Valladolid apoya al Pucela

Concha Velasco, la Madrina. «Estoy contenta de salir en esta foto. ¡Cómo no voy a salir yo, que soy la madrina del Pucela!. Además, yo soy del Real Valladolid y del Real Madrid, pero primero del Pucela ¿eh? que para eso tengo la medalla de oro de la ciudad y he nacido ahí». Concha Velasco, genio y figura. G. Villamil José Luis y Beatriz. Policías municipales de la Zona Centro. Espíritu de servicio y todo el apoyo para el equipo: «Cuando suba, nos va a dar más trabajo, pero lo haremos encantados». Y defensa cerrada del entrenador, «que tiene que seguir, pase lo que pase». Ramón Gómez El Ayuntamiento. En la corporación municipal los colores blanquivioletas se sienten especialmente. Y sin distingos, como debe ser, que el fútbol nació para unir pasiones y no para separar a las personas. Minutos antes del Pleno, quienes rigen la vida de los vallisoletanos posaban así de risueños y sonrientes en las escaleras que dan acceso a la casa consistorial. Era un momento clave del día, a poco menos de un cuarto de hora para que comenzase una de las citas más importantes del mes. Para apoyar al Pucela no dudaron en bajar de sus despachos, juntarse e incluso corear un sonoro «¡Pucela, Pucela!». Gabriel Villamil Jesús Cifuentes hace la ‘V’ de la victoria en apoyo al Real Valladolid. Gabriel Villamil Capitanes. Alberto Marcos, Borja, Gail, Moyano y Víctor suman tres generaciones y muchas décadas en defensa de los colores blanquivioleta. Marcos ostenta el récord de partidos; Gaíl, de precocidad (debutó en 1977 con 16 años); Víctor se fue y volvió, después de aliviar las arcas con su millonario traspaso, y Borja y Moyano siguen sumando méritos sobre el campo. Cuestión de liderazgo. El Real Valladolid tiene un largo historial en Primera, avalado por jugadores que fueron también líderes en el vestuario y en el campo. Ayer coincidieron varias generaciones sobre el césped de Zorrilla, un apretado resumen de la biografía de los mejores, con los últimos que quieren emular a sus mayores. Gabriel Villamil El Clínico. Médicos, enfermeras, auxiliares, técnicos y empleados del Hospital Clínico Universitario tiñeron sus batas blancas con el violeta para mostrar su total apoyo al Real Valladolid. Deporte, salud y pasión. Cuidan a diario por nuestra salud y una de sus sempiternas recomendaciones es que hagamos algún tipo de actividad física, aunque en estos momentos podemos compensarla con un poco de pasión por el deporte y muy en especial por los colores blanquivioletas. Y se les ve especialmente optimistas porque están acostumbrados a solucionar las urgencias. Gabriel Villamil El cuerpo de Bomberos. Sentado sobre la escala, Eduardo; a la derecha, apoyado en la peana que permite el giro de la escalera, Asier; en la cabina, Toni; Abel, en las escaleras, y Víctor, sobre la caja. Mantener la calma. Lo peor que puede ocurrir cuando se acude a controlar o apagar un fuego es perder los nervios y precipitarse. Así que ellos podrían aconsejar a los chicos del Pucela cómo mantener la cabeza fría mañana en El Molinón. La Primera está más cerca, pero como pasa al sofocar un incendio, es imprescindible que se cometa el menor número posible de errores durante el trabajo. Gabriel Villamil Manu Serrano, Fernando Hernández, Daniel Astilleros, Alberto Domínguez, Ana Pérez, Juan Carlos Pérez, Andrés Portero y Lulu Guerra posan con las camisetas y los colores del Real Valladolid. Ramón Gómez La Quinta Planta. Empleados del centro comercial de El Corte Inglés del paseo de Zorrilla. Siempre con la sonrisa. Estar frente al público día a día con buena cara no es fácil, como no lo es aguantar críticas cuando se pierde. Ahora es el momento de recoger los frutos del trabajo. Ramón Gómez El Ejército. Guarnición del Palacio Real (Capitanía). Siempre dispuestos. Los militares viven allí donde les envía su país. Y allá donde estén su corazón es, como los futbolistas, del equipo que defienden. Ramón Gómez La familia blanquivioleta. Marta Lajo, Jairo Aguado y sus hijos, Pablo y María, animan al club y al equipo desde el barrio de Pajarillos. Saltos de alegría. Hace apenas diez semanas nadie, pero nadie, daba un duro por el Pucela. Apenas unos pocos creían que se podía llegar a pelear por el ascenso. Al final los que confiaban tuvieron razón, y por eso el salto de alegría es más alto aún. Cuando te devuelven la esperanza después de haberla perdido, la felicidad es mucho mayor. Gabriel Villamil La partida blanquivioleta. Luisa, José, Joaquín y Mariola juegan la partida de mus en el bar La Castellana. Órdago a grande. Jugártelo todo con cuatro reyes es una opción ganadora. Y cuatro reyes no lleva el Pucela mañana, pero tres sí. Ramón Gómez Los socios, la fuerza del Pucela. Juan Antonio Añibarro (socio número1) y Alejandro Sanz (el 4), con Eduardo García y Gabriel Regidor, dos de los abonados más recientes. Ramón Gómez Una provincia detrás. Detrás de un gran club es imprescindible que exista una gran masa social. Y no solo de la población de la que es originario el equipo. Que toda la provincia respalde y anime y apoye y empuje. Y quien mejor para ello que el parlamento que la representa: la Diputación. Los miembros de la institución provincial apoyan al Pucela desde el patio del Palacio de Pimentel. G. Villamil El servicio de limpieza. Charo, José Luis, Angelines –una soriana que ya tiene al Numancia como finalista en la lucha por el ascenso y que desea fervientemente que también el Valladolid se clasifique–, Alberto y Alfredo posan con sus útiles de trabajo y sus camisetas blanquivioletas en el polígono de San Cristóbal. Barrer para casa. Está claro que a la objetividad se le da un poco de lado cuando uno se deja llevar por la pasión de los colores. Y ahí están algunos especialistas del servicio municipal de limpieza, ataviados con las camisetas blanquivioletas, en una clara muestra de que ellos también se apuntan a barrer para casa, que es lo mismo que hacerlo para Zorrilla, para Valladolid y para el ascenso a Primera. Ramón Gómez