Gabriel Solares
El copresidente blanquivioleta relata cómo fue la venta del club «con momentos de tensión, y procesos de horas, cuando debían ser de quince minutos»
El pasado 23 de mayo, Gabriel Solares, junto con dos asesores y su mujer, se personó en una notaría de Madrid para la compra del Real Valladolid, en representación del Grupo Ignite. «Era un proceso de unos quince minutos... Pero entré a las 12 de la mañana, y creo que salí más allá de las 6 y ya estaba la verdad nervioso», confiesa.
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Era la formalización de la compra, que posteriormente se concretaría el 25 de junio, «y ya con el dinero en las cuentas para las operaciones, etc», agrega el nuevo copresidente del club blanquivioleta, que asegura que ese día, «un día que tenía que ser feliz, caí derrotado después de toda la tensión de meses de trabajo», añade.
De aquel último día, el empresario mexicano asegura que recuerda que «Ronaldo estaba muy triste». [¿Derrotado?] «Yo no utilizará ese calificativo, pero si era una persona que no se quería ir así. Él no se imaginaba vender y dejar al club en Segunda, una persona de tanto éxito en Europa», valora Solares, quien admite que «el Ronaldo que yo conocía, al que tenía ilusión por conocer, por todo lo que significa para el mundo del fútbol, era una persona feliz, alegre... y ese día estaba muy triste», subraya el profesional mexicano.
De hecho, Solares reconoce que de la etapa de Nazário en Zorrilla quedan cosas buenas, «destacaría el cambio que ha habido en las estructuras, ha habido una modernización clara con respecto a su llegada en 2018», indica al tiempo que cuando se le pregunta por algo negativo resalta la forma de acometer el último ascenso y la herencia de este. «No me veo calificado para decir si se hizo bien o mal, pero yo lo hubiese hecho de forma diferente. La herencia que tiene el club con las fichas de algunos futbolistas...», admite.
En relación a la figura del astro brasileño y los posibles paralelismos con la compra de una propiedad con capital extranjero y la idea de negocio del fútbol moderno, el nuevo copresidente indica que «no se llega a Valladolid con una idea de comercializar». «No estaremos aquí para siempre, pero no es la idea comercializar. Nuestra idea es construir, 'tropicar' -por coger ideas de modelos exitosos del balompié- con el modelo Real Valladolid, el nuestro», agrega negando que vaya a haber una exportación del modelo del Grupo City, con uniones con otros clubes; incluso con la forma de irrumpir de otros empresarios mexicanos en el fútbol español. «A diferencia del Grupo Pachuca o de Orlegui, Ignite empieza en España, no en México. Ellos se ven afectados por una cosa que el fútbol mexicano quiere erradicar de que haya grupos con clubes en la misma liga, y llegan a España. Ignite empieza aquí con capital mexicano, español y estadounidense», explica.
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Solares además profundiza en esas primeras informaciones y que vincularon su nombre y el del Querétaro al Real Valladolid. «A mí me piden ayuda para llevar a cabo la venta del Querétaro, pero no tiene nada que ver con el Real Valladolid, pese a que ambas operaciones coincidieran en el tiempo».
Además, en este sentido, el expresidente del club mexicano indica que en su decisión de dar el salto a España estaba también su inhabilitación para dirigir en México tras los incidentes violentos que se dieron en un partido post pandemia entre el propio Querétaro y el Atlas. «Yo asumo mi responsabilidad, pero no soy culpable», subraya.
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