Peter Federico ejecuta un remate ante Recio y Víctor García durante el Real Valladolid-Málaga del pasado sábado en Zorrilla Rodrigo Jiménez

El drama constante del Real Valladolid

El equipo de Almada ejecutó el cuádruple de disparos y toques en el área rival que el Málaga para sumar un solo punto en casa

Arturo Posada

Valladolid

Domingo, 30 de noviembre 2025, 19:35

El Real Valladolid recurre una y otra vez a un silogismo. Si para ganar partidos hay que meter goles y para meter goles hay que ... crear ocasiones, un gran número de oportunidades acabará por dar un gran número de victorias. Sin embargo, la lógica del fútbol choca una y otra vez contra un durísimo muro de realidad blanquivioleta. Al Pucela no le resulta suficiente con apabullar a sus rivales con una lluvia constante en el área para sumar de tres en tres. Y, además, sus contrincantes encuentran la manera de hacer daño sin apenas generación. Y, así, van volando puntos jornada tras jornada.

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Si el fútbol fuese un deporte donde las estadísticas lo explicasen todo, el Real Valladolid aparecería ahora en la zona alta de la clasificación y, por supuesto, habría ganado sus tres últimos partidos ante Las Palmas, Real Sociedad B, y, por supuesto, el más reciente ante el Málaga.

En este último encuentro, el contraste volvió a resultar diabólico. El Pucela ejecutó hasta 21 lanzamientos totales por cinco de los andaluces. El equipo de Almada cuadruplicó, por tanto, los disparos del cuadro que ahora entrena Juan Francisco Funes. Pero no sólo eso: multiplicó también por dos los lanzamientos a portería (seis contra tres) y creó una sensación de peligro durante muchos más minutos que su rival, con tramos de domino en la primera y en la segunda parte.

Para incidir en esta idea, aparecen también los toques dentro del área rival, un dato que refleja la intensidad atacante. De nuevo, el Pucela rozó guarismos que cuadruplicaron los ofrecidos por el Málaga en Zorrilla. El equipo de Almada entró en contacto con la pelota en 35 ocasiones en la zona más cercana a la portería de Alfonso Herrero, por sólo nueve de los malacitanos.

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Tanta presencia en la 'caja' llevó a que 15 de los 21 tiros totales del Real Valladolid se ejecutasen dentro del área… pero todos acabaron en agua de borrajas, con remates fallidos, bloqueados, desviados o repelidos por el portero del Málaga. La desesperación resultó constante para el Pucela. El equipo de Almada sólo fue capaz de clavar la daga en el minuto 4, cuando la presión de Marcos André motivó el error de Herrero y Peter Federico aprovechó la posición adelantada de Alfonso Herrero con un lanzamiento lejano para rubricar el 1-0, un marcador favorable de inicio.

El Málaga, por su parte, desplegó toda su efectividad para sacar un empate a domicilio con todos los números en contra. Cinco lanzamientos le bastaron para evitar la derrota. En la primera parte, sólo el central Einar Galilea fue capaz de ejecutar un lanzamiento, que se marchó desviado en el minuto 35, en una de las pocas acciones con peligro del equipo que ahora entrena Juan Francisco Funes. Guilherme Fernandes no tuvo que intervenir y no se le contabilizó una sola parada en este tramo. Sin embargo, el Málaga perforó su arco con el primer remate a puerta, en el minuto 58, en una jugada en la que exhibió su capacidad para hacer goles con un aprovechamiento máximo. El centro de Víctor García encontró el remate de Adrián Niño, que se zafó bien del marcaje de David Torres.

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Los números del Málaga en diferentes facetas palidecieron ante los del Real Valladolid. Sólo tres tiros a puerta (por seis del Pucela), dos disparos en el área (por 15 de los blanquivioleta), y dos saques de esquina (por los siete que botó el conjunto de Guillermo Almada). Sin embargo, las fuerzas se igualaron en la cifra que acaba resultando determinante: la de goles marcados. La proporción de 'a más ocasiones generadas, más tantos anotados' queda desmentida una y otra vez por la falta de pegada del Pucela y lo caro que paga sus errores defensivos.

Ante la Real Sociedad B las diferencias no resultaron tan acusadas, pero el Real Valladolid también remató más (20 lanzamientos por 13 de su rival, aunque sólo tres fueron a puerta por cuatro de los donostiarras) y tuvo mucha más presencia en el área rival (44 toques por 19 del cuadro local). Y eso jugando fuera de casa. La realidad es que todos esos números acabaron en papel mojado porque Balda fue el único que logró encontrar la manera de marcar un gol y la Real Sociedad B acabó por llevarse los tres puntos en Anoeta.

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Y la misma película se vivió en la derrota por 0-1 ante la UD Las Palmas en Zorrilla, con el doble de lanzamientos del Pucela (22 por 11 de los canarios) y diferencias abismales de juego en el área (41 toques del Real Valladolid por 9 de Las Palmas).

Pero, sin capacidad para marcar goles, todo queda en artificios ofensivos. Las jornadas pasan y, de los últimos doce puntos posibles, el Pucela sólo ha sumado dos. El bagaje es paupérrimo.

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