Tira-soga
Partido de vuelta ·
El autor le pide al Real Valladolid dar un paso adelante ante el Eibar para no depender de la fortuna o de la inspiración de Jordi Masipjuan ángel méndez
Valladolid
Martes, 22 de octubre 2019, 20:50
El Real Valladolid se ha acostumbrado a jugar al tira-soga y ahí va caminando sobre el alambre de la incertidumbre en cada partido. Aprieta ... y suelta, tensa y relaja sin una continuidad clara que le permita vivir un encuentro sin la agónica sensación de que en cualquier momento su oponente le va a arrastrar al otro lado de la línea. Los conformistas volverán a desenfundar la calculadora para justificar que el conjunto blanquivioleta no puede aspirar a más y que demasiado hace con salir al césped y competir. Cuestión de presupuesto. El Granada, por ejemplo, rompe la ecuación del dinero, por lo que debemos centrarnos en lo que demuestra el cuadro castellano en cada duelo.
Y bajo esta perspectiva, el equipo de Sergio ha certificado que puede presionar arriba, robar en campo contrario y galopar a la contra. Esto suele ocurrir, tal vez en demasiadas ocasiones, cuando el rival ya ha dado con la combinación de la caja fuerte de Masip, lo que acorta la batalla y estrecha las opciones del conjunto blanquivioleta. Sucedió en San Mamés, donde el Pucela entregó el primer acto, víctima de esa injustificada obsesión por agrupar sus líneas sin más ambición que repeler el tirón de la soga de su oponente, pero no es un hecho aislado, representa un denominador muy común.
Lejos de Zorrilla, esta táctica puede tener medio pase si la contención esconde un plan B y salir al contragolpe se convierte en el argumento para evitar que el rival apriete la soga con la seguridad de que al final destensará los bíceps blanquivioletas. Es lo que hicieron los de Sergio en San Mamés antes de echar de nuevo el freno tras conseguir el 1-1. En casa, sin embargo, el guion debe ser opuesto. Y más ante un rival directo como el Eibar.
El cuadro castellano necesita mandar en el tira-soga y no acularse hasta recibir el golpe de gracia, porque la fortuna no siempre aparece entre la bruma ni Masip es un superhéroe. En todos los partidos disputados hasta la fecha, el Real Valladolid ha demostrado que puede ser sólido en defensa sin renunciar al dinamismo ofensivo que le sirva para generar oportunidades. Es el camino que debe escoger para no terminar en el suelo. El capítulo goleador merecería una pieza separada. Ünal ve la portería como si estuviera en un partido de hockey sobre patinesy Guardiola ha perdido la chispa que nos hizo creer a todos en los primeros renglones de la temporada que la sequía había pasado a la historia. Los delanteros viven de rachas, de sensaciones. Y en este momento, tanto el balear como el turco se encuentran en el cuarto oscuro. No hay una pega a su sacrificio, pero el Pucela necesita precisión para embocar antes que piernas para correr una maratón.
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