La vacunación de mayores de 90 años se desarrolla con mucha fluidez tras comenzar con retraso
Las colas de primera hora en el centro de salud de La Puebla se debieron al retraso en la llegada de las vacunas, pero desde que se comenzó a inocular el virus fue todo muy rápido
«He tardado solo siete minutos en recibir la vacuna desde que salí de casa», comenta una mujer con admiración, tras haber recibido la primera dosis de Pfizer. Las colas que se vieron esta mañana, desde antes de las nueve, alrededor del centro de salud de La Puebla no eran debido al colapso a la hora de inocular el virus, sino a que aún no se podían administrar las dosis porque había que esperar media hora, a que se descongelasen, para poder ponerlas.
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Con un poco menos de 30 minutos de retraso, arrancó la vacunación, arrancó la cola de la esperanza. Y el tiempo de espera era mínimo porque ocho puntos de vacunación, cinco en el interior de la carpa y tres en el aparcamiento para los mayores que se desplazaban en coche, trabajaban con ritmo y celeridad. Un equipo de más de treinta profesionales del Sacyl, entre personal de enfermería y administrativos, junto con la Policía Local, quien regulaba el tráfico para el acceso de los mayores de 90 años que acudían en coche, ya fuera en taxi o llevados por algún familiar, trabaja desde primera hora, desde horas antes de que comenzase la vacunación, para que todo funcione.
Más de 1.200 palentinos mayores de 90 años de la capital (en dos grupos distribuidos por apellidos) estaban llamados a la vacunación, desde las 9 hasta las 14 horas. Todos ellos salían con un papel en la mano, donde les recordaban que en el mismo sitio y a la misma hora tendrían que volver en 21 días, exactamente el 19 de marzo.