Aumentan las personas extranjeras que solicitan protección internacional en Salamanca
Tras unos años de caída, en los últimos meses el número de inmigrantes en la provincia de Salamanca registra una subida importante
rosa m. garcía / word
Domingo, 1 de marzo 2020, 11:42
El 4,3 por cierto de la población de Salamanca es inmigrante. Un total de 18.148 personas extranjeras había en la capital y la provincia en 2019 con certificado de registro o tarjeta de residencia, de ellas, 13.287 estaban empadronadas.
El año pasado se rompió la tendencia de los últimos años en los que se registraron caídas constantes de la población inmigrante, reduciéndose un 24% en los últimos cinco años precedentes, según los datos de la Secretaría General de la Consejería de Presidencia de la Junta de Castilla y León. De esta manera, en 2013 los empadronados en Salamanca alcanzaban los 16.271, casi el cinco por ciento de la población salmantina; en los dos años siguientes siguió cayendo el número de extranjeros que llegaba a Salamanca, sin embargo, durante 2019, se ha registrado un repunte importante en casi mil inmigrantes empadronados más que el año anterior.
Una de las causas de ese incremento pude tener que ver con la subida importante de las solicitudes de protección internacional, que han registrado un repunte desde los últimos meses del año pasado y la tendencia se mantiene durante el presente 2020. «Hay muchos solicitantes de protección internacional. Solo en febrero, hemos atendido a 39 familias nuevas», afirma Mónica Puente, responsable de Accem Salamanca. El año pasado pasaron por sus oficinas más de 560 personas que habían solicitado protección, sobre todo procedentes de Venezuela y de Colombia, un perfil que se mantiene este año, aunque también reciben solicitudes de personas chinas o marroquíes, entre otras.
«Hace unos años se inició una caída; 2018 y los primeros meses de 2019 fueron más estables, pero desde finales del año pasado ha vuelto a haber una subida fuerte de inmigrantes», añade Puente. Su ONG lo nota, explica, «porque al ser referentes en Castilla y León de la fase cero del programa de protección, tienen que venir aquí para hacer la solicitud; y se ha notado mucha subida».
Las causas, apunta, pueden ser variadas, desde «la situación que hay en sus países, que muchos ya tienen familia en España y se deciden a venir, a los problemas que hay con EE.UU, es un poco todo», pero «todas las entidades hemos aumentado nuestro volumen de trabajo en los últimos meses por la llegada de más personas». En este sentido, destacar que Accem forma parte del Pacto Local para acoger a personas refugiadas, que en los últimos años ha atendido a más de 600. De dicho pacto, forman parte, además de esta ONG, el Ayuntamiento de la Salamanca, la Diputación, Cáritas, Cruz Roja, Salamanca Acoge, Fundación Cepain y Ymca Salamanca,
Problemas
Los principales problemas con los que se encuentran al llegar aquí «sobre todo desconocimiento de cómo funciona, el procedimiento. Mucha gente viene con la idea de que me voy a España y automáticamente ya empiezo a trabajar». En el caso de los solicitantes de protección internacional, «primero están los plazos, porque desde que pides cita hasta que te hacen la entrevista, pueden pasar tres o cuatro meses y luego hay que sumarle otros seis meses más en los que no tienen autorización de trabajo».
En el caso de los inmigrantes, «más de los mismo; en muchos casos no pueden trabajar, porque no tienen autorización. Además está el desconocimiento del idioma, en muchos casos es un handicap importante, así como el desconocimiento de las administraciones, de los procedimientos, incluso lo que es un empadronamiento. Nosotros el primer trámite que hacemos es empadronarles en la vivienda, porque el empadronamiento es necesario para solicitar una tarjeta sanitaria o un arraigo y muchos lo desconocen, no saben lo qué es un empadronamiento».
Todo esos aspectos son los que se trabajan en la primera fase del programa, «son formaciones básicas para prepararlos para cuando cuenten con autorización y acceso al mercado laboral», porque siempre «hay unos pasos previos que no te permiten trabajar».
Otro problema, añade, «es encontrar pisos de alquiler, los precios son muy elevados, independientemente de que reciban ayudas o no, aunque trabajen no se pueden permitir un alquiler con esos precios; no nos los podemos permitir nadie».
Por otro lado, cuando la crisis, «inmigrantes que llevaban mucho tiempo en Salamanca, de repente se volvieron a encontrar sin trabajo, sin recursos, en muchos casos para renovar los permisos de residencia necesitan unos trabajos con unas condiciones mínimas y en aquellos momentos eran difícil de conseguir, por lo que hubo gente que volvió a retomar desde el punto de partida todo el proceso, con la única diferencia que conocía el entorno y tenía una red en Salamanca».
Otro problema para los inmigrantes, en este caso de los solicitantes de protección, es que a muchos se les deniega y Accem los atiende a través del resto programas. También pueden quitarles del programa de protección, salvo que les tengan concedido el Estatuto de Refugiado, «pero es un proceso largo y puede tardar muchos años». Mónica Puente añade que actualmente se les está denegando a personas del Salvador, algunos de los cuales, en función de su situación se tendrán que marchar de España, porque necesitan unas condiciones. «Si llevan más tres años en España y con contrato con unas condiciones determinadas, pueden optar al arraigo, pero depende de los ingresos y los miembros de las familias; son muchos requisitos los que exigen», explica.
Los inmigrantes más numerosos en Salamanca siguen siendo los marroquíes. Según los datos de la Junta, el año pasado estaban empadronados un total de 1.724. Le siguen en número los rumanos y portugueses, con 1.351 y 1.346, respectivamente.
Superan el medio millar los procedentes de Bulgaria, Colombia, China y Brasil, mientras que los de Honduras, Venezuela, Perú, Bolivia, Ecuador y Ucrania se sitúan en cifras que van entre los 200 y 400. También destacan los franceses e italianos, argentinos y cubanos; el resto son de Paraguay, Polonia y Argelia, con menos de cien empadronados.
«Hemos tenido épocas de atender a mucha población marroquí. Ahora menos, porque quizás llevan tiempo aquí y están más adaptados», señala Puente.
Si los más numerosos son los marroquíes, la edad media de los extranjeros que viven en Salamanca es de 37 años; siendo mayoritarios los hombres a las mujeres, 9.235 frente a 8.913.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.