Francisco Javier Sánchez Vara | Matador
«Un torero es la moda y los demás no existen, falta educación taurina»El diestro, reconocido por lidiar corridas especialmente duras, visita este jueves la Peña Taurina de Palencia
El matador Francisco Javier Sánchez Vara (Guadalajara, 1979) visita este jueves la Peña Taurina de Palencia para participar en una nueva jornada del ciclo cultural ... organizado por la asociación. El diestro, convertido en un nombre propio en la tauromaquia, celebra esta temporada el 25 aniversario de la alternativa que tomó de la mano de los toreros Luis Francisco Esplá y David Fandila 'El Fandi'. Desde entonces, Sánchez Vara se ha curtido lidiando corridas 'duras' ganándose así el reconocimiento de la afición.
-¿Cómo afronta esta temporada tan especial en la que celebra su 25 aniversario de alternativa?
-Con mucha ilusión, como todas, porque son mis 25 años de alternativa y la verdad que con muchas ganas y entrenando mucho ya que, cuando uno lleva mucho tiempo, se puede caer un poco en la monotonía y a la gente hay que tratar de tenerla ilusionada y que se sorprenda. Trabajo mucho todos los días para eso, para hacer cosas y tratar de innovar dentro de mi estilo y de mi forma.
-Fue uno de los nombres propios de la temporada de 2024 por su encerrona en Tafalla. ¿Cree que se valora o se ha valorado lo suficiente esta gesta?
-Sinceramente, creo que no en su justa medida. Entiendo y comprendo que son plazas de tercera, que a lo mejor no tienen la repercusión que tienen otros sitios, pero creía que me iba a servir un poquito. Desde luego para mí sí, por supuesto, porque lo he hecho, y para mi currículum claro que sí, y para mi satisfacción propia, pero sí que pensaba o esperaba haber entrado en algún sitio más. Pero bueno, todavía hay tiempo.
-¿Se esperaba estar anunciado en la Feria de San Isidro de Madrid?
-Me esperaba estar anunciado en Madrid y en otros sitios también. Por ejemplo, me esperaba estar anunciado en Jerez, en una plaza en la que he tenido unas actuaciones creo que muy importantes y donde ha habido situaciones muy extremas y he dado la cara siempre. Esperaba estar en Francia, en Saint Martín de Crau a principios de temporada, donde, al final, tampoco han contado conmigo. Y Madrid, por supuesto, aunque también es mucho más difícil. A lo mejor hay algún compañero que le ofrecen una corrida de una ganadería en otro sitio y dice que no pero en Madrid, sí. Pero tampoco es una queja, al revés.
-La afición le reconoce por torear corridas duras. ¿Considera que el sistema se lo ha recompensado?
-Si te dijera que no rotundamente sería un poco egoísta por mi parte, porque claro, ha habido ocasiones en las que sí que han contado conmigo. También entiendo que cuando uno lleva ya tantos años, en un momento dado a la gente le apetece ver a alguien más nuevo… A veces las personas somos así, y nos gusta ver qué hay por ahí, aunque luego vuelvan a lo seguro, pero cuando en algunos sitios en los que yo pensaba que iba a estar este año no me han contratado, sí que me ha dolido porque esperaba otra cosa, son los sitios con los que tú te identificas. También está bien que la gente pruebe, para que se den cuenta de que estar 25 años navegando en estas corridas no es fácil.
«Es cada vez más torista, pero lo que no pueden es perderle el respeto a los toreros»
-¿Han sido las ganaderías duras el castigo o la virtud de su vida?
-Para mí ha sido y es positivo al 100% porque, aunque parezca un poco egocéntrico y vanidoso por mi parte, si yo en un sitio soy bueno y en otro sitio regular, yo quiero estar en el que soy bueno. Siempre ha sido para mí una alegría cada vez que me han llamado para torear una corrida de estas porque he podido demostrar lo que soy como torero. Yo soy bueno en un sitio, ¿para qué me voy a mover?
-¿El toro moderno hace que la tauromaquia tenga menos verdad? ¿Cree que eso lleva a perder el rito y la liturgia?
-Lo que creo que ha perdido en ocasiones es mucha emoción, porque a veces es todo muy previsible, y eso creo que juegan contra nuestra. Tiene que salir un animal que la gente no sepa lo que va a pasar, incluso ni los toreros, y que tenga que resolver los problemas sobre la marcha y que la gente diga, no me pongo yo ahí ni loco. Porque en el momento en que piensan que qué fácil es, ya estamos fastidiados. Porque pasamos de ser superhéroes a ser gente normal. Y los toreros tenemos que marcar la diferencia a veces sobre el resto de las personas y se marca en ese aspecto: cuando sale un animal complicado, difícil, bueno o extraordinario y que digan, ¡qué bien lo ha toreado, yo no soy capaz de hacer eso! O, ¿cómo ha resuelto los problemas de un toro tan difícil que sabes que te quiere coger? y que piensen: ahí no me pongo yo ni por todo el oro del mundo.
-¿Piensa en la muerte? ¿La ha sentido cerca?
-Sí, es una cosa que uno tiene en la cabeza muchas veces. Cuando vas a torear tienes un ángel en un sitio de la cabeza y el demonio en el otro. Y el ángel te dice que va a salir todo bien y que va a ser un camino de rosas, y el demonio te asalta en mil dudas. Por eso, hay que tener una fuerza mental grande. Sobre todo, para vestirse de torero en este tipo de corridas. Para que puedas tú con el demonio y mantengas una mentalidad positiva, porque si no, tienes la batalla perdida antes de empezar y eso es lo que no puede ser.
«Es una cosa que uno tiene en la cabeza muchas veces; cuando vas a torear tienes un ángel en un sitio de la cabeza y el demonio en el otro»
-¿Cree que la afición es cada vez más torista? Palencia es una plaza que exige mucho.
En el círculo que yo me muevo, sí. Lo que tienen que preocuparse es de ser toristas y saber qué es lo que requiere cada animal y lo que tiene que hacer. El toreo no es una ciencia exacta. Igual tú piensas que tenía que haber hecho una cosa, otra persona piensa lo contrario. La afición está despertando un poco quizás y es cada vez más torista pero lo que no pueden es perderle el respeto a los toreros.
-¿Qué percibe diferente en las generaciones más jóvenes que ahora llenan los tendidos?
-Veo mucha gente joven y con muchas ganas de ir a los toros y en alguna ocasión falta un poco de educación taurina en el sentido de que la moda es un torero y todos los demás no existen. No, lo que hay es tener la mente abierta para que te quepan en la cabeza todo tipo de toreros. Si tú vas a comer a un restaurante chino, pues no te van a poner cochinillo, por lo que cuando tú vas a ver una corrida de mi tipo, sabes lo que vas a ver y lo que no puedes pretender es ir a ver una corrida de estas y tratar de ver lo otro porque es imposible.
-Han pasado varios años, pero en los coloquios taurinos aún se habla de Cazarrata y de aquella tarde. ¿Cómo la recuerda?
-Fue una tarde muy complicada. Iba preparado, a tope, con mucha ilusión y la repercusión o el reconocimiento ha venido cuando ha pasado el tiempo porque en el momento fue como un 'shock', como decir, ¿qué ha pasado aquí? Y luego, según ha ido pasando el tiempo, la gente lo ha seguido recordando. Es un animal que me va a acompañar toda mi vida. En aquel momento lo viví con incertidumbre, porque se salía de todos los guiones que teníamos en la mente todo el mundo, y con mucho orgullo también porque fui capaz de lidiarlo y matarlo.
-¿Fue un hito en su vida?
-Yo creo que sí, total. Además, todo el mundo me lo recuerda y yo cada vez que lo hace, me alegra mucho porque siempre hay toros en la vida de los toreros que marcan nuestra carrera y este es uno de ellos.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.