El «orgullo» de Diego Altube por jugar en el estadio Zorrilla
El portero del Fuenlabrada, cedido por el Madrid y canterano del Pucela, cumplirá este sábado uno de sus sueños infantiles
A Diego Altube Suárez (Alcalá de Henares, Madrid, 2000) no le gustaba particularmente el fútbol cuando era un crío. «No tanto como a cualquiera ... que ahora se dedique de manera profesional a este deporte», desliza el actual portero del Fuenlabrada –cedido por el Real Madrid– y canterano del Real Valladolid. «Mi hermano era mucho más futbolero que yo y me hacía ponerme entre dos árboles en el parque de Canterac [en Valladolid], mientras él lanzaba tiros. A los seis años, mis padres me preguntaron si deseaba hacer algún deporte y dije que fútbol... por mi hermano. Cuando llegué al equipo [Betis Teconsa] me preguntaron de qué quería jugar. Les dije que de portero porque era lo único que sabía hacer».
Diego Altube demostró muchas habilidades con las manos enguantadas y a los diez años llegó a los Campos Anexos. «Yo nací en Madrid, pero mi familia entera es de Valladolid y a los dos años mis padres se fueron a vivir a Pucela. Del Betis Teconsa pasé a la cantera del Real Valladolid. Allí estuve seis años hasta que me llamó el Real Madrid y, claro, no pude decir que no», rememora.
Aquel sexenio como creciente perla blanquivioleta (entre los 10 y los 16 años) se le ha quedado grabado a fuego a Diego Altube, que este sábado cumplirá uno de sus sueños infantiles: jugar en Zorrilla. Sin embargo, lo hará con el escudo del Fuenlabrada, el club con el que se foguea esta campaña en categoría profesional. «Estar en Zorrilla y disponer de minutos es algo que no se puede expresar con palabras. Orgullo es el término que mejor definiría esos sentimientos para cualquier canterano que lo consigue».
«Recuerdo que en categoría benjamín, el club organizaba torneos y me llamaban como a otros chicos. Cuando pasé a categoría alevín, el Real Valladolid contactó con mi familia y ya decidieron que formara parte del club. De aquella época, siempre me voy a quedar con los entrenadores Patricio [Valles] y Dani [Rodríguez]. Compartí muchos momentos con ellos en alevines, infantiles y cadetes. Son los técnicos que más me han marcado», añade Diego Altube.
La campaña 2015-2016 resultó inolvidable en la incipiente carrera del joven guardameta, entonces en categoría cadete. «Fue una etapa muy especial para mí. Fui llamado por la selección española sub 16, empecé a ir convocado con el Juvenil Nacional y tuve algunos minutos con el Juvenil de División de Honor. Fueron momentos únicos, con 16 años que tenía entonces. El colofón fue, a final de temporada, la llamada del Real Madrid para ficharme».
Diego Altube poseía entonces un contrato semiprofesional con el Real Valladolid y el club merengue tuvo que negociar para hacerse con los derechos del prometedor portero. «No hubo problemas. Acabé en el Real Madrid, que es mi equipo, al igual que el Real Valladolid es el equipo de mi ciudad y de mi infancia y los dos tienen un huequito en mi corazón».
Su llegada a la estructura blanca estuvo cargadas de expectativas y pronto pasó a formar parte del primer equipo delReal Madrid como tercer portero, aunque eso redundó en una falta de minutos de competición. «El primer y el segundo año viví una situación un tanto complicada. Estaba en el primer equipo y viajaba a todos los partidos. Cuando podía, bajaba con el Castilla a jugar. Yo lo intenté vivir como una etapa de aprendizaje, que me sirviese para madurar. No siempre vas a estar en un equipo en el que juegues. Me lo tomé como una experiencia. Para mí, cada jornada de entrenamiento era como un día partido para otros compañeros. Zidane fue muy cercano conmigo. Es un entrenador magnífico al que guardo mucho cariño por el gran trato que me dio esos dos años».
Todas estas experiencias han hecho de Diego Altube un portero muy maduro a sus 21 años, que trata de comunicarse continuamente con los defensas y solventa bien situaciones de peligro ayudado por sus 1,88 metros de altura. «He venido a Fuenlabrada con el claro objetivo de tener minutos y hasta ahora estoy jugando. Confío en que siga así para volver el año que viene a la casa blanca. Sin embargo, lo importante para mí es esta temporada y cómo se dé. Ya veremos lo que sucede el próximo año».
El desafío más próximo es la visita a Valladolid, donde se reencontrará con viejos amigos en un escenario en el que ansiaba jugar de niño. Su familia vallisoletana también estará en las gradas de Zorrilla el sábado, aunque esta vez para aplaudir más sus intervenciones que los aciertos del Pucela... aunque alguno tendrá el corazón dividido. «Me van a ver en el estadio de mi ciudad. Espero que la mayoría de mi familia vallisoletana celebre mis paradas y que ninguno pueda festejar en esta ocasión los goles del Real Valladolid», dice Altube con una sonrisa. Para él, supondrá un «gran orgullo» volver a Pucela.
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