA Salamanca, al asegurar que las explotaciones familiares «generan empleo y dan trabajo a las personas de la zona, fijan población en el territorio, cuidan del medio ambiente y hacen sostenible la actividad agrícola y ganadera, además de generar los productos de calidad que reclaman los consumidores».

Para explicar esta tendencia hacia las grandes explotaciones, José Manuel Cortés puso como ejemplo la propia feria. «Si te fijas en la zona de maquinaria, la mayoría de lo que se presenta no va dirigido a un agricultor o ganadero al uso, pequeño o mediano. Quién se va a comprar una sembradora de 80.000 euros, no la rentabilizaría en la vida. La maquinaria esta destinada a grandes explotaciones, es lógico que los pequeños agricultores no le presten demasiada atención», señaló.

Para que este tipo de explotaciones se mantengan, consideran necesarias dos premisas fundamentales. «Por un lado es necesario que el productor obtenga una rentabilidad suficiente y por otro, que las administraciones, que no dejan de hablar de que están facilitando la incorporación de los jóvenes al campo, realmente lo hagan, porque sino será complicado que este modelo que nosotros defendemos se mantenga», destacó Guillermo González.

En cuanto a la rentabilidad, José Manuel Cortés. discrepó sobre los últimos informes que señalan que la renta agraria había descendido un 50% a consecuencia de los efectos de la seguía en el sector agroganadero del pasado año. «Yo creo que el porcentaje es aún mayor. Y aunque este año aparentemente han ido mejor las cosas, la realidad de los mercados y la incertidumbre internacional están afectando muy negativamente a los productores. Así es difícil plantearse crecer y mejorar las explotaciones. Habrá que espera a ver si salvamos todo lo que se perdió el año pasado para hablar de mejoría», destacó el responsable de COAG en Salamanca.

Y es que la dependencia de los mercados, algo que agricultores y ganaderos no controlan, sigue siendo una losa que impide prosperar al sector. «La presencia de intermediarios y especuladores en el proceso de venta del producto hace que al final el beneficio se quede por el camino y los que salen perdiendo son los agricultores y ganaderos y el consumidor final, que paga un precio elevadísimo por el producto».

Además, ambos coincidieron en que es muy difícil que el pequeño productor puede influir en este proceso de venta aunque se uniese. «Es complicadísimo. Existen grandes cooperativas que aglutinan a cientos de pequeños productores que podríamos pensar que pueden influir en este proceso de venta, pero no es así. La estructura del mercado, tan globalizada, hace que los precios vengan fijados y es muy difícil actuar para cambiar la situación», sentenció José Manuel Cortés.

Otro de los aspectos que preocupan en La Alianza UPA-COAG es el futuro de la Política Agraria Común (PAC), y los posibles recortes en las ayudas. «Yo no creo que Europa vaya a recortar el sistema. Europa se preocupa mucho por que se produzcan productos de calidad, con estrictos controles sanitarios. No puede permitirse el lujo de depender de otros países. Igual que pasa con la energía. Otra cosa es que sea necesario una reestructuración en el reparto. Habría que negociarlo», afirmó Guillermo González de UPA.

Para el representante de COAG, José Manuel Cortés, sin embargo, «no solo no pueden recortarse, sino que los fondos deben incrementarse. Hace falta más dinero para incrementar la rentabilidad, facilitar el desarrollo de este tipo de explotaciones familiares y garantizar su mantenimiento».

Y es que en La Alianza consideran fundamental la negociación con las administraciones para defender el mundo rural. «Muchas veces los partidos le dan más importancia a la rentabilidad política de determinadas actuaciones que al resultado en sí, pero la negociación es fundamental y cuando no hay acuerdo, pues se buscan otras vías», aseguraron coincidiendo que muchas veces no se valora suficientemente el trabado de las OPAS, como en el caso de los ataques de lobos, que al final acabó en los tribunales y terminaron ganando. «Es es un tema que va para largo y lo que hay que hacer es que se ejecuten los cupos, porque muchos años no se matan todos los lobos que están autorizados por la Junta», afirmó Cortés; mientras que González señaló que el ganadero podría convivir con el lobo, pero siempre que se cumpla con lo establecido y se tenga en cuentan que ellos también llevan cientos de años en esas zonas, «y que en el campo no puede haber solo lobos».

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