Una mirada global hacia el autismo
Miguel Gómez, coordinador de la Fundación Miradas
EDUARDO MONGIL
Jueves, 24 de febrero 2022, 14:32
El trastorno del espectro autista siempre ha sido una afección sobre la que se han vertido multitud de prejuicios en la sociedad. Cada persona que la padece requiere de unas atenciones diferentes, ya que son casos particulares y únicos, pero muchas veces esto tiende a olvidarse.
La Fundación Miradas es una entidad de ámbito nacional con sede en Burgos que trabaja para que las personas con algún tipo de Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) puedan ejercitar todo tipo de acciones en defensa de sus derechos. Concretamente, el programa TUTEA da soporte a unas 40 familias desde septiembre para asesorarles en todos los temas relacionados con los afectados por TEA que tengan su capacidad de obrar modificada, o necesiten modificarla.
La Ley 8/2021, que ha entrado en vigor hace unos meses, eliminó la incapacitación judicial para las personas con algún tipo de discapacidad, mientras que la curatela modulada a las particularidades de cada caso ha tomado mayor relevancia. Ahora bien, esto provoca lógicos problemas de incomprensión en las familias. Es ahí donde aparece TUTEA.
«Hay cosas que todavía no se sabe muy cómo van a resultar, porque en la nueva ley no aparecen y no se sabe aún cómo lo van a interpretar los juzgados, y nuestro trabajo estos meses es investigar qué tipos de problemas van a tener las familias», comenta Miguel Gómez, coordinador de la Fundación Miradas. Miguel Gómez subraya que el trabajo se divide en tres grupos: el asesoramiento a las familias, mediante charlas explicativas, coloquios y encuentros con operadores sociales; el trabajo con TEAs que no sufren afección intelectual, es decir, personas con síndrome de Asperger; y, además, una atención individualizada para cada caso.
Los planes de la Fundación Miradas son ampliar las familias que se vinculen al proyecto TUTEA, que cuenta con financiación de La Caixa, y tiene una duración inicial de un año. Aun así, si se tiene en cuenta el contexto, el trabajo de investigación de la Fundación se antoja vital durante bastante tiempo, hasta que se acabe de configurar un marco legal estable para las personas con TEA, y que así puedan desarrollar en plenitud sus proyectos de vida.