Ver fotos
Los goles de El Yamiq y Toni derriban otro muro
El Real Valladolid da un paso de gigante ante el poderoso Eibar con una trabajada victoria que certifica su gran momento en Liga
El Real Valladolid avanza a pasos de gigante. El equipo de Pacheta tumbó a un Eibar poderoso que llegó a Zorrilla con una larga racha ... de diez partidos sin perder. Sin embargo, este Pucela creciente ha tomado el pulso a la Segunda División y encuentra los caminos para ganar a los rivales con más solera: lo logró en Gijón la pasada jornada y lo repitió ayer frente a un Eibar que no cristalizó sus fases de dominio. El Real Valladolid volvió a exhibir su versión más efectiva y despachó sin contemplaciones a los armeros en una segunda parte en la que El Yamiq, primero, y Toni Villa, después, derribaron el muro visitante con goles que abrillantan al equipo.
Pacheta agitó poco el árbol inicial. Solo la vuelta de Nacho Martínez al lateral izquierdo en detrimento de Lucas Olaza permitió observar un mínimo cambio en el once con respecto a Gijón. El madrileño le ha ganado la tostada al uruguayo en este tramo de la temporada y el técnico le premió con una nueva titularidad. A la espera de que el charrúa encuentre el nivel perdido, la alineación del Real Valladolid va adquiriendo ya un patrón reconocible. En las filas eibarresas, Gaizka Garitano retocó también los carriles, con la incorporación de Correa por la derecha, y recuperó al gaditano Stoichkov en el once, lo que llevó al vallisoletano y exblanquivioleta Quique González al banquillo. Los otros nueve integrantes de la formación inicial armera fueron los mismos que aparecieron ante el Cartagena la jornada anterior, aunque con un planteamiento táctico diferente, ya que el Eibar compareció con tres centrales en Zorrilla y vigilancias extremadas sobre Weissman y Sergio León.
Ver fotos
Precisamente este 3-4-3 de Garitano sorprendió al equipo de Pacheta, que esperaba un Eibar más convencional en su dibujo. Los visitantes impusieron un alto ritmo desde el primer minuto, con una peligrosa llegada para empezar. Roque Mesa trató en vano de romper las férreas líneas de los armeros, que mantuvieron la compostura atrás y desplegaron contras muy huracanadas. La exploración de la banda izquierda del Real Valladolid dejó la primera ocasión muy clara para el Eibar, con un centro de Correa que falló Stoichkov con todo el viento a favor y con la marca a distancia de Joaquín. El Pucela se encontraba incómodo y atorado en su creación, sin peligro que oponer en el área de Yoel.
Inquietantes espacios empezaron a abrirse en el centro del campo pucelano, de los que se aprovechó Stoichkov para servir un pase a Expósito que también olía a gol. Sin embargo, no acertó el centrocampista del Eibar, cuya acción abortaron las falanges de Roberto, un seguro en el arco.
Con dos sustos en poco más de 20 minutos, el Real Valladolid se vio a expensas de un Eibar mucho más vertical. Los de Pacheta trataron de amasar la posesión y manufacturar ocasiones que se perdían en la telaraña armera. Gonzalo Plata empezó a griparse de manera peligrosa, con pérdidas de balón que impulsaron los contraataques del Eibar, siempre presto a buscar las bandas, especialmente la de Nacho, poco asistido por Plano en algunas fases. Los ataques laboriosos del Real Valladolid palidecían ante la verticalidad de los de Garitano. Leschuk se precipitó tras otro fallo garrafal de Plata y mandó la pelota a la grada. Pacheta tomó nota del desaguisado, retiró al ecuatoriano y dio hilo a Toni Villa, que saltó desde el banquillo en el minuto 37. Su concurso resultaría vital en el desenlace. Villa buscó los espacios interiores y ya dio otro aire al Pucela antes del descanso. Un cabezazo suyo colocó la pelota en el área pequeña de Yoel. La acción la abortó la zaga eibarresa. Con el partido muy abierto, Javi Muñoz probó los guantes de Roberto con un lanzamiento lejano que atajó el guardameta blanquivioleta sin mucha complicación. El Real Valladolid llegó sin perforaciones al descanso, más por deméritos visitantes que por aciertos propios y sin generar aún el caudal ofensivo que siempre propugna Pacheta.
La segunda parte ya fue otro cantar, con Luis Pérez y Nacho explorando rápidamente la línea de fondo. Sergio León estuvo a punto de enganchar un balón suelto y el Pucela empezó a mostrar los dientes. El Eibar perdió fuelle y, aunque trató de cercar al Real Valladolid con la pelota, no encontró vías claras.
Jawad El Yamiq resolvió el atasco en un saque de esquina botado por Nacho y con una acción de pizarra. Joaquín entró como un 'panzer' en primera línea y el marroquí llegó por detrás para cabecear el 1-0 con contundencia. En ventaja, el Real Valladolid se desató, siempre con la idea del segundo gol en la cabeza, un mandamiento 'pachetístico'. Roque Mesa empezó a dar un recital de creación y recuperación y el equipo se refrescó con las entradas de Kike Pérez y Fede San Emeterio. Nacho Martínez detectó el agujero abierto por Weissman y Toni Villa en una contra y mandó un envío largo que recogió el israelí para asistir a Toni, que paró el tiempo en el área de Yoel para anotar con maestría su tercer tanto de la temporada.
Con el 2-0, el Eibar dimitió definitivamente, superado claramente por la pegada blanquivioleta y las oportunidades desperdiciadas en la ya lejana primera mitad. Pacheta aún revolvió el banquillo para no conceder ni un solo resquicio al que pudiera agarrarse el equipo de Gaizka Garitano. Lucas Olaza y Cristo González relevaron a Nacho y Sergio León, y aún hubo pirotecnia blanquivioleta en el área de Yoel. En una gran acción, Kike se deshizo de todos los marcajes y le sirvió un gran balón a Weissman, que el israelí no alcanzó por centímetros. La pelota legó a los dominios de Roque Mesa, con un centro al área y una rabiosa chilena de Weissman que rebotó en el travesaño. Finalmente, Cristo remató sin acierto la tercera oportunidad blanquivioleta en pocos segundos.
El 2-0 catapulta al Real Valladolid en la tabla y le convierte en un equipo temible. Sin cuajar partidos perfectos, encuentra la forma de ganar y eso es una garantía para alcanzar al éxito. El Pucela de Pacheta está de dulce.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión