«La vivienda es clave para fijar población en el medio rural»
Conrado Íscar, presidente de la Diputación Provincial de Valladolid
Desde que llegó a la presidencia de la Diputación de Valladolid, Conrado Íscar ha tenido una idea clara: si no hay vivienda, no hay futuro en los pueblos. Por eso, ha hecho de este asunto una prioridad política y personal. Bajo su mandato, el Plan Provincial de Vivienda ha pasado a convertirse en uno de los programas más ambiciosos de la institución, con un presupuesto que este año alcanza los 4,6 millones de euros. Con ese impulso, la Diputación pretende facilitar que los jóvenes y las familias puedan quedarse o regresar a los pueblos, una estrategia que, según Íscar, demuestra «que en el medio rural hay futuro si se crean las condiciones adecuadas para vivir con calidad y servicios».
La Diputación patrocina los Premios El Norte de Castilla. ¿Cree que estos galardones pueden ayudar a reforzar el sentimiento de pertenencia y cohesión territorial?
Todo lo que sea visibilizar lo que se hace en la provincia es muy positivo, y en eso los medios de comunicación son un partner imprescindible. En momentos tan complicados, con tanta polarización y ruido, son parte importante de nuestra gestión. Las administraciones locales estamos muy cerca de los vecinos y dedicamos el día a día a trabajar, pero muchas veces no damos a conocer la cantidad de servicios y programas que tenemos en nuestros municipios. Reconocimientos como los que hace El Norte de Castilla ayudan mucho.
Hablando del valor del territorio y de quienes lo habitan, ¿qué iniciativas está impulsando la Diputación para que la vivienda rural sea motor de asentamiento?
La Diputación cuenta con diferentes líneas relacionadas con la vivienda dentro de lo que denominamos nuestro Plan Provincial de Vivienda. En este ejercicio 2025 hemos alcanzado una dotación total de 4,6 millones de euros, lo que supone un incremento del 219% respecto al presupuesto inicial (1,4 millones). Hemos ido avanzando y adaptando el plan ante la demanda y el éxito de las convocatorias.
Hay dos grandes líneas de ayuda. Una dirigida a los ayuntamientos y otra a los particulares. En el caso de los consistorios, las ayudas se destinan a la compra de viviendas de segunda mano hasta 25.000 euros; a su rehabilitación, con un máximo de 40.000 euros; a la nueva construcción, hasta 150.000 euros; y a la compra y urbanización de terrenos. Además, tenemos una colaboración muy estrecha con la Junta de Castilla y León, a través de la sociedad Somacyl y del programa Rehabitare, que nos permite rehabilitar viviendas municipales como las antiguas casas del médico, del maestro o del cura, para destinarlas al alquiler social.
En cuanto a las personas, las ayudas van principalmente dirigidas a los jóvenes de hasta 37 años, aunque este año hemos incorporado una línea nueva para mayores de esa edad que necesitan apoyo para sufragar los gastos del alquiler.
En la última convocatoria se registraron 76 solicitudes de 54 ayuntamientos. ¿Qué lectura hace de este elevado interés?
Muy positiva. Refleja que hay ganas de vivir en el mundo rural. Cada vez más personas tienen claro que vivir en un pueblo no es una barrera y que no significa tener menos servicios. Contamos con programas como Crecemos, el transporte provincial o el servicio de cajero rural que facilitan la vida en los municipios. Todo eso anima a muchas familias y jóvenes a plantearse su proyecto de vida en un pueblo.
Tenemos 225 municipios y entidades locales menores, de los que solo 36 superan los mil habitantes. Hay movimiento y eso nos hace pensar que vamos por el buen camino. La Diputación está haciendo un esfuerzo muy grande, que está mereciendo mucho la pena ya que estamos siendo un ejemplo para otras provincias. Mantenemos una relación estrecha con diputaciones de toda Castilla y León y de España, y puedo afirmar que, en materia de vivienda, somos un espejo en el que se miran. Nos ven como un modelo de gestión.
La Diputación ha firmado también acuerdos con Cáritas o la Fundación Intras. ¿Qué importancia tiene garantizar que nadie se quede sin un techo digno en la provincia?
Mucha. Desde 2015 he estado muy vinculado a los servicios sociales y ahora, como presidente, he querido seguir asumiendo esa responsabilidad. No queremos que nadie se quede atrás. Creemos en la colaboración público-privada y trabajamos con éstas y otras entidades sociales con enorme bagaje. A través de ellas ayudamos a las familias que más lo necesitan. También con las nuevas líneas de ayudas para el alquiler hemos querido llegar a personas mayores de 37 años que se encuentran en situaciones complicadas y necesitan un apoyo para poder tener una vivienda.
¿Qué mensaje le gustaría trasladar a los vecinos de la provincia sobre el compromiso de la Diputación con el territorio y con su futuro?
La Diputación siempre está ahí. Está en cada paso que damos en nuestros pueblos. En los columpios, en las aulas de cultura, en los servicios sociales y hasta en las carreteras. Tenemos que seguir creyendo en lo que somos, en el mundo rural, porque somos una tierra llena de oportunidades. La provincia está creciendo y cada vez hay más gente que quiere vivir en nuestros pueblos. Pero también necesitamos una financiación justa y equitativa para las administraciones locales, que somos las más cercanas y las que estamos al pie del cañón cuando hay un problema, ya sea una pandemia o un temporal. Los alcaldes y concejales somos el 112 de los vecinos. Nuestra cercanía y nuestra capacidad de respuesta son sinónimo de calidad de vida, y eso es lo que hace que cada vez más gente decida desarrollar su vida en el medio rural.