El Valladolid Promesas se deja dos puntos en Salamanca (0-0)

Un punto que apenas le ayuda en su deseo de evitar el descenso a Segunda RFEF pero que al menos sí que le hace mirar al futuro inmediato con algo más de optimismo. El Real Valladolid Promesas sumó este domingo un punto en el Reina Sofía de Salamanca ante Unionistas con un empate sin goles en el que los de Julio Baptista hicieron méritos en la segunda parte para haberse llevado los tres. Tirando del símil pugilístico, los blanquivioletas fueron inferiores a los puntos especialmente en la primera media hora de juego, pero en la segunda mitad los dirigidos por el brasileño se hicieron con los pasillos interiores del césped artificial salmantino, taparon a su rival y malograron diversas ocasiones como para haber aliviado su dramática situación en la tabla. Porque el Promesas cerrará la jornada penúltimo con el partido pendiente por covid frente al Talavera aunque sabiendo que el próximo fin de semana sumará tres puntos seguros al tener que descansar por la desaparición del Extremadura. La salvación sigue muy lejos, a once puntos tras la abultada derrotada del Athletic B -que marca el descenso- ante el Talavera, pero todavía no hay nada imposible.

El duelo del Reina Sofía era un duelo de necesitados: Unionistas, casi toda la temporada en puestos de play-off, quería romper la racha de cuatro derrotas seguidas que le habían bajado de la nube y la habían costado el puesto a Dani Mori -este domingo debutaba Luis Ayllón en el banquillo-, mientras que el Promesas lo hacía como rey de las urgencias con su penúltimo puesto después de que la pasada jornada no jugara por los casos covid en la plantilla, pero sobre todo tras acumular siete derrotas y un empate seguidos que le tienen con pie y medio en Segunda RFEF.

Baptista se presentó en la capital charra con nada menos que seis juveniles, tres de ellos arrancando como titulares. Aguantó el chaparrón como pudo el Promesas en unos primeros veinte minutos de continuo dominio local, con ocasiones clarísimas para haberse adelantado un Unionistas que merodeó de forma constante la zona de tres cuartos blanquivioleta ante un equipo de Baptista obligado a recogerse cerca del área. Y eso que en el 3 dio el primer aviso el Promesas porque el meta Salva de la Cruz tuvo que salir a los pies del punta Sergio Benito para evitar males mayores. Fue un pequeño espejismo porque a partir de ahí el meta juvenil Álvaro Aceves tuvo que frenar las embestidas de un Unionistas que quería agradar a su nuevo míster. Ya en el 7 el joven meta tuvo que emplearse a fondo para enviar a córner un zambombazo de Acosta que buscaba la escuadra; en el 9, el punta local De Miguel buscó también el ángulo largo sin éxito. La más clara, sin duda, tuvo de nuevo como protagonista al máximo goleador local, con un mano a mano de De Miguel que salió por encima del larguero con la hinchada casi cantando el gol. Tuvo otra más el delantero en el 19 pero el esférico salió casi lamiendo la madera.

Parecía cuestión de tiempo que Unionistas se adelantara ante un timorato e inseguro Promesas, al que apenas le duraba el esférico. Pero a partir de la media hora fueron cambiando las tornas: el trío de engancha formado por Paulo Vitor, Moha y Narro fueron cambiando posiciones y generando las primeras dudas en la zaga salmantina. Incluso pudo haberse adelantado en el 34 el Promesas cuando Moha robó un cuero en el área y avistó al joven Fresneda que, junto al palo, chutó con intención pero el meta evitó el 0-1.

La segunda parte se inició sin variaciones de hombres pero sí de estrategia. Del obligado bloque bajo, el Promesas pasó a defender en bloque medio reduciendo los espacios a los charros. El paso de los minutos fue llenando de confianza a los pucelanos, que fueron comprobando cómo sus ocasiones generaban dudas tanto en la grada como en la zaga locales. Moha ya buscó la escuadra en el 50 sin éxito, pero sin duda la más clara fue la de Ortuño diez minutos después tras una pérdida charra en la medular: Sergio Benito, cada vez más vertical, montó la contra de inmediato, habilitó a la derecha a su compañero que en el mano a mano no pudo superar al meta.

Paulo Vitor tuvo la victoria

El último cuarto de hora fue de Paulo Vitor. El brasileño tuvo en sus botas desequilibrar el encuentro con sus verticales conducciones. Tanto él como Sergio Benito encontraron los pasillos interiores, en los que el Promesas generaba ventajas a partir de los dos para uno constantes. La última gran ocasión volvió a ser visitante con Paulo pero se encontró con una mano milagrosa de Salva en el 83 cuando el punta blanquivioleta finalizó una de sus típicas conducciones hacia el área con un chut elevado que estuvo muy cerca de darle al Promesas una merecida victoria en Salamanca.

Los de Baptista, a la espera de fijar el aplazado ante el Talavera, no volverán a competir ya hasta el mes de abril -sábado 2- ante el antepenúltimo Tudelano.

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