Real Valladolid, la diferencia entre ser de Primera o estar en Primera
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«Este ascenso debe ser el definitivo. El proyecto debe ser realista, pero ambicioso porque es la única forma de mirar más hacia arriba que hacia abajo»Alberto cuesta
Lunes, 6 de junio 2022
Hace poco más de una semana el Real Valladolid pasó de verse abocado a disputar un complicadísimo 'play off' de ascenso a primera a lograr el ascenso directamente. Antes del inicio del encuentro ante el Huesca la sensación era de cierta esperanza, pero más de tranquilidad por saber que la tarde del Pucela, al depender del resultado de otros dos equipos, sólo podía ir a mejor. Resumiendo, no había absolutamente nada que perder y mucho, muchísimo, que ganar. Y ganamos. ¿Qué supone esto? Una nueva y estupenda oportunidad de hacer de este equipo, esta ciudad y esta afición lo que merece: un equipo de primera.
Aquí llegamos al punto clave. El Pucela va a estar la próxima temporada en primera división, pero hace mucho tiempo que no es un equipo de primera. La diferencia puede parecer mínima, pero no lo es. En lo que va de siglo, desde el año 2004, son 18 años subiendo y bajando -como si nos gustara parecernos a los ya casi extintos ascensoristas que se pasan todo el día para arriba y para abajo- y siendo incapaces de estar más de tres temporadas en la máxima categoría. Esto tiene que cambiar. El Real Valladolid vuelve a estar en el lugar que le corresponde, pero ahora tiene ser un equipo que haga honor a la categoría y a su propia historia. Como digo siempre en estos casos, no me refiero a que el Pucela pase a competir títulos ni clasificaciones europeas, que ojalá, sino a ser un equipo asentado y que no sea uno de los principales candidatos para volver al infierno de segunda. Que sea un equipo al que todos consideren uno más y no el rival más débil.
Hay trenes que sólo pasan una vez en la vida, pero el del ascenso ya ha pasado demasiadas veces últimamente. Si seguimos desperdiciando oportunidades puede que llegue un momento en el que nos quedemos esperando, pero el tren no llegue nunca. Por tanto, este ascenso debe ser el definitivo. El proyecto debe ser realista, pero ambicioso porque es la única forma de mirar más hacia arriba que hacia abajo. La figura de Ronaldo vuelve a ganar importancia por lo que puede suponer para el club si él se quiere implicar de verdad y, además, hay que aprovechar una masa social que este club no ha tenido nunca. No queda otra, el Real Valladolid tiene que tener un objetivo muy claro: tiene que ser y dejar de estar.