El almacenamiento y traslado de la energía, clave para el futuro de las renovables
Expertos en el sector energético de Castilla y León demandan agilidad en las tramitaciones administrativas
La amenaza de Rusia de cortar el suministro de gas a la Unión Europea, en el contexto de la guerra de Ucrania, ha acelerado el interés por utilizar fuentes de energía autóctona para evitar la dependencia externa. En este camino, las iniciativas asociadas al desarrollo de las energías renovables despuntan en Castilla y León con un «sector maduro», listo para dar respuesta a las necesidades energéticas, pero que todavía tiene que responder a cuestiones importantes como las interconexiones. Así se puso de manifiesto en el encuentro organizado por El Norte de Castilla, 'Claves de futuro: Industria y Almacenamiento Energético', que contó con el impulso de Iberdrola.
Los expertos invitados a este foro de debate abordaron los retos que permitirán reducir la dependencia del gas natural y de otros combustibles fósiles. Moderados por la periodista Susana Gutiérrez, participaron el director General de Infraestructuras y Sostenibilidad de la Junta de Castilla y León, José Manuel Jiménez; el responsable de los Servicios Técnicos de la Dirección de Generación Hidroeléctrica de Iberdrola, Eduardo Rojo; el secretario General de la Asociación de Promotores de Energía Eólica de Castilla y León (Apecyl), Eugenio García; y el director de construcción de Copsa, Pedro García.
El almacenamiento eficiente de energía fue una de las cuestiones clave que se plantearon. En este sentido, el almacenamiento hidroeléctrico de energía, «es muy eficiente. Las centrales hidroeléctricas son muy seguras y con una tecnología muy madura que permiten tener certeza de una esperanza de vida útil de más de 75 años», apuntó Eduardo Rojo. En la Península Ibérica, la compañía eléctrica cuenta con más de 4 GW de potencia instalada de bombeo hidráulico, algo que se justifica en el hecho de que «Iberdrola apuesta por esta tecnología y este tipo de centrales», incidió Rojo.
De manera práctica, desde Iberdrola se recordó que al norte de Burgos, en el río Ebro, la central hidroeléctrica de bombeo de Orbañanos aprovecha la presa de Sobrón, que ya existe en el cauce del río, y logra un bombeo subterráneo, «que es la forma de hacer una central lo más ambientalmente y socialmente aceptable». Una fórmula que aboga por hacer una operación subterránea que minimiza el impacto y permite aprovechar líneas de distribución cercanas, como en este caso la de Garoña. Además, en las provincias de Salamanca y Zamora, Iberdrola ha desarrollado varias centrales de bombeo. La zamorana de Valparaíso, recientemente rehabilitada, y en Salamanca, la de Villarino y la de Aldeadávila II.
Y es que, la tecnología hidroeléctrica de bombeo es, actualmente, según Iberdrola, el sistema más eficiente y competitivo para almacenar energía a gran escala. Es más rentable y aporta estabilidad, seguridad y sostenibilidad al sistema eléctrico, al generar gran cantidad de energía con un tiempo de respuesta muy rápido, presentar un rendimiento muy superior a las mejores baterías del mercado y, todo ello, sin general ningún tipo de emisión contaminante a la atmósfera. En este sentido, el bombeo tiene un papel fundamental puesto que permite flexibilizar la producción de energía renovable, garantizar su integración eficiente en el sistema eléctrico y aportar firmeza a la producción renovable.
En cuanto a la energía eólica se habló de las baterías de almacenamiento, pero para el secretario de Apecyl, el foco debería ponerse en la mejora de las interconexiones con el continente. «Hay muchas cosas por hacer que son el resultado de una madurez del sector». Desde Copsa, Pedro García, se refirió a los dos proyectos en desarrollo de parques eólicos en Cantabria y Burgos y a la primera instalación de baterías de almacenamiento en la planta híbrida eólica y solar de Revilla-Vallejera, con una capacidad de 50 MW. «Lo que tenemos que evitar es caer en manos de China», comentó para advertir que «el único problema de las baterías es que acabemos utilizando una tecnología que no sea nuestra si todos los insumos importantes llegan de fuera». Un comentario sobre el que Eduardo Rojo puntualizó: «En el caso del bombeo, el 85% de la inversión se queda en el país, además de la mano de obra. Se pueden generar seis mil o siete mil empleos directos en la construcción de la estación durante un periodo de tiempo de cinco o seis años, que es lo que se tarda».
Líneas de trabajo
De igual modo, José Manuel Jiménez compartió con los asistentes al encuentro las principales líneas de trabajo de la administración regional que pasan por: repotenciar los parques eólicos de Castilla y León, hibridar los parques eólicos y la generación de baterías y para lograrlo, «hacen falta normativa y ayudas».
En relación al almacenamiento hidráulico demandó su declaración de proyecto estratégico por parte de la Administración General del Estado y propuso el aprovechamiento de las estructuras, como las minas a cielo abierto, para dedicarlas al bombeo. «El problema es que no hay un desarrollo normativo y poco apoyo». Así, dijo no entender «cómo Castilla y León, siendo la autonomía que mayor energía renovable produce y requiere de ese almacenamiento, esté a la cola de las ayudas para proyectos de almacenamiento energético» en referencia a las ayudas del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico para proyectos innovadores de energías renovables y almacenamiento.
De igual modo, Eduardo Rojo reconoció que las centrales hidroeléctricas de bombeo, «son proyectos complejos» y «requerirían de tramitación específica que permitieran en paralelo, tres tramitaciones: el acceso y conexión a red, la tramitación ambiental y la tramitación de la concesión hidráulica. Si van una detrás de otra hace que tramitar un proyecto sea muy largo». Además, abordó el mecanismo de «pago por capacidad», en vigencia en otros países europeos. «Lo que se hace es retribuir una instalación que, además de almacenar energía, aporta otros servicios al país, como la seguridad ante un apagón y la estabilización de la red».
En el desarrollo de la mesa redonda se constató el interés común para que se agilicen las cuestiones relacionadas con la burocracia, la seguridad jurídica, la regulación y las soluciones de tramitaciones administrativas.
Agilidad y certidumbre
De acuerdo con Eugenio García, «el sector necesita agilidad y certidumbre. El éxito o el fracaso depende de una buena o mala regulación». Pedro García apuntó que «los trámites son un cuello de botella, hay muchos expedientes y hay que mejorar los tiempos». Por su parte, José Manuel Jiménez asumió que «estamos ante un procedimiento administrativo hecho y pensado para otros tiempos que no se ha adaptado a la realidad actual». Explicó que, como consecuencia de la autorización que depende del Ministerio para la gestión de proyectos que superen los 50 megavatios, y que han aumentado en los últimos años, «estamos en un pequeño caos administrativo de tramitación» y para solucionarlo «requeriría sentarnos la Administración General del Estado, las comunidades autónomas y también las locales y sacar adelante un procedimiento express», como se logró al comenzar el conflicto en Ucrania. «No entendemos por qué no se puede hacer, porque en dos meses se aprobaron bastantes proyectos y no pasó nada» e insistió en que «adaptar la estructura administrativa a la realidad es una asignatura pendiente».
En el camino para lograr el desarrollo de la industria y el almacenamiento energético vinculado a las energías renovables, Eugenio García resumió que «el futuro pasa por gestionar bien la madurez alcanzada y la repotenciación que permita una mayor integración». Matizó que «si somos capaces de aprovechar la capacidad de producir energía aquí y hacerlo eficientemente, nos dará muchas alegrías en forma de desarrollo económico e industrial». El representante de Copsa identificó que «estamos en el momento, tenemos el recurso, tecnología y la oportunidad. Tenemos que ir unidos promotores y sociedad».
Por su parte, José Manuel Jiménez afirmó que «las industrias buscan un aprovisionamiento energético que sea estable, renovable y barato y el que lo consiga, logrará triunfar» y añadió, «en Castilla y León hay proyectos industriales por importe de más de 20 mil millones de euros pendientes de que podamos ofrecer unas conexiones eléctricas. Exportamos entorno al 57% de la energía que producimos, tenemos capacidad». Eduardo Rojo concluyó que «hay que apostar por proyectos de bombeo y de almacenamiento a gran escala de energía porque son proyectos tractores de la industria nacional, regional y local. Estas instalaciones contribuyen a fijar población porque son instalaciones de futuro».
Responsables de Iberdrola y de la Junta de Castilla y León abordan el futuro energético
El CEO de Iberdrola Energía Sostenible, Julio Castro; el delegado Institucional de Iberdrola en Castilla y León, Miguel Calvo y el director General de Infraestructuras y Sostenibilidad de la Junta, José Manuel Jiménez, mantuvieron un encuentro previo al foro 'Claves de futuro: industria y almacenamiento energético', celebrado en la hemeroteca de El Norte de Castilla.
Esta reunión fue un adelanto de los temas que, posteriormente, se trataron en la mesa de debate relacionados con el almacenamiento energético, especialmente el hídroeléctrico. Y es que, el agua no es solo esencial para la vida o los procesos industriales, sino que también debe jugar un papel fundamental en la transición energética.
Los retos a los que se enfrenta el sector energético o las claves de futuro, que pasan por el bombeo, fueron motivo de análisis durante toda la jornada. El bombeo se presenta como una solución madura, que permite utilizar el excedente o los vertidos de energías renovables para bombear agua al embalse superior, que posteriormente permite turbinar agua al embalse inferior para generar electricidad cuando no hay recursos de sol y viento.