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Cortona, un mirador de piedra en plena campiña italiana

Cortona, un mirador de piedra en plena campiña italiana

Ciudad pintoresca y con encanto, parada obligada para todo aquel que decida conocer la idílica región de la Toscana

Álvaro Romero

Jueves, 23 de agosto 2018, 10:41

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La preciosa ciudad de Cortona se levanta coqueta en la provincia italiana de Arezzo, formando parte de la idílica región de la Toscana y a pocos kilómetros de la de Umbría, no menos bella. Con dichos antecedentes es sencillo destacar el entorno natural que rodea la urbe como uno de sus valores más importantes. Esto, unido al complejo pasado histórico que arrastra y al arte que alberga son motivos más que suficientes para conocerla.

Cortona es un destino de película, y nunca mejor dicho, pues fue el escenario del largometraje Bajo el sol de la Toscana. Caminando por sus calles enrevesadas y empedradas se para el tiempo y la tranquilidad se convierte en la tónica general de una ciudad que no supera los 23.000 habitantes. Su estratégica posición, cerca de Siena, Arezzo y Perugia, hace de ella una localidad perfecta para recorrer la zona y descubrir otros puntos de interés.

Sencillamente encantadora

Su entramado urbano es sencillamente fascinante, conserva intacto todo su patrimonio artístico: palacios señoriales, el Duomo, el Museo Diocesano y la iglesia de San Francisco, entre otras joyas. A pie se descubren decenas de rincones inesperados que revelan secretos medievales y renacentistas además de otros más modernos que no alteran su hermosa estética.

Mención especial merecen las dos plazas más importantes de Cortona, la de la República y la de Luca Signorelli, ambas conectadas entre sí por una callejuela que acaricia el lateral del edificio del Ayuntamiento y se topa de frente con la fachada del Museo Etrusco, lugar que preserva y expone importantes piezas de arte trabajadas hace siglos por ese histórico pueblo, antiguo fundador de la ciudad.

Todo ello protegido por la imponente muralla de piedra que rodea la urbe, diferentes puertas dan acceso al interior y desde la parte superior es posible otear el horizonte y vislumbrar los espectaculares paisajes que le rodean. Olivares, viñedos y tierras de cultivo llegan hasta donde alcanza la vista quedando inmortalizados en las cámaras de los turistas, imagen típica de la idílica Toscana.

Degustando la Toscana

Decenas de cafés, heladerías y restaurantes se intercalan con pequeñas y tradicionales tiendecitas ofreciendo platos típicos donde priman los productos locales, materias primas de primera calidad capaces de enamorar paladares. Unos productos que también se pueden adquirir en tiendas de delicatesen.

Como buena ciudad italiana no pueden faltar los platos de pasta fresca cocinados de mil maneras en cualquiera de sus restaurantes, además de exquisitas y jugosas carnes bañadas por sabrosas salsas. Todo ello regado con magníficos vinos de la zona, pues si por algo se conoce la región es por la gran cantidad de bodegas que salpican la campiña.

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