Aldeadávila vive su primer encierro con algún problema

Los novillos de los Herederos de Santos Alcalde inauguraron ayer la parte taurina de las fiestas de Aldeadávila de la Ribera con un peligroso encierro. Los valientes corredores se encontraron con un encierro multiplicado por tres, ya que toros y cabestros se separaron y bajaron de tres veces a la plaza, lo que hizo que el encierro fuera corrido por algunos de los allí presentes varias veces. Los astados, que ya dieron problemas en el apartado del prao de Rocoso, tardaron aproximadamente media hora en llegar a la plaza. Finalmente, uno de los erales puso el punto y final cayéndose en medio de la plaza, tanto fue así, que no consiguió entrar en los toriles.

Por la tarde, la abarrotada plaza de Aldeadávila presenció la primera de las cuatro corridas de las fiestas. La primera parte no regaló a los asistentes ningún triunfo, pero la cosa cambió cuando apareció Botero, el tercer novillo gracias al cual Alejandro Fermín pudo hacerse con una oreja. El mejor astado fue el último, Sartenero, un novillo de capa negra que se dejó torear con mucha soltura por el mexicano Gerardo Rivera. Gracias a los pañuelos blancos, el veredicto del último y mejor novillo de la tarde fue de dos orejas.

La charanga La Clave amenizó la corrida en la que los aldeadavilucos disfrutaron, además de la tauromaquia, de buen jamón, buena bebida y mejor compañía.

Por otro lado, el domingo por la noche tuvo lugar el desfile de carrozas, en el que las peñas tienen un gran protagonismo y en el que el primer premio fue para la peña Winner por la carroza La Winner se queda en los huesos; el segundo para la peña La Moska Gao con Imperio Romano; mientras que Arribes se alzó con el tercer puesto del concurso por su Casa tirolesa.