«Lo importante es que la pelotita entre»
Hay diferencias notables entre el partido en Huesca y jornadas anteriores que explican por qué el Pucela tuvo más acierto
El partido en Huesca, basándonos en la experiencia, lo tenía todo para ser un desastre: mala dinámica, problemas serios de efectividad de cara a portería, ... los puestos de arriba escapándose y un estadio que no se le suele dar especialmente bien al Real Valladolid. Sin embargo, el Pucela nos regaló uno de los mejores partidos de la temporada, cuatro goles y, lo que más valoro, un día tranquilo.
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Con el 1-4 en el marcador final es fácil cometer el error de pensar que la única diferencia respecto a partidos anteriores es que, esta vez, la pelota quiso entrar. Una forma muy simplista de restar méritos al partido del Pucela en El Alcoraz. Es absurdamente evidente que el fútbol lo deciden los goles, pero quedarse solo con lo superficial, «lo importante es que la pelotita entre», como si el balón tuviera capacidad para decidir si toca la red por dentro o por fuera de la portería, provoca que se acaben valorando casi al mismo nivel la suerte y el trabajo. Claro que el gol es clave, pero es una consecuencia del camino elegido para llegar a él.
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Hay diferencias notables entre el partido en Huesca y jornadas anteriores que explican por qué el Pucela tuvo más acierto y «la pelotita» entró con mayor facilidad: mejor gestión del resultado a favor; presión no tan adelantada, pudiendo salir a la contra con más peligro o mantener la posesión cuando era necesario; llegadas de calidad desde segunda línea, permitiendo mayor variedad de centros (dos goles con centros rasos, los primeros de la temporada), y, sobre todo, el dominio completo de cada acción del juego en la que participó un Chuki que hizo su mejor partido como profesional. Este mismo planteamiento quizá no sirva en otro encuentro, de ahí la importancia de que el entrenador sepa entender a cada rival para dotar a sus jugadores del contexto apropiado, pero en Huesca funcionó de maravilla.
El Real Valladolid remató doce veces, es decir, tres disparos menos que la media de la temporada, que es algo superior a quince. Además, solo hay cinco partidos en los que se haya rematado menos veces esta temporada. Esto significa que el Pucela llegó menos, pero llegó mejor. Lo importante es que la pelotita entre, sí, pero no es lo mismo llegar por una autopista con buena visibilidad y perfectamente asfaltada que por una carretera nacional, llena de curvas, bacheada y cochambrosa.
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