
Ver 22 fotos
Secciones
Servicios
Destacamos
Ver 22 fotos
¿Quién es capaz de fusionar científicas e inventoras con los cuentos infantiles? ¿De enseñar con magia y con encanto la importante contribución que hicieron ... las mujeres a la ciencia? Pues Rosana Largo. La artista hiperrealista vallisoletana de ascendencia palentina, creadora del Museo de los Cuentos y la Ciencia de Paredes y que tiene en su haber numerosos premios internacionales, entre ellos la Medalla de Platino de la Academia de las Artes, Ciencias y Letras de París, ha inaugurado este sábado la exposición 'Científicas olvidadas jamás contadas' en el centro cultural Lecrác, dentro del marco del 8M.
«Es una relación de los cuentos con la ciencia y sobre todo con mujeres que fueron solapadas fundamentalmente en el siglo XIX. Y de las inventoras apenas conocemos sus nombres. No se trata de una inclusión forzada, sino de reivindicar algo que es justo en la historia», señaló la pintora, que ha expuesto en París, Qatar o New York.
Ataviada con uno de sus vestidos-cuadro de cuento, no llevaba un corpiño que oprime a la mujer, como si de una jaula de oro se tratase, sino que portaba un peto de guerrero o de guerrera, en este caso. «Este vestido implica la identidad femenina con una armadura que da aliento a la lucha por la paridad», explicó.
La muestra, que podrá disfrutarse en el Lècrac de Palencia hasta el 30 de abril, está dividida en tres apartados: mujeres científicas, mujeres inventoras y un último dedicado a 'El Principito'. Cada uno de los cuentos está representado por una instalación artística o estructura de gran tamaño, cuidada hasta el mínimo detalle y creada íntegramente por ella. «Todas están hechas a mano y policromadas al óleo. No tengo un equipo detrás, todo esto está hecho por mí», afirmó con orgullo. Y añadió que «pesa mucho, pero si se quiere, se puede».
Noticias relacionadas
En cada una de las estructuras, Rosana Largo recrea con gran maestría y una imaginación sin límites las secuencias más significativas de cada cuento, vinculándolo siempre con la científica o inventora de la que se trata. Así, es capaz de relacionar el cuento de 'Alicia en el País de las Maravillas' con la matemática, astrónoma y filósofa Hypatia de Alejandría; el de 'Pulgarcita' con la entomóloga Maria Sibylla Merian; 'Ricitos de Oro' con la astrofísica Henrietta Swan Leavitt; 'Caperucita Roja' con la física Marie Curie; 'La princesa y el guisante' con la genetista Ruth Sager y el cuento de 'Blancanieves' con la bióloga molecular María Blasco.
En el apartado dedicado a las mujeres inventoras, la artista conecta el cuento de 'La Sirenita' con el telescopio submarino de Sarah Mather; el de 'La Cenicienta' con el lavavajillas de Josephine Cochrane; 'La Bella y la Bestia' con la tecnología alimentaria y el sistema de envasado al vacío de Amanda Jones; 'La Casita de Chocolate' con las cookies de Ruth Wakefield; 'El Mago de Oz' con el GPS de Heddy Lamarr y el cuento de 'La Lechera' con la máquina transportadora de leche de Fermina Orduña.
'El Principito', con su inocencia y neutralidad, protagoniza la estructura dedicada a 'las Computadoras de Harvard', un grupo de mujeres (Williamina Fleming, Annie Jump Cannon, Henrietta Swan Leavitt y Antonia Maury), que trabajó en el Observatorio de Harvard, liderado por Edward Charles Pickering, a las que se conoció despectivamente en el mundo científico como 'el harén de Pickering'. «Las contrataba porque eran muy baratas», incidía Rosana Largo, quien mostraba los billetes de dólar de su pieza artística y al Principito tratando de equilibrar la injusta balanza en la que estaba el dinero. «No conoceríamos la distancia de las estrellas en el universo sin ellas», agregó la pintora, que desciende de Villaeles de Valdavia.
Los zapatos rojos de Dorothy, los naipes y los relojes de Alicia o los dulces de la casita de chocolate. Todo eso y mucho más protagoniza las obras expuestas de Rosana Largo. «Es la única exposición que versa en originalidad porque relacionamos el cuento y la ciencia poniendo el foco en la mujer inventora y teniendo el arte como el hilo conductor. Es un acercamiento a los niños para que conozcan a las científicas a través de los cuentos porque la igualdad también se imparte en las aulas», concluyó Rosana Largo.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.