Antonio Serrano, armonicista

«Tocar con Paco de Lucía era como conducir un Ferrari, solo necesitas pisar el acelerador»

-Ya diez años sin Paco. ¿Siente aún un vacío por esa ausencia?

-Tengo un vacío más artístico que personal. Paco era una de esas personas que te transmitía mucha paz, era muy comunicativo y te daba la sensación de que ya habías mantenido con él las conversaciones de todos los temas que podían surgir tras acompañarle en sus conciertos a lo largo de diez años, así que en el sentido personal con Paco está todo resuelto. Me falta poder seguir haciendo con él esas grandes giras mundiales y proseguir en lo más alto a nivel artístico.

-¿Imponía tocar con el Dios de la guitarra flamenca?

-Para nada. Cuando me llamó para formar parte de su grupo, tenía cierto miedo y me imponía por ser uno de los grandes guitarristas del mundo, pero luego tocar con él era muy fácil porque tenía todo muy claro y tenía una absoluta seguridad en sí mismo. Además, confiaba mucho en los músicos de toda la banda y eso transmitía mucha tranquilidad. Era un excepcional solista, único e irrepetible y, al mismo tiempo, era un gran líder porque era consciente de que un músico como mejor se expresa es sintiendo que tiene libertad para demostrar su valía. Tocar con Paco era como conducir un Ferrari, un coche de alta gama que parece que va solo y con el que solo necesitas pisar el acelerador.

­-¿Ser armonicista del septeto de Paco de Lucía ha sido su mayor responsabilidad profesional?

-La responsabilidad era de Paco porque nosotros le acompañábamos. Yo siento más responsabilidad cuando doy yo la cara, pero, sin duda, ha sido el entorno profesional de más alto nivel en el que he trabajado. Con él hemos actuado en los mejores teatros y festivales del mundo. Yo sentí muchísima responsabilidad, aunque me di cuenta a toro pasado porque entonces era muy joven, cuando toqué con trece años en un concierto en el que actuaron Larry Adler, el Paco de Lucía de la armónica; Plácido Domingo y Salvatore Attardo, entre otros grandísimos músicos y solistas. Unos inicios en los que parecía que estaba en la cumbre, pero luego bajé a la tierra y Paco me sacó del submundo y confió en mí para colocarme de nuevo en la cumbre. Actuar con el músico más grande de la guitarra flamenca me ha servido para tener una carrera más prolífica y no tener que justificar las bondades de la armónica en la música. Antes, tenía que defender constantemente este instrumento y hoy todavía lo sigo haciendo, pero muchísimo menos.

-¿Hay mucha competencia en el mundo de la armónica?

-Yo, personalmente, no tengo prácticamente competencia porque toco la armónica cromática, una modalidad a la que se dedican muy pocos músicos en el mundo. La verdad es que tanto dentro como fuera de España me tienen en mucha consideración y estoy muy bien posicionado en la esfera internacional porque splo somos tres o cuatro los armonicistas que estamos labrándonos una proyección mundial.

-¿Este instrumento se ha utilizado siempre en el flamenco o fue Paco de Lucía quien lo introdujo en su repertorio?

-Yo he sido el primero en utilizar la armónica en el flamenco y antes de empezar a tocar con Paco hice colaboraciones con Vicente Amigo, Tomatito y Tomasito. Pero Paco fue el primero que me dio la oportunidad de presentar el instrumento a gran escala.

-¿La armónica ha sido la niña fea de los instrumentos?

-Totalmente. Es un sonido que aún no se ha prodigado demasiado en el panorama musical, pero yo creo que tiene un gran futuro.

-¿Qué matices aporta a los conciertos?

-Yo creo que la armónica es uno de los instrumentos más cercanos a la voz. La armónica, que se toca con la respiración, aporta todo, al igual que la voz humana, que es el instrumento que más transmite, el más versátil y el que aporta más matices. Si la armónica se toca a nivel amateur, es un juguete, pero si se toca a nivel profesional es sorprendente. He escuchado un millón de veces la frase «no sabía que con la armónica se podía hacer eso».

-Desembarca en Palencia como integrante de un cuarteto para rendir un homenaje a Paco de Lucía.

-En Palencia he tocado anteriormente y he visitado la ciudad en varias ocasiones. Un amigo mío, Higinio Reus, vive en Palencia desde hace varios años y le he ido a ver actuar allí, ya que toca la guitarra y la armónica. Me encanta Palencia.

-¿Por qué aguas fluirá este concierto?

-Vamos a tocar principalmente el repertorio que los cuatro tocábamos cuando actuábamos con Paco de Lucía. Será en un contexto de fusión flamenco-jazz, en el que quizás también suene alguna de las aportaciones musicales de alguno de los integrantes del cuarteto.

-¿Qué suma la fusión del jazz con el flamenco?

-Toda la música se puede fusionar. De hecho, pienso que hoy en día la música está más fusionada que nunca. Incluso la música de occidente que consideramos más pura son una mezcla de culturas. Cuando hablamos de la fusión del flamenco con el jazz es una forma de hermanar ambos géneros de una forma respetuosa, es jugar a mezclar ritmos y estructuras de las dos músicas de manera equilibrada y artística con el fin de que el resultado sea aceptable para el público al que le gusten el flamenco o el jazz o ambos estilos.

-¿El flamenco y el jazz tienen en común la improvisación?

-Paco de Lucía escribió muchas reflexiones sobre el flamenco y en una de esas conclusiones aseguró que en el flamenco no cabía la improvisación, algo que he pensado yo toda la vida, a pesar de que muchos me llevaban la contraria. La manera de tocar flamenco es muy parecida a la música clásica y lo que le distingue de esta última es que se transmite oralmente. En el flamenco parece que se improvisa porque la forma de transmitirlo es muy expresiva, pero son espectáculos muy pensados y están muy estructurados con el fin de que todos los músicos y bailaores o cantaores implicados vayan a una. En el flamenco se ensaya mucho más que en el jazz porque en este último género se tiende a improvisar. Aunque tengo que reconocer que, en la actualidad, en el flamenco se está improvisando un poco más. Paco de Lucía fue pionero en mezclar flamenco y jazz y, a raíz de esta fusión, comenzó a introducir la improvisación en el flamenco y tuvo que aprender a hacerlo bien.

-En el recital palentino se junta con tres virtuosos de la música. ¿Qué calificativo adjudicaría a cada uno de ellos?

-Antonio Sánchez es el guitarrista en el que más siento el nervio y el toque de su tío Paco, en él noto ese gen. Carles Benavent es un genio y un innovador, se ha inventado una manera de tocar el bajo y ha creado escuela. Y Tino Di Geraldo es uno de los músicos más versátiles y más sensibles y abiertos que he conocido, es un músico muy completo. El concierto de Palencia hay que verlo y escucharlo sí o sí. Me encantaría que estuviera el teatro lleno y que el público disfrutase con nosotros.