Sinfonía goleadora de un desatado Real Valladolid
El equipo de Almada supera a lo grande la depresión de los últimos partidos y tumba al Huesca en El Alcoraz
Gooool. Gooool. Gooool. Gooool. El Real Valladolid dejó atrás su crisis de resultados con una brillante victoria en El Alcoraz que le catapulta hacia la ... parte alta de la clasificación. Ni los más optimistas esperaban un triunfo blanquivioleta tan contundente en el feudo de un Huesca que presumía de blindaje atrás tras la llegada de Jon Pérez 'Bolo'. El Pucela se pegó un tremendo festín goleador a domicilio con su versión más desencadenada y rompió cerrojos con una facilidad pasmosa. El 1-4 final inyecta las dosis de moral perdidas en choques anteriores y devuelve al Real Valladolid al orden natural de las cosas: un equipo que debe imponerse a lo grande en Segunda División.
Almada se ciñó a un guion lógico al recurrir a un gran Chuki para cubrir la baja de Mathis Lachuer y a Juanmi Latasa en lugar del lesionado Marcos André. Además, y ya con un toque personal, sentó a Amath en el banquillo de inicio para devolver a Biuk a la titularidad. En el Huesca, Jon Pérez 'Bolo' mantuvo la misma alineación que sacó un valioso empate sin goles en la jornada precedente en el campo del Almería
SD Huesca
Dani Jiménez; Ángel Pérez, Piña, Pulido, Julio Alonso (Ro Abajas, m.57); Ojeda (Luna, m.45), Sielva, Jesús Álvarez (Liberto, m.73), Portillo; Sergi Enrich (Enol Rodríguez, m.57) y Kortajarena (Ntamack, m.45).
1
-
4
Real Valladolid
Guilherme; Alejo (Xavi Moreno, m.87), Tomeo, Torres, Bueno; Juric, Ponceau (Meseguer, m.83); Peter Federico (Trilli, m.83), Chuki (Tenés, m.74), Biuk (Amath, m.74); y Latasa
-
Goles 0-1 Chuki (m.5). 0-2 Peter Federico (m.35). 0-3 Peter Federico (m.55). 1-3 Ntamack (m.73). 1-4 Amath (m.75)
-
Árbitro Andrés Fuentes (comité Valencia), con David Gálvez en el VAR. Amonestó a Guille Bueno, Jesús Álvarez, Ponceau, Alejo, Latasa, Ángel Pérez
-
Otros datos El Alcoraz. 5509 espectadores.
El cuadro oscense buscó el recurso de la estrategia a las primeras de cambio, en una acción que el Real Valladolid pudo pagar caro, pero ni Ojeda ni Ángel Pérez aprovecharon el paso del balón por el área y la ocasión local se marchó al limbo. El Pucela, en cambio, no tardó en asestar el primer sopapo. El equipo de Almada, que no acostumbraba a descorchar el marcador antes del minuto 20, volvió a acelerar para ponerse por delante, como ya sucedió contra el Málaga. Juanmi Latasa estuvo soberbio para abrir el balón hacia Chuki, que se internó en el área con gran habilidad para burlar el marcaje de Piña y batir a Dani Jiménez por su palo largo. El mediapunta vallisoletano ejecutó su obra 'al estilo Lamine Yamal'. Todos los lamentos por la falta de efectividad de choques anteriores pasaron a convertirse en gritos de júbilo en esta versión de 'llegar-rematar-marcar'. El 0-1 activó al Pucela en territorio rival, donde se liberó de muchas de las presiones que le venían atenazando. Latasa volvió a ejercer de pivote 'repartejuego' para servir una pelota a Guille Bueno que acabó con un buen remate del lateral izquierdo y una parada de Dani Jiménez.
El Huesca se vio obligado a estirarse en un intento estéril por equilibrar el marcador. El equipo de Jon Pérez 'Bolo' empezó a merodear por el área de Guilherme y una llegada relámpago del lateral Ángel Pérez acabó en paradón del portero blanquivioleta. El cuadro local encontró la manera de trazar pases profundos, con cierta sensación de peligro no confirmada en el área pucelana, pero no punzó y por ahí empezó a morir. El Real Valladolid se aplicó a una ordenada presión que empezó a crear cortocircuitos al equipo del Alto Aragón. Una de las señas de identidad de Almada pasa por la capacidad para 'meter pierna' y no rehuir ningún duelo. Y, así, de una acción potencialmente peligrosa del Huesca se pasó al 0-2, tras una falta botada al área de Guilherme y despejada por la defensa, una pelota robada entre Peter Federico y Chuki, y un contragolpe fulgurante que dejó un 'dos para uno' que los dos jugadores del Real Valladolid interpretaron como un dúo perfectamente engrasado. Chuki aguantó la pelota hasta el momento exacto para que Peter Federico rematase en el área de Dani Jiménez, con un ángulo reducido pero suficiente como para mandar la redonda a las mallas rivales. Otro mandoble pucelano.
El Huesca acusó el segundo golpe en el minuto 35 y se quedó sonado en los últimos minutos de la primera parte, en los que el Pucela ofreció la sensación de poder aumentar su renta. Sin embargo, el remate de Guille Bueno en una segunda jugada tras un córner y la combinación Latasa-Chuki-Biuk ya en el tiempo añadido no fructificaron.
Bolo movió el banquillo en busca de respuestas, pero el Pucela andaba de dulce. Bueno, muy proyectado arriba, probó los guantes de Dani Jiménez y Peter Federico rozó el palo del portero antes de que llegase el 0-3, con un gran inicio de Guille Bueno, la perspicacia de un inmenso Chuki, un centro medido de Biuk y el remate convergiendo hacia el área de Peter Federico.
En 55 minutos, la goleada blanquivioleta ya se había consumado, con una renta lo suficientemente amplia como para no pasar apuros. Bolo dio carrete a Enol, el máximo realizador de los oscenses, pero fue Ntamack, incorporado también en la segunda parte, el que ofreció ciertas esperanzas a la apagada parroquia local. El delantero franco-camerunés aprovechó una de las pocas desconexiones en la zaga del Pucela para reducir distancias y colocar el 1-3. Los cambios de Almada (entraron Tenés y Amath por Biuk y Chuki) surtieron un efecto inmediato. Y, con el Huesca aún paladeando su gol, Tenés contribuyó a la sinfonía blanquivioleta con un gran pase hacia Bueno, que cabalgó la banda izquierda y delineó el pase para que Amath descerrajase el 1-4 que iba a rubricar ya la goleada del Pucela. Aún hubo tiempo para que Trilli y Meseguer disfrutaran de algunos minutos saliendo desde el banquillo y para que Xavi Moreno relevase a Iván Alejo en los instantes finales. En los últimos segundos del tiempo añadido, Tenés vio el cielo abierto y soltó un misil que se estrelló con fiereza en la cruceta de Dani Jiménez antes de que el colegiado señalase el final. El Real Valladolid brilló en Huesca con un fulgor al que no estaba acostumbrado y una catarata de efectividad que se le venía negando. Una goleada necesaria y un marcador para apaciguar las aguas. El Pucela vuelve a mirar hacia arriba. A lo grande.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión