Consulta la portada de El Norte de Castilla
Almada se desespera en la banda de Anoeta. Carlos Gil-Roig
El análisis

Herida abierta y debate encendido

«No tiene claro este cuerpo técnico si quiere jugar con dos nueves o con uno y un diez, y si lo hace con dos, no encuentra la forma de equilibrar con tres volantes ese medio campo para no verse superado»

Lunes, 24 de noviembre 2025, 23:29

La derrota frente al filial de la Real Sociedad abre una herida y prolonga un debate ya comenzado hace varias semanas acerca de la eficacia, ... los hombres, las posiciones y el mecanismo de juego que exhibe nuestro Real Valladolid.

Publicidad

Algo que, en definitiva, pone en tela de juicio el supuesto valor de nuestro equipo a la hora de enfrentar cualquier rival que nos gane en convicción, fundamentos y que posicionalmente esté mejor situado que nosotros en el terreno de juego. Es decir, que si nos paramos a valorar las últimas actuaciones, convendremos que han sido todos a los cuales nos hemos enfrentado. Algo pues, está fallando de forma muy notoria.

¿Es tan flojo el equipo como parece?, ¿tiene tan poco gol como vienen mostrando sus resultados? Ambas preguntas vienen a resumir el ánimo que se detecta entre el aficionado y que corroboran las caras que se observan en la mayoría de jugadores al terminar el partido.

A mí no me cabe la menor duda que cambiar de sistema y de hombres a lo largo de todos y cada uno de los partidos tras haber puesto sobre el tapete el desacierto de cada inicio, es un síntoma claro.

El fútbol es cosa de jugadores y de la forma de jugar que se propone con ellos frente al rival; y es obvio que lo que el Pucela propone en cada primera parte lo viene a trastocar en la segunda tras el paso por vestuarios. Ayer, sin ir más lejos, los extremos equivocadamente propuestos en el inicio, abandonaban el terreno tras una hora de inoperancia. Es decir, que a falta de media hora y ya con el marcador en contra, mudábamos de atuendo táctico en espera de salir bien en la foto.

Publicidad

«Lo que el Pucela propone de inicio, invariablemente se cambia tras el descanso»

No tiene claro este cuerpo técnico si quiere jugar con dos nueves o con uno y un diez, y si lo hace con dos, no encuentra la forma de equilibrar con tres volantes ese medio campo para no verse superado. Y ahí el equipo se le va tan de las manos, que con un remate a la madera damos por bueno el balance atacante para invocar a la mala suerte, creyéndonos nuestras miserias tácticas, mientras apuntamos en el cuaderno de la mala fortuna la solución final del partido.

¿Es tan difícil alinear dos extremos centradores lógicos que sobrepasen el primer palo en sus golpeos? Y si queremos que nuestros dos delanteros rematen o creen situaciones favorables, ¿por qué no les apoyamos desde la segunda línea con tres volantes?, y si presionamos arriba de verdad, ¿por qué no colocar la línea en la divisoria como es preceptivo?

Publicidad

Preguntas fáciles de resolver a la vista de lo que se debe tener previsto y entrenado. Sin embargo, tengo la sensación de que ni lo uno ni lo otro. Mal asunto.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3€ primer mes

Publicidad