El Real Valladolid Promesas no concreta y lo paga con derrota

El Real Valladolid Promesas acusó una defensa deficiente en una jugada aislada y no pudo sumar, pese a merecerlo, en su tardío estreno en la Segunda RFEF. El Guijuelo terminó siendo sometido por los vallisoletanos, pero la falta de acierto de cara a puerta provocó que llegara la primera derrota del curso del filial.

El conjunto chacinero arrancó con una premisa clara y meridiana: amenazar al poseedor de tal modo que nunca ninguno se encontrase cómodo. Le salió bien, porque, a costa de esa presión, si bien no progresaron, no sufrieron tampoco en demasía, ya que los blanquivioletas no encontraban fluidez en el juego al no ser capaz de activarse en los pasillos laterales. Un par de acciones que Slavy resolvió por su cuenta y varios centros exteriores sin dirección fija se convirtieron en el escaso bagaje ofensivo del primer cuarto del partido, porque, debido a la pausa de la hidratación, el primer tiempo pareció dividirse en dos.

Dicha pausa fue para los de Mario Sánchez como un tiempo muerto: en el cuerpo técnico, en un momento que rondaba los 25 minutos de juego, recordaron al linier, y este al árbitro principal, que había que parar. Los dos técnicos ajustaron, pero el visitante hizo un recordatorio justo al ir a reanudarse las operaciones: había que robar y ser verticales, y así fueron: recuperaron en los primeros metros del campo del Promesas y aprovecharon que Diego Moreno se mostró indeciso para activar a Caramelo por el sector zurdo. Este verticalizó como si se dirigiera a la línea de fondo, pero nada que ver; viró hacia adentro, se preparó y tiró lejos de Aceves.

Antes del descanso, Moreno realizó un centro-chut que dio en el larguero y Arroyo, con una gran jugada personal, estuvo a punto de empatar. Ambas jugadas llegaron por la izquierda, en la que había desajustes atrás y en la salida, al jugar con dos centrales zurdos. Baptista introdujo dos cambios al descanso para arreglar ambas situaciones. Con extremos situados a pie natural, el Promesas tuvo más amplitud, empezó a fluir y, poco a poco, a llegar al último tercio, sin tener ocasiones. Dio un definitivo paso adelante con la entrada de Iván Cédric, doblando la amenaza del 'nueve' con Slavy. Entre Garri y sus centros y el mencionado Cédric, el filial acabó volcando todo el juego sobre el área del Guijuelo, cada vez más nervioso y con menos ganas de jugar.

Con el paso de los minutos, el dominio se convirtió en sometimiento, con continuas aproximaciones a la portería de Johan. Las oportunidades se sucedieron, sin acierto, aunque fueron numerosas: Cédric tuvo dos claras, Manu Pozo dispuso de una, el debutante Garri remató con la derecha a las manos del meta en una de sus innumerables apariciones... Todas amenazaron a Johan; la que más, el cabezazo de Slavy con el tiempo prácticamente acabado que repelió con la mano arriba el cancerbero, en lo que pudo suponer una igualada que habría sido más que merecida para los de Baptista.

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