«Queda aún mucho para que haya más presencia femenina en la ficción»
La intérprete de la marquesa de Luján en 'La promesa' estará este sábado en Palencia en la proyección y coloquio de 'Pan de limón con semillas de amapola' a beneficio de la asociación contra el cáncer
Jose Rojo
Palencia
Sábado, 3 de febrero 2024, 00:18
Un donativo de cinco euros a beneficio de la delegación palentina de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) es el precio de la entrada ... para ver este sábado a las 19 horas en el salón de actos Unicaja de Palencia (calle Nicolás Castellanos, 2) un pase especial de la película 'Pan de limón con semillas de amapola' (2021), del director Benito Zambrano. Una proyección que contará con la presencia de una de sus intérpretes, Eva Martín, célebre por encarnar a la marquesa de Luján en la serie 'La Promesa' (TVE) y que participará en el coloquio programado tras la proyección. Gerundense de nacimiento (14 de marzo de 1974), aunque Valladolid es su casa, esta actriz habla de sus inicios en este oficio y repasa su recorrido profesional.
–Nació en Girona, pero pasó su adolescencia y juventud en Valladolid. ¿Se siente más vallisoletana que catalana?
–No es cuestión de dónde me siento, sino de con qué lugar tengo más relación, y ése es Valladolid porque es la casa familiar y es donde voy en las fechas señaladas. Yo resido en Madrid desde hace 20 años y antes estuve viviendo en Inglaterra.
–Por cercanía con Valladolid, no le resultará desconocida Palencia…
–No, no, aunque hace tiempo que no voy. Mi recorrido en el teatro lo empecé en Valladolid con la antigua compañía de Juan Antonio Quintana, con la que actué en Palencia. Y aunque hace muchos que no voy a Palencia, ya tenía ganas de volver.
–Se formó como actriz en el Aula de Teatro de la Universidad de Valladolid. ¿Qué recuerdos guarda de esos años?
–En la Universidad de Valladolid compaginé mis estudios de Filología Inglesa con mi formación en el Aula de Teatro con Juan Antonio Quintana y Ricardo Vicente, ambos ya fallecidos, y para mí fue el descubrimiento de la interpretación. De ahí fue cuando Juan Antonio me llevó a trabajar con su compañía y fue mi primera experiencia en el teatro; fueron años fantásticos. Casualmente la película 'Pan de limón con semillas de amapola' se estrenó en 2021 en el transcurso de la Seminci en el Calderón, teatro en el que yo me estrené como actriz. Fue muy emocionante por volver a casa y porque yo también fui parte del público de la Seminci siendo estudiante. Además, en Valladolid conservo muy buenos amigos.
–Hasta 2006 no hay pistas sobre su incursión en la interpretación. Después de estudiar Filología Inglesa, se fue a vivir a Inglaterra...
–De Valladolid me fui a vivir a Inglaterra varios años, después fui a Alicante y allí volví de nuevo a hacer teatro. Y ya en 2004 decidí instalarme en Madrid para retomar la interpretación y formarme más como actriz. Dos años más tarde empecé a trabajar en la serie 'El Comisario'.
–A partir de ahí, su carrera ha sido imparable en la ficción televisiva.
–He trabajado en muchas series, en distintos proyectos y haciendo personajes diferentes. La decisión de dejar mi anterior trabajo, donde daba clases de inglés a particulares y empresas, y dedicarme a la interpretación me fue bien. Fue una apuesta total. Soy una de las personas afortunadas que puedo vivir de esta profesión, que es muy complicado, porque hay un índice de paro muy alto en este oficio. Es un triunfo en sí mismo, aunque es un trabajo que tiene sus altibajos. Es una carrera de fondo, como se suele decir. Y a mí me dieron la oportunidad de trabajar, que no siempre es fácil.
–¿Elige los papeles en el cine con cuentagotas?
–La verdad es que he trabajado muchísimo más en televisión. Me han llegado menos papeles para cine. Me gustaría poder trabajar mucho más. Aunque hoy la producción de series televisivas es buenísima. Hoy en día, la calidad de la ficción es comparable a la del cine. Y he tenido suerte de trabajar en muy buenas series.
–'Pan de limón con semillas de amapola', película que protagoniza junto a Elia Galera, es su última aparición en la gran pantalla. ¿Qué le conmueve de esta producción?
–Es una historia muy bonita que cuenta las relaciones entre los seres humanos, sobre todo, el vínculo de dos hermanas. En mi casa somos cuatro chicas y un chico y de eso conozco bastante. Cuenta la historia de una herencia y es un viaje particular, en concreto, para mi personaje, Ana. Fue un reto encarnar a esta persona que padece una enfermedad porque requería un trabajo minucioso que yo encaré con mucho cariño y respeto.
–¿Cómo se ha forjado la colaboración con la delegación palentina de la Asociación Española contra el Cáncer para presenciar y participar en el coloquio del filme de Zambrano?
–Carlos Prieto, el secretario de la asociación, contactó conmigo a través del mail y nos ha costado mucho cuadrar la fecha ya que estoy embarcada en el rodaje de la serie diaria 'La Promesa', que no te permite disponer de mucho tiempo libre y si, además, vives en Madrid… Me emocionó mucho que se acordaran de mí y que les hubiera gustado mi trabajo en la película. Llegar a la gente, sobre todo, a las personas que han pasado por esa enfermedad o que la han vivido de cerca, da sentido a mi trabajo. El trabajo en esta película fue un pequeño homenaje a aquellos que han padecido la enfermedad. Estaré feliz de participar en el coloquio y compartir experiencias y sensaciones con los espectadores.
–¿Es muy dada a colaborar con causas solidarias?
–Siempre que puedo sí. El tejido humano es el que importa y es el que nos sostiene. Es fundamental colaborar unos con otros, dar voz o lo que esté en nuestras manos.
–Además de Zambrano, ha intervenido en trabajos dirigidos por Colomo, Almodóvar o Sorogoyen.
–Son todos grandes directores. Para mí es un placer, una maravilla y un 'lujazo' ponerme en manos de cualquiera de ellos, sobre todo, cuando hay un buen diálogo entre actor y director. He tenido mucha suerte. Yo soy muy fan de Rodrigo Sorogoyen, de su cine y cómo relata; me gustaría volver a trabajar con él. Estos cuatro directores tienen formas distintas de ver y de hacer y en la variedad está la riqueza; te llevas lo mejor de cada una de las experiencias. Trabajar con distintos directores te hace mejor actriz.
–¿Ya ha firmado el contrato de su próximo largometraje?
–No, pero espero firmarlo muy pronto (risas). De momento, estoy inmersa en 'La Promesa' y cuando una serie es diaria, la entrega es total y absoluta; te absorbe la mayor parte del tiempo.
–Una legión de espectadores sigue fielmente 'La Promesa'. ¿Qué cree que ha enganchado al público de esta trama que transcurre a principios del siglo XX?
–Es complicado saber qué funciona en un producto de ficción porque no hay una receta mágica. Para nuestra alegría 'La Promesa' está siendo muy bien acogida por el público. Yo creo que la diversidad tan amplia de personajes, con sus problemas y relaciones personales, abarca a un público muy heterogéneo. Me sorprende que me pare por la calle gente de todas las edades. Además, la serie tiene una factura impecable y de una gran belleza gracias al extraordinario trabajo del equipo técnico, sin olvidar el entorno tan cuidado y al detalle y el rigor histórico. Esta serie se está siguiendo en toda Latinoamérica y los guiones contienen expresiones populares que han caído en desuso.
–Es la versión española de 'Arriba y abajo', 'Downton Abbey'…
–Contar la historia de los señores y el servicio es un clásico en la historia del cine y la televisión y casi siempre han funcionado muy bien. 'La Promesa' está manteniendo su audiencia a pesar del cambio de horario y ahora muchos espectadores lo ven en diferido por la noche a través de la plataforma de Televisión Española.
-A usted le toca hacer de mala malísima. Un estereotipo de papel que fascina a las actrices.
–No sé por qué lo dice… (risas). Este tipo de personajes son un regalo. Y este regalo me lo hicieron Josep Cister, el productor ejecutivo, y las directoras de casting, que pensaron en mí para encarnar a la marquesa de Luján. Es muy divertido hacer este papel porque el personaje no da puntada sin hilo. Los malvados y villanos siempre han interesado mucho al público. Ahora me llaman marquesa por todos los sitios (risas).
–Lleva más de 280 capítulos emitidos. ¿Le augura larga vida a esta ficción?
–Como toda serie diaria, mientras al público le guste y siga siendo fiel, esta serie seguirá funcionando. Una serie diaria tiene sentido si el público la acompaña y si es así, habrá 'Promesa' para largo.
–Este año cambiará de década en su DNI, pero aún le queda mucho recorrido en la profesión a tenor de la estela que sigue la mayoría de las actrices.
–Todos vamos cambiando de década (risas). Espero que me quede mucho más recorrido, pero todavía tenemos una lucha para que haya más papeles femeninos en posiciones relevantes de las tramas en la ficción española e internacional. Poco a poco, hay más presencia femenina, pero todavía nos queda mucho trecho.
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