La fe y la fortuna le dan la victoria al Promesas frente a la Real Sociedad B

La victoria del Real Valladolid Promesas ante el filial de la Real Sociedad B, imbatido hasta que visitó los Anexos esta tarde, es engañosa. Es cierto que los de Javi Baraja se llevaron los tres puntos y que el tanto del conjunto vasco llegó cuando el partido ya agonizaba, pero no lo es menos que el equipo de Xabi Alonso hizo méritos más que suficientes para puntuar en Pucela y que solo el buen hacer de los locales y un fallo garrafal del meta Moisés Ramírez terminaron por desatascar un partido muy igualado hasta mediada la segunda parte.

La primera hora del choque estuvo protagonizada por una enorme igualdad y con largas fases de posesión para cada uno de los equipos, ambos con muy buen trato de balón y muy trabajados para no desarmarse cuando el esférico pertenecía al rival.

En esos primeros compases solo el Promesas era capaz de buscar el gol que rompiera el marcador desde dentro del área, aunque casi siempre con centros laterales que no encontraban rematador. Las menos veces la pelota buscaba a los delanteros blanquivioletas pegada al césped y era entonces cuando el peligro aparecía de verdad. La tuvo Miguel en el minuto 16 a pase de Doncel, pero el de Tudela de Duero no la tocó con la suficiente fuerza como para batir a Ramírez y en las siguientes jugadas tuvieron ocasiones ambos, pero el remate del nueve lo rechazó de nuevo el meta y el posterior intento de Doncel rebotó en la defensa.

Solo cinco minutos después sería Víctor el que levantara el aplauso de la grada con un espectacular disparo desde fuera del área en el que el portero donostiarra se lució para evitar, a mano cambiada, el primer gol del choque.

Desde ahí hasta el ecuador del enfrentamiento fue la Real Sociedad la que dominó el juego, aunque con una posesión insulsa que no le sirvió más que para encontrar una ocasión clarísima en el descuento que Gaizka Campos, espectacular durante toda la tarde, se encargó de desbaratar lanzándose a los pies de Julen Lobete.

En un duelo tan igualado y encorsetado, pese a que ambos conjuntos apostaron desde el inicio por el buen trato del balón, tuvo que ser una jugada absolutamente diferente a todas las demás la que desmontara el andamio que se había ido construyendo con el paso de los minutos.

Corría el minuto 56 cuando Diego Alende salió de la cueva con el balón pegado a los pies. Veloz y con el camino bastante despejado, el central se plantó en la frontal del área contraria, abrió el balón a la izquierda y certificó su contribución al primer tanto del equipo dejándolo pasar entre sus piernas cuando regresó hacia él en dirección a la frontal desde la banda. Allí lo recogió Doncel que tras rehacerse de un mal regate lo puso en la escuadra para llevar el delirio a la grada.

La historia no había terminado ahí, sino que el Real Valladolid Promesas supo olvidarse de que acababa de adelantarse en el marcador y presionó a muerte el saque de centro de su rival. Fruto de ello la pelota salió bombeada hacia el portero realista, que no fue capaz de acomodarla con el pie y lo único que consiguió fue dársela a Kuki Zalazar, que la empujó a gol antes de que sus compañeros se tiraran encima de él para celebrar el tanto que certificaba el derrocamiento del líder hasta ese momento.

Con dos goles en dos acciones seguidas, el partido se terminó porque a las celebraciones le sucedieron cinco cambios y una tarjeta amarilla por un codazo, lo que rompió definitivamente el ritmo del duelo.

El Pucela reordenó al equipo y cedió la posesión del balón a la Real, que de nuevo fue incapaz de encontrar claridad de cara a la meta de Gaizka Campos, al que solo probaron con disparos desde fuera del área a los que siempre respondió con una solvencia extraordinaria.

Ya en el descuento, el tanto realista no tuvo efectos sobre el partido, pero sí que debe hacer reflexionar a Stiven Plaza. El punta ecuatoriano, que había saltado al césped media hora antes, perdió la pelota en el centro del campo por intentar una bicicleta innecesaria. Esa pérdida obligó a los pucelanos a hacer una falta en la frontal cuyo lanzamiento terminó en un córner en el que Jaime Sánchez introdujo el balón en su propia portería pocos segundos antes de que el colegiado pitara el final del encuentro.

Con esta nueva victoria, la cuarta en cuatro partidos en casa, el equipo de Javi Baraja se coloca en segunda posición, a un punto del líder, el Bilbao Athletic.