Proyecto Hombre da vida a la fase dirigida a la reinserción familiar, social y laboral
La entidad pone en valor el importante aporte para la sociedad de la segunda oportunidad que se ganan las personas que tras una intensa lucha dejan atrás el mundo de las adiciones
Jorge Holguera Illera
Viernes, 5 de agosto 2016, 12:11
El paso a la reinserción en la sociedad, tras dejar atrás las adiciones, es una de las dos partes que más cuestan del proceso terapéutico de Proyecto Hombre para quienes siguen la terapia, la otra es su llegada a las manos de esta gran obra que preside Manuel Muiños y que en Salamanca auspicia y sustenta la Fundación Alcándara, velando porque se haga realidad este modelo terapéutico en Salamanca ciudad y provincia.
Integrarse en la participación del programa terapéutico de Proyecto Hombre que corresponda o la integración cuesta porque «cuesta romper con los hábitos adquiridos», explica Muiños;y el dar el paso a la reinserción «porque es volver de nuevo a la sociedad siendo tÚ mismo», anota. La vuelta a la independencia acarrea miedos: «al rechazo, a la frustración, al fracaso, al no ver cumplidos tus objetivos, el ver que eres tú el responsable de tu vida, el que tiene que tomar decisiones» indica Muiños. También hay otra serie de temores como «el miedo a estar solo», añade Selina.
Selina tiene 37 años junto a otra quincena de personas más en la nueva vivienda de reinserción que recientemente ha incorporado Proyecto Hombre a su proceso terapéutico gracias a la cesión de un inmueble por parte de los capuchinos para el desarrollo de esta labor social.
También reside en esta vivienda, intentando romper esa barrera ficticia que significa el tránsito del caminar de la mano de Proyecto Hombre a una vida independiente sin el riesgo a volver a caer en la maligna mediación de las adiciones.
Mari José, una mujer de 50 años de edad, que incluso tiene hijos y que corrige a Selina en la interpretación de ese sentir de soledad que dice «es nuestra lucha interior, nos creemos solos, pero no estamos solos, buscamos nosotros esa soledad».
Isidro tiene 35 años y también vive en este céntrico inmueble, en su caso ya tiene empleo. A estas dificultades de llegar a la normalización y autonomía, Isidro suma la facilidad de venirse abajo en el mundo de las adiciones, «por eso tienes que estar con las alarmas puestas y en lucha constante».
Caber recordar que la acción de Proyecto Hombre se dirige especialmente al colectivo de personas con adición. Para dar solución a cada una de estas problemáticas cuentan con dos comunidades terapéuticas y tienen activos varios programas, uno de los cuales destinados a la población presa, otro de ellos ambulatorio. También cuentan con un programa destinado a adolescentes. Otro de los programas está destinado a personas con patología dual y otro a personas mayores de edad con uso problemático al alcohol o dependencia a este. Todas y cada una de estas acciones están destinadas a personas con estas adiciones, pero que se proponen y desean dejarlas.
Este es el caso de Selina, Isidro y Mari José, quienes están a la puerta de superar esta barrera. El tiempo que se tarda no es algo cuantificable pues depende la situación y de la personas, además de muchos otros aspectos circundantes.
Lo importante es afrontar la problemática, ser consciente de ella y estar decidido a luchar contra ella. Proyecto Hombre es el apoyo fundamental para salir de este bache. «Si esa persona cree tener derecho a cambiar y a ser feliz, ahí estamos», manifiesta Manuel Muiños. «Si te lo tomas como algo que va ser bueno para tu futuro, lo conseguirás», indica Selina que se encuentra en la etapa A de la reinserción. Isidro y Mari José están en la B.
Para entender el nivel de las etapas de reinserción hay que conocer que previamente han tenido que pasar por la comunidad terapéutica, posteriormente las etapas son A, B y C de reinserción, «que gradualmente llevan al paciente a ir desligándose de la comunidad para ir integrándose en la independencia personal». Este proceso A y B es el que llevan a cabo en la vivienda de reinserción.
Manuel Muiños pone en valor la importancia de la rehabilitación de las personas que tenían problemas de adición, algo que beneficia claramente a la sociedad. Se trata de una segunda oportunidad, como la que puede buscar cualquier otro ciudadano con otra problemática de otra índole. En el camino van aprendiendo importantes lecciones.
Lecciones
Mari José es madre, y explica que para ella muchas veces la motivación de este proceso es externa,es decir, por la familia. Reconoce que esta «a veces no es la motivación más correcta, porque debe ser interna, la que nos ayuda a salir». A esta consideración Muiños añade que en Proyecto Hombre suelen decir «sólo tu puedes salir, pero no tu sólo». Esto quiere decir que hay factores vitales en este proceso como el «sentirte querido por los demás», subraya. En este sentido, Manuel Muiños opina que echa en falta en la sociedad el facilitar la reinserción de las personas, «no tanto por lo laboral sino en el sentido de aceptarlas y valorarlas el esfuerzo, el trabajo y el cambio que han hecho», en resumen, «no somos conscientes del cambio que han hecho». Considera que «no nos damos cuenta del gran esfuerzo que han tenido que hacer» ni tampoco, «de lo que supone para la sociedad que una persona se reintegre y se rehabilite». Manuel Muiños estima que sería muy positivo el reconocer lo que implica esta superación personal, pues esta lucha favorece e incentiva una inversión más humana que material y sobre todo impulsora de los valores humanos y sociales.
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