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Dennis Ávila. JULIA HENRÍQUEZ
Dennis Ávila gana el VII Premio de Poesía 'Pilar Fernández Labrador'

Dennis Ávila gana el VII Premio de Poesía 'Pilar Fernández Labrador'

El autor hondureño, que competía contra otros 1.016 trabajos de 26 países, obtiene el galardón por su obra 'Los excesos milenarios'

REDACCIÓN / WORD

SALAMANCA

Jueves, 16 de abril 2020, 11:56

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El jurado de la VII edición del Premio Internacional de Poesía 'Pilar Fernández Labrador' decidió conceder el galardón al poeta hondureño Dennis Ávila por su obra 'Los excesos milenarios', que se impuso entre los 1.017 trabajos presentados al premio procedentes de 26 países del mundo.

Debido a la situación de confinamiento decretada por el Estado de Alarma para tratar de frenar la pandemia del coronavirus en España, las votaciones del jurado se realizaron utilizando medios tecnológicos, gracias a la coordinación de la secretaria del premio Victoria Pérez Castrillo, informó la organización del galardón.

El jurado estuvo integrado por los literatos Pilar Fernández Labrador, que da nombre al premio, Antonio Salvado, Carmen Ruiz Barrionuevo, Jesús Fonseca, Carlos Aganzo, José María Muñoz Quirós, Inmaculada Guadalupe Salas, David Mingo y Alfredo Pérez Alencart, impulsor del galardón.

El propio Pérez Alencart destaca que el Premio Internacional de Poesía 'Pilar Fernández Labrador' «se ha convertido en un galardón de referencia aquende y allende el castellano», puesto que aunque no va acompañado de un premio en metálico, sí que «otorga el prestigio y el reconocimiento que impulsa o consolida una entrega a la palabra poética. Ganarlo supone un espaldarazo definitivo por la absoluta credibilidad de su jurado, ajeno a todo aquello que no sea la calidad del libro premiado».

Para Carmen Ruiz Barrionuevo, especialista en Literatura Hispanoamericana que escribirá el prólogo del libro que saldrá bajo el sello de la Diputación de Salamanca, Ávila «se apoya en las raíces telúricas y creadoras de los cuatro elementos naturales, desde la cual ejerce una mirada ecológica que integra al ser humano en la búsqueda de su esencia y su verdad. Sin embargo, esa fuerza colisiona pronto con el cambio climático que destruye su mundo, pues, 'roedores del presente', esos mismos seres no facilitan el futuro. El libro plantea una total integración de los ámbitos vegetal y animal, al potenciar la sabiduría de lo primigenio, gesto que le proporciona al mismo tiempo la comprensión de sus raíces ancestrales. También la apropiación del transcurso de lo temporal, al adoptar la forma de recuperación de la memoria, se remonta hasta esos primeros tiempos en los que las relaciones verdaderas se establecían en diálogo y paridad con los demás seres».

Accésit

Además del primer premio, el jurado del galardón también decidió conceder un accésit al chileno, afincado en Luxemburgo, Marcelo Gatica, quien destacó entre los otros 14 finalistas con su obra 'El mar ya no es'.

La entrega del premio y el accésit están prevista para el próximo 14 de octubre, dentro de los actos programados por la celebración del XXIII Encuentro de Poetas Iberoamericanos que, bajo el auspicio de la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes, se desarrolla cada otoño en la ciudad de Salamanca.

Sobre el libro de Gatica, José María Muñoz Quirós, poeta y miembro del jurado, señala que lLos libros de poemas siempre descansan en un eje que motiva toda la estructura y toda su retórica poética, como sucede en este mar que fue rotundidad y fin, destino y horizonte, pero que ya no lo es porque ha determinado ser la construcción fecunda de un lenguaje y una historia más allá de lo estrictamente elegiaco. Tres partes, tres universos, tres estéticas que se formalizan en un solo universo: 'Postales frente al mar', 'Diálogos cuánticos' y 'Postales finales'. Reunión de poemas, prosas, búsquedas formales, innovaciones poéticas, pero sobre todo dolor y experiencia vital, cosmovisión de un universo transido de esperanza. El poeta ha partido de unos textos que denomina postales (cartas breves, material de recuerdo y de memoria estricta) para llegar a otro paisaje interior, amoroso, lúcido, pasando por una metapoesía cuántica que analiza el hecho creador emparentándolo con los agujeros negros donde la luz espera un estallido del verso. Pero al final el poeta sale 'a cazar erupciones de luz en el iris de tus ojos', y el amor y la luz sobresalen en el oleaje de ese mar que ya no es, que se ha transformado en vida».

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