El PSOE enfoca el debate sobre el estado de la ciudad hacia la negociación de los presupuestos
La oposición centra las críticas en la limpieza de las calles, la falta de mantenimiento de los parques y los incumplimientos de las promesas electorales
Se salieron del tono hosco y combativo que planeó en casi todo momento sobre el debate sobre el estado de la ciudad las intervenciones de ... la exportavoz de Vox y ahora concejala no adscrita Sonia Lalanda y también de su sucesor al frente del grupo derechista, Emilio Polo. Ambos ofrecieron en esta ocasión una imagen conciliadora y de apertura al diálogo con el equipo de gobierno socialista, que permitió a la alcaldesa, Miriam Andrés, arrimar el ascua a la sardina que más le interesa en estos momentos y fijar el foco final del debate en la próxima negociación de los presupuestos municipales de 2026.
Y si desde el PSOE se agradecía el «buen tono» utilizado tanto por Sonia Lalanda como por Emilio Polo, esta circunstancia enardecía las críticas de algunos otros concejales, especialmente de los otros dos ediles no adscritos, Domiciano Curiel, expulsado de Vamos Palencia, y Ricardo Carrancio, que comenzó el mandato en la filas de Vox y fue expulsado de su grupo precisamente por ellos. «Parece que van a entrar ustedes a formar parte del equipo de gobierno, esa sí que sería buena», ironizaba Domiciano Curiel en referencia a Sonia Lalanda y Emilio Polo. Carrancio mostraba también su malestar y a ellos se unía el único representante de IU-Podemos, Rodrigo San Martín, que volvía a recordar al equipo de gobierno que representaban a un partido de izquierdas y que su socio natural debía ser él.
Pero la alcaldesa había encontrado un filón en las palabras de Sonia Lalanda. La exportavoz de Vox, que se mostraba muy orgullosa de la libertad e independencia que le aporta su expulsión de la formación derechista, había «lanzado el guante» para abrirse a una negociación de los próximos presupuestos municipales, «decapando el documento hasta llegar a base cero». Es decir, «planteando una nuevo forma de gestión desde el consenso y negociación», alertando también de los posicionamientos cargados de soberbia. «Con humildad y responsabilidad personal, se puede llegar a buen puerto», indicó la edil no adscrita.
Recoger el guante
Y esto fue lo que les bastó a los socialistas para recoger ese «guante» lanzado por Sonia Lalanda. El PSOE gobierna en minoría. Tiene solo diez votos y le faltan tres para alcanzar esa mayoría absoluta que permite aprobar los acuerdos plenarios, entre ellos, el presupuesto municipal. El mandato ha superado ya el ecuador y las cuentas de 2026, como se aseguró en numerosas ocasiones durante el pleno, son las últimas que podrán aplicarse en su totalidad, con lo que son también las que definirán en gran medida los resultados positivos o negativos de la gestión el equipo socialista. Por ello, su aprobación resulta tan importante para la alcaldesa como para vincular su propia continuidad a esta aprobación mediante el sometimiento a una cuestión de confianza. Aunque este debe ser el último cartucho a quemar y primero está la negociación con los grupos políticos y los tres concejales no adscritos para intentar conseguir los apoyos necesarios en la primera votación, sin necesidad de jugar esa arriesgada carta de la cuestión de confianza.
Y por ello, Miriam Andrés quiso cerrar la sesión del pleno con una pequeña intervención personal que logró desviar la atención de los temas sobre los que había girado el debate. La oposición había centrado sus discursos en la limpieza de las calles, el cuidado de los jardines o los incumplimientos de acuerdos o de promesas electorales, pero la regidora obvió todos estos aspectos cerró con una invitación a la negociación de los presupuestos, asumiendo plenamente el discurso que había lanzado la exportavoz de Vox. «Recogemos el guante que ha lanzado la señora Lalanda y decirles que en breve tendrán todos ustedes un presupuesto base cero, para que vean los gastos obligatorios, la primera vez que se hace de esta forma en este Ayuntamiento. Para que vean todos los gastos obligatorios que tenemos que abordar. Nosotros tenemos ya un borrador de presupuestos, pero antes de pasarlo, queremos escuchar sus propuestas, ver por dónde deben ir los temas más importantes, los que pueden concitar mayor apoyo, porque somos conscientes de que somos un equipo de gobierno en minoría, aunque también ustedes deben ser conscientes de que hay una oposición 'desmadrada'. Esta situación de uno más uno, más uno, más otro hasta llegar a ocho grupos, requiere también una destreza negociadora enorme, y no podemos olvidar que la gestión del día a día nos come también el tiempo, porque hay muchos problemas que hay que resolver. Entonces, vamos a ver si entre todos podemos hacerlo. Saben que la decisión está tomada y está clara, y si no hay acuerdo de presupuestos esta alcaldesa se someterá a una cuestión de confianza», manifestó Miriam Andrés, quien abundó en que sería deseable que el más de año y medio que queda de mandato fuera «fructífero para los intereses de la ciudad». También animó a todos los concejales a negociar, aunque recordó que «negociar es ceder por ambas partes». Asimismo, la alcaldesa recalcó que cuenta con la legitimidad suficiente para hablar de negociación al resto de los grupos, ya que en el mandato anterior, estando en la oposición, llegó a facilitar el acuerdo para solucionar el problema de la sentencia de la calle Jardines y se abstuvo en una votación de presupuestos que defendía otro partido político. «Esas decisiones nos legitiman para buscar acuerdos», aseveró.
Fuego cruzado
De esta forma, con una llamada al entendimiento, se cerraba un debate de casi dos horas que no había resultado precisamente amable, aunque no llegaron a producir momentos de tensión, como sí ha ocurrido en anteriores sesiones plenarias. Fue en todo momento un fuego cruzado de acusaciones, un intercambio de reproches, en el que hubo también tiempo para defender el trabajo realizado e incluso por parte del portavoz del equipo de gobierno socialista, Álvaro Bilbao, para esbozar las líneas de trabajo del Ayuntamiento para lo que resta de mandato.
En este sentido, el edil socialista anunció para el próximo año una inversión extraordinaria para el mantenimiento de los parques y jardines, actuaciones encaminadas a fomentar la construcción de viviendas de protección pública en la ciudad, la renovación del pavimento de la Plaza Mayor y las transformaciones urbanísticas de las plazas Rabí Sem Tob y del Carmen.
Mientras, desde la oposición no paraban de llegar críticas y reproches, centrándose fundamentalmente en los incumplimientos del programa electoral o de los puntos recogidos en el ya suspendido acuerdo de gobernanza con Vamos Palencia. La suciedad de las calles, algo que se negó desde el equipo de gobierno, también protagonizó parte del debate, así como el abandono de parques y jardines o la ausencia de un modelo claro de ciudad, que, sin embargo, desde el PSOE se insistía en que podía apreciarse en todas sus actuaciones.
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