El Real Valladolid estudia trasladar una queja formal

El grave error cometido por el colegiado madrileño ha tenido la virtud, nada desdeñable, de despertar la ira de Ronaldo Nazário, el hombre tranquilo que hasta la fecha veía los partidos del Pucela recogido en su sillón sin hacer más ruido que el que provocan de forma natural sus propios nervios. La política zen que profesaba el presidente del Pucela le persuadía de sacar los pies del tiesto y, por lo tanto, también le alejaba del resto de dirigentes del fútbol español. Su hoja de ruta se asemejaba hasta la fecha a la su admirado Florentino Pérez.

El punto de inflexión a esa política llevará a partir de ahora el sobrenombre del madrileño Ortiz Arias, con la virtud de haber enojado a uno de los máximos goleadores de la historia, ganador de dos Mundiales y terrenal a juzgar por la última de sus reacciones.

«¡Es inadmisible lo ocurrido en Zorrilla! Hasta ahora habíamos estado callados intentando reivindicar nuestra insatisfacción por medios oficiales, reuniones y peticiones, evitando hacer una exposición pública. ¡Pero basta ya! Esto es fútbol profesional y exigimos explicaciones», escribió el pasado domingo en sus redes sociales, seguidas por millones de usuarios.

Una queja pública que ha tenido continuidad a través de numerosos mensajes lanzados desde la cuenta del club, y que no se detendrá ahí ya que la entidad trasladará una queja formal al Comité de Árbitros que preside Medina Cantalejo. Así lo asegura David Espinar, portavoz del Real Valladolid, que resume en una sola frase el sentir de la entidad blanquivioleta. «Han logrado que una leyenda del fútbol como es Ronaldo entienda que la mejor manera de proteger a la industria sea exponer sus malas prácticas», señala rotundo, enfocando en todo momento la política aplicada por el club en defensa del fútbol. ¿Por qué ese giro radical ahora? «Esto no es producto de un berrinche, se llevaba días hablando de ello en el club. Pensábamos que protegíamos al fútbol no exponiendo al colectivo arbitral y ahora nos hemos dado cuenta de que lo defendemos mejor así», expone Espinar.

En esta misma línea, el jefe de gabinete de presidencia rebate a aquellos que aseguran que el club no ha movido un dedo ante las injusticias sufridas por el primer equipo esta temporada. «A lo largo del año nos hemos dirigido al comité varias veces, bien mediante mensajes o reuniones pero, eso sí, nunca lo hemos hecho público», apunta, confirmando que en las oficinas de Zorrilla se está estudiando el acta para realizar una queja formal.

El club entiende el error humano, «todo el mundo tiene derecho a equivocarse», y por ese motivo su lamento va un poco más lejos. «Salimos perjudicados y pagamos por errores ajenos al club. Por eso creemos que el problema no está en este árbitro. Si no está al nivel, no tiene que estar en la categoría. En una Liga tan super profesionalizada no es de recibo», se lamenta Espinar, que precisamente en los últimos meses ha participado de dos reuniones con el colectivo arbitral en el punto de mira. Una, promovida por LaLiga, en la que se volvió a cuestionar su dependencia de la Federación Española. «Se nos hicieron 19 preguntas al respecto y ahí quedaron las respuestas. Personalmente ya he dicho en varias ocasiones que debería ser un colectivo independiente, ni ligado a la federación ni tampoco a LaLiga», incide antes de criticar la opacidad en la que viven los árbitros. «Es intolerable la nefasta comunicación interna y externa del colectivo, su poca exigencia, designaciones puestas en cuestión,... Es una organización opaca y el mundo del fútbol debe pensar cuál es su papel porque tienen mucha responsabilidad en sus manos», ahonda.

Por último, no cree Espinar que el lanzamiento de comunicados por parte de los clubes resuelva algo. «Quejarse no creo que sirva de mucho», admite.