Recuerdos de Vietnam
Libre directo ·
«Más allá del recurso futbolístico puntual que puede suponer mandar a un central arriba en los últimos minutos, nos encontramos con un defensa que sale desde el banquillo para cumplir un papel que no le corresponde»Alberto Cuesta
Valladolid
Martes, 17 de enero 2023, 20:48
La derrota contra el Rayo Vallecano en Zorrilla es el momento en el que el Real Valladolid ha tocado fondo esta temporada. Para ser más ... preciso, justo en el momento en el que Jawad el Yamiq entró al campo para jugar como delantero centro se confirmaba no sólo que estamos en un mal momento deportivo y que la planificación ha sido un desastre, sino que a este club no lo gobierna nadie.
Ejemplos hay muchos: la situación incomprensible, inimaginable e insondable de Sergi Guardiola; la aparente improvisación en los mercados de fichajes; las prisas por subastar a Iván Fresneda; los palos que Roque Mesa va repartiendo a sus compañeros cada vez que se le presenta la ocasión; el estrambótico caso de Shon Weissman, su caída en picado del Olimpo al Inframundo y cómo nadie parece preocuparse por su situación personal y, por supuesto, la falta de una figura del club que salga a dar la cara para defender los intereses de la entidad en público y proteger tanto a su afición como su propio chiringuito.
Como decía antes, ejemplos hay muchos, pero lo sucedido con el central marroquí es la gota que, para mí, ha colmado el vaso. Más allá del recurso futbolístico puntual que puede suponer mandar a un central arriba en los últimos minutos, nos encontramos con un defensa que sale desde el banquillo para cumplir un papel que no le corresponde porque no hay jugadores de ataque que puedan cumplir ese rol o los que hay no valen. Hasta Pacheta, el último bastión en pie, empieza a tambalearse peligrosamente y su forma de gestionar el vestuario está cada vez más en entredicho. Recuerdos de Vietnam tan recientes que todavía duelen.
Vuelvo a repetir esas dos palabras que tanto nos definen: «Somos Valladolid». No solo vamos a ser el único club que no conseguirá desplumar a un equipo inglés, sino que a uno de los héroes indiscutibles del ascenso le van a dar una patada tan descarada como humillante. Ambas situaciones, más todo lo mencionado anteriormente, es un serio aviso para la afición. Aquí nadie puede ilusionarse. El club no está tan saneado como nos han vendido siempre, el equipo no tiene aspiraciones y a los jugadores más queridos o valorados se les echa o se les malvende. Habrá quien piense que soy un agorero y quizá tenga razón, pero desde hace años la realidad, lo siento mucho, nos empuja a no tener argumentos reales para poder ser optimistas.
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