Brañosera, tradición, naturaleza y expresiones vivas de la identidad rural en el Primer Municipio de España
La localidad y los pueblos que conforman el municipio celebran en el periodo estival sus fiestas
«Brañosera, enclavado en el corazón del Parque Natural de la Montaña Palentina, se transforma cada verano en un escenario vibrante de tradiciones, encuentros y celebraciones que reflejan el alma del mundo rural español», comenta su alcalde, Jesús Mediavilla, enunciando que «el primer municipio de España no solo conserva un legado histórico único, sino que también mantiene vivas las costumbres que han unido a sus habitantes durante generaciones».
En este fascinante territorio, la naturaleza abraza la vida rural. El municipio se haya rodeado de montañas, bosques y senderos que invitan al descanso y la aventura. Brañosera ofrece en verano un entorno privilegiado para quienes buscan reconectar con la naturaleza. Las rutas de senderismo, el nacimiento del río Pisuerga o los hayedos de la zona son solo algunas de las joyas naturales que atraen tanto a vecinos como a visitantes.
Pero más allá del paisaje, el verano en Brañosera es sinónimo de comunidad. Las plazas se llenan de vida, las casas se abren a familiares que regresan por vacaciones, y los pueblos que conforman el municipio: Brañosera, Salcedillo, Valberzoso, Orbó y Vallejo de Orbó, se preparan para sus tradicionales festejos.
Es un periodo en el que se resaltan las fiestas que celebran la identidad rural de la zona. Cada uno de estos pueblos organiza en verano sus fiestas patronales, que son mucho más que eventos lúdicos: son expresiones vivas de la identidad rural. Salcedillo honra a su patrón con procesiones, verbenas y comidas populares que reúnen a generaciones en torno a la música y la tradición.
En Valberzoso, las fiestas se acompañan de juegos tradicionales, concursos de tortillas y bailes que se prolongan hasta la madrugada. Orbó, con su historia minera, celebra con orgullo sus raíces, organizando exposiciones, rutas culturales y actividades para niños que conectan pasado y presente. Vallejo de Orbó, por su parte, se convierte en un punto de encuentro para vecinos y visitantes con música y diversas actividades populares.
Estas celebraciones, al igual que en tantos otros rincones del mundo rural español, son una muestra de resistencia cultural. En un contexto de despoblación y cambio, los pueblos de Brañosera reivindican su lugar en el mapa a través de la alegría compartida, la memoria colectiva y el compromiso con sus raíces.
Asimismo, es un verano que une generaciones. Lo más especial del verano en Brañosera es cómo logra reunir a las distintas generaciones. Nietos que juegan donde sus abuelos lo hicieron, jóvenes que organizan actividades para revitalizar sus pueblos, mayores que transmiten historias y recetas. Todo ello en un entorno que, lejos del ruido urbano, permite escuchar el canto de los pájaros, el murmullo de los arroyos y las risas que llenan las calles.
Por otro lado, no hay que olvidar la lucha por la revitalización rural. El verano en Brañosera no solo es tiempo de celebración y reencuentro, sino también de planificación y transformación. En los últimos años, el Primer Municipio de España ha apostado por iniciativas que buscan revitalizar su economía, preservar su patrimonio y garantizar un futuro sostenible para sus habitantes.
Y para ello, en estos momentos, tiene en marcha tres proyectos que pretenden dibujar el futuro de este emblemático municipio. Tres proyectos que destacan por su ambición y alcance: Una Mina de Historias, Reactiva Brañosera y Conecta Rural.
Una Mina de Historias es un proyecto enfocado en recuperar el alma minera. Ha sido impulsado por el Ayuntamiento de Brañosera con el objetivo de recuperar y dinamizar el patrimonio industrial minero de la localidad de Vallejo de Orbó, con expectativas de poderlo extender al resto de la Montaña Palentina. La iniciativa contempla la creación de un Centro de Formación de Intérpretes del Patrimonio Industrial-Minero, que busca convertir el Norte de la provincia palentina en un referente nacional en turismo cultural y de memoria histórica.
Además, se llevará a cabo la rehabilitación de espacios emblemáticos como la iglesia y la central eléctrica de Vallejo, el proyecto busca generar empleo local, atraer visitantes y fomentar el orgullo por una historia que ha marcado profundamente la identidad de la comarca.
Reactiva Brañosera se centra en la sostenibilidad y bioeconomía forestal. Con el respaldo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, y financiado por la Unión Europea a través del programa NextGenerationEU, el proyecto Reactiva Brañosera se centra en la gestión sostenible de las 5.700 hectáreas de bosques y pastos comunales del municipio.
Acciones concretas
Entre sus acciones destacan la reforestación, la mejora de infraestructuras ganaderas, la integración experimental de rebaños de cabras y la monitorización ambiental. El objetivo es aumentar la capacidad de captura de CO₂, prevenir incendios, y promover la bioeconomía forestal como motor de empleo y riqueza rural. Este ambicioso plan se extenderá hasta finales de 2025 y cuenta con un presupuesto superior a 1,5 millones de euros.
Conecta Rural se desliza entre la digitalización y la cohesión territorial. Para ello, se perfila como una apuesta estratégica para la repoblación de los municipios de Brañosera y Barruelo de Santullán. Este proyecto busca también reducir la brecha digital, fomentar el teletrabajo y atraer nuevos perfiles profesionales que puedan contribuir al desarrollo local sin necesidad de abandonar el entorno rural.
«Estos tres proyectos no solo representan una inversión en infraestructuras o servicios, sino una declaración de intenciones: Brañosera quiere ser un modelo de ruralidad activa, sostenible y conectada, donde la tradición convive con la innovación y el futuro se construye desde el respeto por la historia y el entorno», destaca Mediavilla.