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Monzón rememora su pasado medieval con un mercado y la gran batalla nabal
Los vecinos se vuelcan con una celebración que conmemora también las bodas de plata del Centro de Iniciativas Turísticas del Bajo Carrión y Ucieza
Veinticinco años del CTI del Bajo Carrión y Ucieza y veinticinco años de la fiesta de La Condal, la recreación histórica con la que los vecinos de Monzón reivindica la importancia que tuvo esta localidad palentina durante el medievo, así como los enfrentamientos que sus pobladores mantuvieron con los reinos musulmanes que les exigían el pago de tributos.
Porque este es el trasfondo sobre el que se cimenta la fiesta de La Condal, con su espectacular batalla nabal, una representación con la que se recuerda el levantamiento de los vecinos cristianos de la villa contra los opresores islámicos, a los que expulsaron con una lluvia de nabos.
Las celebraciones, que vivieron ayer sus bodas de plata, arrancaron con un gran mercado de artesanía, que estuvo amenizado por espectáculos musicales y otras actividades, como la posibilidad de recorrer los entornos del municipio a caballo o en un paseo en calesa.
También por la mañana se dio la oportunidad a los más pequeños de sumarse a la famosa batalla nabal, con una representación adaptada.
Con un Monzón abarrotado de vecinos y visitantes, desde primeras horas de la tarde, la villa se transformó en una población medieval, en la que los organizadores eligieron de entre el público a los paladines cristianos que deberían defender la localidad. Sometidos a duras pruebas de combate y resistencia, los aspirantes también debieron competir por ganarse los favores de las damas demostrando sus encantos.
El momento más esperado llegó poco después, con la negativa de las huestes cristianas a pagar el tributo a los musulmanes, lo que condujo a un enfrentamiento inicial dialéctico y finalmente a una dura batalla en la que los protagonistas fueron los nabos, que se convirtieron en verdaderos proyectiles. La recreación histórica finalizó con un singular combate en el puente del Carrión, que ganaron los cristianos.