La prescripción de psicofármacos se dispara en la última década
Palencia dispensa las recetas 134.682 envases de antidepresivos y 203.411 de ansiolíticos en diez años
InÉS MACHO
Palencia
Domingo, 25 de agosto 2019, 09:05
La prescripción de antidepresivos, entre ellos la fluoxetina (más conocido como Prozac), se ha disparado en Castilla y León un 24,6% en la última ... década, al pasar de los 1.682.443 envases de 2009 a los 2.096.456 con los que cerró 2018, según los datos del Servicio de Salud de Castilla y León (Sacyl).
Solo durante el último año, los médicos de la comunidad recetaron 82.736 envases más de psicofármacos para tratar una patología, que en España afecta al 5,2% de la población, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
No obstante, la doctora Yolanda Zapico Merayo, jefa del servicio de Psiquiatría y Salud Mental de la Gerencia de Asistencia Sanitaria del Bierzo y presidenta de la Asociación de Castilla y León de Psiquiatría, ha matizado que «estos fármacos pueden prescribirse de forma segura y eficaz para otros malestares, como puede ser el dolor crónico», informa Efe.
«Si utilizamos más los antidepresivos en pacientes con diagnóstico adecuado de depresión y trastornos de ansiedad, no solo estaremos contribuyendo a mejorar su calidad de vida, sino que, además, prescribir un tratamiento eficaz es una de las escasas medidas que han probado una disminución del riesgo de suicidio en la población», según ha defendido Yolanda Zapico.
Por provincias, León es la que más envases ha recetado, 518.543, con un incremento del 26% en diez años, por delante de Valladolid, con 369.725;Salamanca, con 306.901;Burgos, con 287.992;Ávila, con 154.583; Zamora, con 149.667;Palencia con 134.682;Segovia con 107.005; y Soria, con 67.358 envases.
Sin embargo, este incremento en el consumo de antidepresivos no ha supuesto un mayor gasto farmacéutico. Así, Sacyl ha invertido en ellos 27,13 millones de euros en 2018, unos 14 menos que en 2009.
Asimismo, el uso de ansiolíticos (las benzodiazepinas como el lorazepam y el alprazolam, comercializados por Pfizer como Orfidal y Trankimazin) se ha incrementado un 11,5%, con 2.830.597 cajas recetadas en el último año frente a las 2.536.748 anotadas en 2009.
En 2018, fueron 37.943 envases de tranquilizantes más prescritos a pacientes de la comunidad con el «mal del siglo XXI». Un trastorno que provoca a quien lo padece una angustia e inquietud excesivas capaces de paralizarle por completo.
En el análisis por provincias, Valladolid, con 649.066 envases, y León, con 631.930, se situaron a la cabeza de la comunidad. Les siguieron Salamanca, con 410.370, Burgos, con 282.155, Zamora, con 228.776, Palencia, con 203.411, Ávila, con 202.801, Segovia, con 142.178 y Soria, con 79.910 recetas.
Del mismo modo que los antidepresivos, su mayor prescripción no ha comportado un mayor gasto de la Seguridad Social, con 5,26 millones invertidos en 2018 frente a los 6,40 de hace una década.
Por su parte, el vicedecano del Colegio de Psicología de Castilla y León (CopCyL), Vicente Martín, ha señalado que «palían los síntomas, pero no resuelven el problema». «Las pastillas no enseñan a gestionar los pensamientos ni las interrelaciones con el contexto y enlentecen el proceso de recuperación, al anestesiar los sentimientos», según ha argumentado.
En una apuesta por la terapia cognitivo conductual como un tratamiento alternativo, o combinado, a los antidepresivos y ansiolíticos prescritos, Martín ha defendido una mayor presencia de psicólogos clínicos en los centros de salud que ayuden a los pacientes a desarrollar recursos propios para hacer frente a la situación de estrés que dificulta su manejo en el día a día.
«Sería una inversión en salud», ha aseverado, sin olvidar que «la medicación debe reservarse para las intervenciones en crisis».
Para la tristeza leve o puntual, el tratamiento antidepresivo no es útil»
La psiquiatría es una especialidad médica integrada en la red sanitaria que dispone de técnicas específicas, dispositivos propios y de equipos multiprofesionales con psiquiatras, psicólogos clínicos, equipo de enfermería y terapeutas ocupacionales. En Palencia, el Complejo Asistencial Universitario de sanidad pública está integrado por los hospitales Río Carrión y San Telmo. Su jefe de servicio, Francisco Carlos Ruiz, explica los procesos de la atención sanitaria y hospitalaria de los trastornos mentales y sus características particulares en los casos de ansiedad y depresión.
–Los datos apuntan a un incremento de la prescripción de antidepresivos. ¿A qué responde?
–Es importante tener en cuenta que el consumo de antidepresivos no se limita exclusivamente a la depresión, sino que son tratamientos que se extienden a otros trastornos como la crisis de angustia, determinados cuadros de ansiedad, bulimia, o el trastorno obsesivo compulsivo. Por eso, la prescripción de estos no indica únicamente un aumento de los pacientes con depresión.
–¿Cuáles son los indicios característicos de la depresión?
–El trastorno depresivo se caracteriza por un estado de ánimo bajo, por una disminución de la ilusión y un sentimiento prolongado y mantenido de tristeza, de causa no justificada o excesivo respecto a los factores estresantes que puedan surgir en un momento determinado. Se manifiesta también en unos parámetros importantes a nivel neurobiológico, como puede ser la pérdida o ganancia de apetito y las alteraciones del equilibrio sueño-vigilia. Quien la padece, se enfrenta a factores de riesgo importantes como los intentos de suicidio o determinadas conductas de autoagresividad, como el incremento del consumo de tóxicos. Todos estos aspectos se traducen por un profundo malestar e importantes dificultades en su entorno personal.
–¿Cuál es la incidencia de la depresión y el perfil de los afectados?
–El trastorno depresivo es relativamente frecuente, con una prevalencia importante especialmente en las mujeres y en el que podemos señalar dos picos de edad, uno en torno a la cuarta década y otro a la sexta. Las crisis de angustia –como síntomas de ansiedad aguda– también tienen estos dos picos, y en el caso de las personas más mayores suelen relacionarse más con el sentimiento de soledad, con la disminución de algunas de sus capacidades o con la presencia de enfermedades físicas concomitantes.
–Para el tratamiento de la depresión, ¿considera excesiva la prescripción de psicofármacos ?
–Creo que el uso de antidepresivos se debería restringir a los casos de depresión moderada o grave. En Palencia, lo hacemos así. La gente a veces quiere curaciones inmediatas, pero está visto que los antidepresivos en los casos leves no funcionan bien. Para los periodos de tristeza puntual, provocados por factores evidentes y que necesitan una adaptación transitoria, lo más importante es trabajar la adaptabilidad.
–¿Qué efectos pueden derivarse del consumo de psicofármacos? ¿Pueden generar adicción?
–Los ansiolíticos sí pueden producir cuadros de abuso; los antidepresivos normalmente no producen dependencia. Lo que sí se produce a veces, tras la recuperación, es lo que se denomina 'síndrome de retirada', que puede ser de unos días o máximo o una semana tras el fin de la medicación.
–¿Cuál es el proceso que una persona debería seguir para recibir un tratamiento de salud mental en la sanidad pública?
–Lo primero es acudir al médico de Atención Primaria, quien valora específicamente las características clínicas y factores de riesgo del paciente. Frecuentemente, los médicos de Atención Primaria son también especialistas, ellos tratan a dos de cada tres de los pacientes por depresión. Después, también es el médico de cabecera quien valora la respuesta al tratamiento y los criterios de derivación, en caso de que procedan.
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