La Alberca: «Debemos apoyar nuestra riqueza en lo tradicional y ser originales»

Que un pueblo tenga un rico patrimonio, un cuidado legado arquitectónico, es sinónimo de riqueza cultural, artística, social, histórica y todo eso se traduce, bien gestionado y con la debida sensibilidad, en riqueza económica. Pero todo esto supone un gran esfuerzo para cada uno de los vecinos y vecinas y las administraciones locales, que si bien entienden que es prioritario conservar para vivir de ello, también son conscientes de que supondrá un gasto.

La Alberca tiene todos los ingredientes patrimoniales para ser un pueblo puntero en este sentido, y además comprometido porque entiende que sin patrimonio no hay turismo y sin turismo no hay riqueza, pero somos conscientes de cómo debemos vigilar y actuar sobre nuestro patrimonio.

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Aquí creo que podemos mejorar y hay margen para esa mejora, pero la premisa debe ser lo sencillo. Nuestra arquitectura es por encima de todo un compendio de elementos prácticos, nuestros mayores hacían sus casas no para destacar, ni pretendían hacerlas más grandes ni más vistosas, ni llamar la atención con sus fachadas; podían hacerse más o menos grandes o pequeñas pero, por encima de todo, las hacían para adaptarlas a su forma de vida.

Un serrano por encima de todo es práctico y eso lo trasladó a lo que hoy llamamos patrimonio arquitectónico. Por eso, quiero reivindicar la sencillez en la construcción, lo práctico y efectivo, huir del barroquismo neorural y apoyar nuestra riqueza en lo tradicional, así seguiremos conservando, siendo originales y ganando patrimonio.

Es necesario entender que si queremos seguir viviendo en los pueblos, debemos vivir con nuestro patrimonio no a costa de él.

Debemos atender a las indicaciones de los técnicos y profesionales, no son nuestros enemigos; nos ayudan, sin duda, a preservar nuestro modo de vida que, junto con el empeño y esfuerzo de los vecinos, harán de La Alberca un referente.