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Aficionados culés esperan la llegada del Bus del Barça al hotel AC Santa Ana. Rodrigo Jiménez

Valladolid recibe al Barcelona con cánticos: «Lamine Yamal, cada día te quiero más»

Las jóvenes estrellas culés, las más reclamadas por las más de trescientas personas que buscaban una firma de sus «ídolos» a su llegada al hotel

Sábado, 3 de mayo 2025, 15:02

Las 11:30 de la mañana. Quedan 60 minutos para que la expedición del F.C. Barcelona ponga un pie en tierras castellanas. Las nubes amenazan con descargar una tromba -a la llegada de los jugadores desaparecieron dejando entrar el sol-. Sin embargo, los accesos del hotel AC Santa Ana ya están a rebosar de chavales -y no tan chavales- esperando, en el mejor de los casos, conseguir una camiseta o un autógrafo de sus ídolos. Lamine, Olmo, Gavi… Todos (o prácticamente todos) los jugadores del club catalán tienen su hueco en las vallas que separa a la afición de los jugadores. Detrás de ellas niños de cuatro, cinco, seis años... que durante la semana sacaron las plastidecor y pusieron en práctica sus mejores dotes artísticas. El premio merece la pena. Una foto, una camiseta o un autógrafo de un «referente».

Pasan los minutos y la impaciencia se va apoderando de los más pequeños, que quieren que «lleguen ya los jugadores». El color azulgrana cada vez está más presente en el que será el primer pasillo por la Copa del Rey que reciba el equipo culé.

Desde «primera hora de la mañana» estaba Alfredo, padre de dos hijos al que hoy, sin embargo, solo le acompaña uno porque el otro es merengue. «Me ha tocado madrugar menos que el día del Real Madrid, cuando mi otro hijo me hizo subir al aeropuerto a las 7:00 de la mañana», relata. Un grupo de jóvenes entretenía la espera enumerando a los jugadores culés a los que querían ver: «Cubarsí, Gavi, Pedri… si es que son todos más pequeños que nosotros», reía uno mientras hacía referencia a la ya clásica lesión de rodilla que truncó tantas carreras deportivas.

«Madridista el que no bote; Barça Barça; Lamine Yamal, cada día te quiero más» cantaban los aficionados. Entre ellos Andrés, con una sudadera del Pucela «porque la tierra siempre», aunque confesaba «no tener el corazón dividido» e ir con el Barça.

Pasadas las 12:30, el autocar del equipo culé hacía acto de presencia y se desataba la locura. Lamine Yamal, que no se ha parado a firmar a los más de trescientos aficionados que esperaban a las puertas del hotel, ha sido uno de los más aclamados. Camisetas del Barça, camisetas de España, pancartas e incluso corpóreos. Todos tenían a la joven estrella culé como protagonista. Entre todas las pancartas y reclamos para los jugadores, los más llamativos eran unos corpóreos de Lamine Yamal y Raphinha. «Llevamos aquí desde las 08:30 horas«, explican sus autores, quienes ven en Lamine «el mejor jugador del mundo». «Tenemos rasgos guineanos, es un referente, ojalá una camiseta o un autógrafo». Una petición que se ha cumplido a medias. Si bien Lamine entraba directamente en el hotel, el brasileño Raphinha sí ha parado unos minutos a hacerse fotos con los aficionados y estampar su rúbrica en corpóreo.

Frenkie de Jong, Christensen, Araujo, Pedri, Ansu Fati -que podría tener minutos hoy- tampoco han dudado en hacerse fotos y firmar autógrafos. Ferrán Torres, a grito de «tiburón, tiburón», ha sido otro de los que han tenido unos minutos para los aficionados. Olmo, muy aclamado por los vallisoletanos, también tenía multitud de personas con camisetas de España esperando una foto con su jugador favorito. Al igual que Cubarsí, por el que una aficionada de Salamanca había venido hasta Valladolid para conseguir una foto con él.

Especial recibimiento para Ter Stegen, que vuelve hoy a los terrenos de juego después de más de doscientos días fuera por lesión. El jugador alemán no ha dudado en pararse unos minutos con los aficionados, que se mostraban encantados por verle esta noche bajo los palos de Zorrilla.

Sin duda, el que finalmente se ha llevado los mayores elogios, «porque se los merece», ha sido Hansi Flick, entrenador del F.C. Barcelona, quien según ha bajado del autobús no ha dudado en acercarse a la zona acordonada para firmar unos autógrafos durante más de veinte minutos, para no dejar un solo palmo de la larga valla sin saludar. «Ha visto mucha gente y no cuesta nada hacer feliz a un niño», comentaban desde el cuerpo técnico del Barça.

Tampoco faltan los que han aprovechado el descontento de la afición local y la desgana «generalizada» que existe para acudir al estadio. Un joven, con una camiseta de Lamine Yamal, muestra orgulloso el boli bic que ha comprado y que, además de servirle para intentar conseguir algún autógrafo, venía acompañado con una entrada para la «zona este» del estadio José Zorrilla. «Esta noche voy a estar en el estadio. «En partidos así se ganan y se pierden ligas», explica el aficionado culé sin dar más detalles para «proteger al vendedor».

¿Las porras sobre el marcador? Una fantasía. Aunque sí hay quien apuesta por un 2-1 para el equipo local (no más de tres personas), la mayoría apuestan en «una goleada culé». Dan igual los colores y el bando. Por un lado, están los aficionados al Barça quienes esperan que el Pucela «no les fastidie la liga». Por otro lado, la afición pucelana que cada domingo han visto, sonrojados en Zorrilla, como cualquier equipo que pasaba por allí «nos pintaba la cara». «Optimismo no hay, seamos honestos, da igual que tengan Champions o que vengan a medio gas con las rotaciones. Nos van a golear, no espero otra cosa de este equipo (en referencia al Real Valladolid)», comentaban apesadumbrados Susana y Manuel.

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