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Rosa Díez, en su jardín de Barruelo.
Menos montaña y más tiempo para el huerto y el jardín
Un agosto diferente

Menos montaña y más tiempo para el huerto y el jardín

Barruelo de Santullán ·

Rosa Díez pasó el confinamiento en Barcelona y tras regresar a su pueblo palentino se queda en casa , aunque hace alguna salida para andar junto a su esposo

Nuria Estalayo

Jueves, 20 de agosto 2020, 07:28

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Rosa Diez, después de pasar 40 años en Barcelona, regresó con su marido a su Barruelo de Santullán natal. «Siempre he querido volver y con la jubilación lo hemos hecho», comenta. Sus dos hijos viven en la Ciudad Condal y a ella vuelve tres meses al año, para estar con ellos y también para sus revisiones médicas. Tuvo que retrasar su regreso a Barruelo por una consulta y el estado de alarma se decretó mientras permanecía en Barcelona. «Nos íbamos a venir el 15 de marzo, pero al final nos tuvimos que quedar allí», explica, y recalca que, sobre todo al principio la pasó muy mal, porque estaba confinada en un piso cuando podía haber estado en su casa barruelana junto a su huerta y su jardín y con hermosas vistas a la frondosa montaña. «Los primeros días me hundí, lo pasé realmente mal, pero después me dije que había que salir adelante y me animé», recuerda; señalando que era algo que no se podía creer «porque China parecía estar lejos, pero está muy cerca». Regreso a Barruelo unos días después de que finalizara el estado de alarma.

Una mujer muy activa

En Barruelo es muy activa con las actividades que se organizan. Forma parte del taller de teatro del hogar del jubilado y se apunta a las excursiones que desde allí se programan. «Este año no hemos podido ensayar y no haremos ninguna representación, como la que hacíamos en las fiestas del Carmen y en otros lugares» declara, y agrega que «en las fiestas jugábamos a los juegos populares como la petanca y los bolos. Es algo que también voy a echar menos; tampoco se han organizado salidas y no habrá excursiones veraniegas con los compañeros del hogar».

Otra de sus actividades preferidas es ir a la montaña, «me encanta» asegura. Está federada y pertenece a un grupo de montaña de Cantabria con el que hace muchas salidas «porque allí está mi hermana y de este modo compartimos afición y también tiempo para estar juntas» cuenta. Pero como son muchos, este año serán complicadas las escapadas conjuntas con todos los federados. Ni se plantea, de momento, otro tipo de viajes con su grupo de amigas. «Somos nueve mujeres del grupo de montaña que hemos hecho piña y además de salir con el resto al monte, hacemos salidas por nuestra cuenta, pero este año, veo difícil que nos juntemos para viajar, sobre todo porque el tener que llevar mascarilla, y tener que guardar las distancias y no poder abrazarse, lo hace más difícil», indica.

Al principio no quería juntarse con nadie ni hacer salidas, cuando acababa de llegar de Barcelona, y prefirió guardar cuarentena. «Me quedaré en casa, veré cómo sigue todo y luego me pienso si salir o no con más gente. Con mi marido sí que iremos a hacer alguna senda por esta zona que conozco y a las que no suele ir mucha gente», afirmaba.

Rosa considera que la población se está relajando y no parece consciente de que el virus sigue entre nosotros. «Hay que ser responsables, se ha pasado muy mal y la covid-19 sigue ahí, y la gente parece que cree que no ha pasado nada y ha pasado mucho, pero veo mucha despreocupación y no se respetan las normas», expone. «Vengo de una zona de mucha incidencia, y cuando has pasado una enfermedad como el cáncer, eres más consciente de la gravedad de la situación», enfatiza. «Me da miedo tanta relajación y que el virus llegue a esta zona en la que apenas ha habido incidencia», teme.

«Mi verano será más tranquilo. Me voy a quedar más en casa disfrutando del huerto y del jardín que, aunque ahora están descuidados, vamos a cultivarlos y arreglarlos. Me relaja», concluye.

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